El penúltimo tren

La Copa se ha convertido en el torneo fetiche del Valencia de Gary Neville. Hundido en la Liga, donde se revelan hasta los más humildes, las eliminatorias contra Barakaldo, Granada o Las Palmas le han ofrecido la gasolina suficiente como para seguir tirando. Poco más. El siguiente capítulo produce vértigo. Ya no quedan comparsas en el camino al título, sólo rocas. Y el azar deparó al Valencia la peor de las suertes. El actual campeón de casi todo lo ganable, un Barcelona menos estético que el de Guardiola pero con una mayor voracidad en ataque para fulminar adversarios. El respeto que infunde el Camp Nou es también, históricamente, un estímulo para el valencianismo. Al equipo y a la afición le pone este tipo de eliminatorias en las que la balanza sólo se inclina después de haber derrochado hasta la última gota de sudor y el último aliento de Mestalla.

En el sacrificio y la responsabilidad de brindar alguna satisfacción en un año para olvidar se entienden los principales argumentos del Valencia, que recuperó ante el Sporting unas gotas de fútbol pero evidenció una preocupante escasez de madurez para darle la vuelta al partido. El Barça no permitirá tantos errores en la definición ni regalos como el penalti que cometió Danilo. En juego está la Copa, un premio considerable para dos equipos que siempre levantaron el trofeo cuando cruzaron sus caminos antes de la final.

A Neville le baila una pieza básica en la batalla de esta noche. La experiencia y el arrojo de Enzo Pérez no estarán sobre el césped. Una faena. Enzo quiso jugar pese a que se fracturó el pómulo el domingo. El Camp Nou se presentaba demasiado pronto para regresar a la batalla. El argentino regresará ya para el duelo del fin de semana contra el Betis. Tampoco entraron en la lista Diego Alves, Paco Alcácer ni Javi Fuego. Sorprendentemente, Neville optó por dar descanso a Abdennour. «Son demasiados partidos y ha jugado mucho últimamente», se excusó el británico. Justo ahora, cuando el tunecino parecía más entonado, Neville lo deja en Valencia. Su lugar lo disputan Vezo y Santos, con más opciones para el central portugués.

Negredo abandonó Mestalla el domingo después de pasar una de las peores tardes de su carrera. Lo falló todo. Era consciente. Y hoy, ante un rival con muchos más galones, volverá a asumir la responsabilidad del gol. La principal novedad del Valencia es la inclusión en la lista de los recién llegados. Apenas un entrenamiento -Siqueira, dos- y tanto el brasileño como Cheryshev tienen opciones de jugar contra el Barcelona. Así lo admitió Neville, ávido de aire fresco para la plantilla.

Luis Enrique los tiene a todos disponibles a excepción del lesionado de larga duración Rafinha. El asturiano se plantea realizar rotaciones (pueden entrar Aleix Vidal, Vermaelen o Sergi Roberto) pero mantendrá su temido tridente de ataque, con Messi, Neymar y Suárez amenazando la portería defendida por Ryan.

Las entradas, a diez euros

Por otra parte, el Valencia hizo públicos ayer los precios para el partido de vuelta contra el Barcelona. Los socios pagarán diez euros, mientras que para los no abonados las entradas van desde los 30 hasta los 105 euros de la grada de tribuna.