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Fútbol | derbi de la ciudad de valencia

Duelo de tronos

El Valencia estrena pareja de centrales y vuelve al 4-3-3, con Parejo suplente, ante un once granota renovado donde destacan Navarro y Pedro López

Juan Carlos Valldecabres

Viernes, 30 de octubre 2015, 22:50

Va con sarcasmo el titular de este expectante derbi. Lo de duelo encierra una doble lectura. Como Valencia y Levante no están hoy en día ni para consolarse mutuamente, uno puede decantarse por el significado de 'combate' -por aquello de la siempre atractiva disputa- o por la versión del 'dolor' y 'lástima', con las que también se han propuesto rivalizar. Llegan los dos equipos tan acuciados por la necesidad que el debate de bar de esta semana entre aficionados de unos y de otros ha dado de sí. El tiempo se ha hecho eterno. Desde que al Levante le metiera la Real cuatro en Orriols el domingo por la mañana y al Valencia horas después le dejara el Atlético con las vergüenzas al aire, se puede decir que ha pasado de todo. A Lucas Alcaraz le guillotinó Manolo Salvador y su consejo mientras Nuno trataba de soportar en el hotel de Madrid las miradas de asombro de sus propios jugadores, por aquel extraño planteamiento que trató de hacer en el Calderón. Un domingo nefasto para todos.

Por eso eleva aún más el interés de lo que pueda pasar esta tarde en Mestalla. Para Nuno, por ejemplo, el partido encierra una carga simbólica especial. El portugués ha tocado fondo. Cada vez más lejos de las ambiciones metas que se marca Peter Lim, el técnico blanquinegro merodea los peligrosos registros de gente como Djukic y Pellegrino, y ya se sabe qué trágico destino tuvieron ambos. La afición está de uñas con él y de no haber ventilado Quico Catalán a Alcaraz, en Mestalla se podía haber liado una buena, dándose el caso por primera vez en la historia del fútbol mundial que las dos aficiones rivales se ponen de acuerdo para cantar el véte ya a sus respectivos entrenadores. Particularmente, Nuno intentaba ayer hacer algo así como borrón y cuenta nueva de todo lo que ha pasado en las nueve jornadas anteriores. «Nunca estuvimos alejados de la afición. Me atrevería a pedir a nuestra afición que apoyara a su equipo, desde el primer minuto al noventa. Que el equipo sienta que es una ayuda».

Para el Valencia el partido de esta tarde es como un salto al vacío casi sin red. No sabe lo que se va a encontrar delante. Lo único que puede hacer el portugués es fiarse de su verdadero instinto. No el del Calderón, por supuesto. De ahí que se haya olvidado del lío del cónclave de centrocampismo. Vuelta al 4-3-3, con Feghouli -recuperado ya- y Piatti por las bandas y Alcácer arriba. Eso sí, se cae esta vez Parejo. El capitán lleva muchos partidos jugándolo casi todo y, además de una recientísima paternidad, sufre también de un evidente agotamiento tanto físico como mental. El miércoles, no hay que olvidarlo, llega el turno de la Champions.

Las apuestas dan como claro favorito (70%) a los locales, pero en el levantinismo existe una gran expectación, casi más por la irregularidad e inconsistencia que ofrece el Valencia que por la revolución que va a imponer Rubi. Con cuatro entrenamientos -literal- que lleva el nuevo técnico tampoco se puede esperar mucho. Pero el simple hecho de sacar del pozo a David Navarro y a Pedro López; que devuelva a Morales a su posición natural y que se olvide de aquello de jugar con tres centrales, ya es de por sí una auténtica revolución. Mejorar la paupérrima imagen ofrecida como visitante es bastante sencillo. Quizás el mayor escozor con el que llegan los levantinistas se debe a la ausencia por sanción de Deyverson, pero al menos tienen el consuelo de que en el lado contrario no están tampoco los centrales titulares. Vezo y Aderllan Santos no han coincidido nunca. Un derbi de estreno para muchos.

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