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El último partido en casa de cada temporada es especial. Siempre hay despedidas, lo cual también moviliza a familiares y amigos de los jugadores que ... se van a vestir la camiseta del Valencia. Una camiseta que, muchas veces olvidamos, tiene 106 años de historia y debe ser un honor para todos los jugadores ponerla sobre su piel aunque sea una vez. Un honor. Más allá de lo que determine el mercado de verano, Giorgi Mamardashvili y Jaume Doménech fueron los protagonistas desde que llegó el autobús del equipo de Corberán a la Avenida de Suecia. Allí, bajo un sol de justicia, fueron los más aclamados antes de entrar, por última vez, como jugadores del Valencia al templo de Mestalla. Siguió en el calentamiento, cuando por megafonía se destacaron sus nombres y contestaron al público tocándose el escudo. O cuando se anunció el once, donde sonó por última vez el nombre del georgiano como portero titular del Valencia. O cuando, segundos antes de comenzar el partido, todo el estadio coreó su nombre y llegó al corazón del del Tbilisi, que saludó desde el área pequeña de la portería del Gol Gran. Y así, añadiendo sonidos a una particular 'playlist' de recuerdos, se sucedieron decenas de guiños durante el partido. Hasta que llegó el sonido de silbato que determinó que se acabó la Liga 24-25 en el estadio de Mestalla.
A Mamardashvili le pilló ese momento cerca del Gol Xicotet. Allí comenzó a resonar de nuevo su nombre, coreado por los más de 45.000 aficionados que no querían moverse de sus asientos. Y llegó la emoción al georgiano. Poco dado a transmitir en un terreno de juego esos sentimientos pero imposible de esconderlos tras cuatro temporadas que han marcado su carrera deportiva y su vida. Llegó en 2021 desde el Dinamo Tbilisi para jugar en el Mestalla con una opción de compra de 800.000 euros y se marcha cuatro años después al Liverpool como uno de los mejores porteros de Europa.
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El manteo a Jaume Doménech, uno de los jugadores más queridos por parte del vestuario, permitió a Giorgi recuperar la compostura. Para que la postal fuera completa, Hugo Duro le cedió en brazalete. El de la Senyera, para que fuera colocado por última vez en el brazo del valenciano. Tras un último pasillo con collejas tocó, después de un emotivo abrazo con Gayà, el turno para corear el nombre del de Almenara, que dejará el Valencia tras una década donde su mejor nivel llegó en la Copa del Rey de 2019 – fue una de las claves del título ante el Barça de Messi y su foto encaramado a uno de los largueros es icónica– y en los últimos años tuvo una presencia residual en el césped. «Jaume es un crack, es muy grande y como jugador y persona y siempre me ha ayudado estos cuatro años», declaró Mamardashvili sobre su compañero de homenaje en la televisión antes de ser contundente con respecto a lo que ha significado su periplo de valencianista: «Mi paso en el Valencia es lo que soy ahora. Teníamos el objetivo que era quedarnos en la Liga, hemos sufrido este año y ojalá el próximo año el Valencia pueda entrar en Europa. Muchas gracias a todas las personas por todo. Es un momento muy emocional, la verdad es que no podía soñar lo que iba a conseguir con este club pero desde que llegué tenía claro que defender defender este escudo». Su última frase fue una reflexión sincera. «Han sido muchos años de estrés». Una definición perfecta.
Los últimos segundos en el césped de los dos porteros fueron para los guiños. Jaume Doménech, tras besar la hierba de Mestalla, con su pareja y sus hijos y Giorgi, una persona muy creyente, haciendo el signo de la cruz antes de enfilar por última vez las escaleras que dan acceso a los vestuarios. Unos minutos después, Carlos Corberán resumió la importancia en el vestuario del jugador de Almenara: «La despedida de Jaume habla por sí mismo, cómo ha defendido a este club y los valores que transmite... pese a no jugar minutos ha tenido un papel importantísimo en el vestuario, ejerciendo como uno de los capitanes para que el grupo consiga el objetivo».
Tras abandonar Mestalla, donde firmó sus últimos autógrafos y se hizo las últimas fotos, el georgiano colgó un mensaje de despedida en sus redes sociales: «No sé si fui el mejor, pero siempre di lo mejor de mí. Es un día muy especial y lleno de emociones. Termina una etapa que comenzó hace 4 años. Llegué como un chico, sin saber español, pero con un gran sueño. En este tiempo viví días difíciles de crecimiento y también momentos inolvidables. Ha llegado el momento de decir adiós. Gracias a todos los que me apoyaron durante estos 4 años. Creo que dejé una pequeña historia en Valencia. Y deseo que este club siempre esté donde merece estar: en la élite. Amunt siempre».
El resto de salidas aún no son oficiales y hasta que eso llegue ya no pudo haber más ovaciones. Por si acaso, Sadiq cuando fue cambiado hizo un gesto que sonó a despedida. Quien no puede esconder que quiere quedarse es Enzo Barrenechea, que sí que se marchó del césped con gestos de emoción tras volver a escuchar, de forma atronadora, a todo Mestalla que desea que continúe en el Valencia. Está por ver. Javi Guerra y Mosquera son los señalados para las posibles ventas a las que dará el visto bueno Peter Lim si llegan buenas ofertas. Ese clásico sí que no falla cada verano en Meriton. No se adivinaron gestos de despedida de ambos. Tan sólo las típicas fotos con familiares y amigos en el césped de final de temporada. Las que se hacen siempre, te quedes o te vayas. Tampoco de Yarek, Guillamón o Rafa Mir. Los tres se marcharon con gesto serio, por si sirve como indicio de lo que pueda pasar.
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