«Guedes tiene que creerse que es el mejor futbolista del mundo»
El portugués baja su cotización a la mitad y se convierte en prescindible para Javi Gracia. Darío Felman alaba su potencial y le sugiere más confianza
Darío Felman jugó al lado de uno de los mejores futbolistas de la historia. Formó dúo atacante en el Valencia con Mario Alberto Kempes. Pero el extremo que llegó a Mestalla de Boca Juniors se creía el mejor jugador del mundo. Y no por egocentrismo, sino como un ejercicio mental para estar siempre a tope. Lo estuvo y por muchos años. Tiempo después aparece por Valencia otro jugador de banda. Rápido, habilidoso, desequilibrante.
Se llama Gonçalo Manuel Ganchinho Guedes (Benavente, 29/11/1996). Fue una incorporación impactante. Llegó cedido del poderoso PSG y se marcó media temporada al nivel de los más grandes. Una lesión le torció el renglón pero Mestalla se entusiasmó con el portugués. Tanto que consiguió lo increíble. Peter Lim sacó la chequera para pagar 40 millones al conjunto parisino –el mayor desembolso en la historia del Valencia– y hacerse con propiedad al futbolista. El máximo accionista del club quiso recibir los vítores de su afición y se plantó en el aeropuerto de Manises con su reciente adquisición. Fue la última ovación que recibió el singapurense. Guedes se convertía en la gran estrella del Valencia. El futbolista referencia. El ancla sobre el que soportar la progresión de un equipo temible.
Pero el extremo se instaló en un juego plano, sólo sobresaltado por las lesiones y acciones puntuales. La temporada pasada vivió en sus carnes ambas situaciones. Llegó de un partido con Portugal con molestias y un mal diagnóstico de los servicios médicos blanquinegros le apartaron cuatro meses de los campos de fútbol. Eso sí, a su vuelta (tras el confinamiento) se marcó un gol supersónico a Osasuna. Parecía que había vuelto. Fue un espejismo.
Esta campaña regresó con ánimo y ha resistido al afán vendedor del Valencia. Sin Parejo, Rodrigo y Ferran, el portugués es la gran estrella del equipo. Pero al segundo partido, el nuevo entrenador lo mandó al vestuario en el descanso. El golpe fue morrocotudo. Frente al Celta disfrutó de cuatro carreras sin trascendencia y pare de contar. Javi Gracia quiere más, necesita mucho de él. ¿El cambio fue un castigo? Darío Felman no lo ve así: «Estas cosas el entrenador las hace para ayudarle, no para perjudicarle. Necesita a Guedes, para él es una pieza fundamental. Y si no está bien es un gran problema».
¿Y de qué manera puede volver el extremo a ser el que fue? «Todos sabemos y vemos que Guedes tiene un potencial enorme. Es un jugador distinto. Pero no se lo cree. Sale a cumplir y nada más. Defiende algo y ataca poco. Para arreglar esto tiene que creerse que es el mejor futbolista del mundo. Yo me creía el mejor jugador del mundo. Cuando tienes esa moral, se nota«, asegura Felman, todo carácter.
El dinero que se pagó por él es una losa que ahoga a Guedes (ahora su valor ha caído hasta los 22,5 millones). «Le colgamos el cartel de los cuarenta millones y nos olvidamos de que es una persona. Lo que debería colgarse es el cartel de 'soy el mejor'. Porque el potencial del jugador es grandísimo. Nos enamoramos de su velocidad, de su regate. Debe sacar lo mejor de él», destaca el argentino afincado en Valencia.
Contra el Huesca, el sábado (16 horas), tendrá una nueva oportunidad. Javi Gracia sueña con el desborde del luso por la banda izquierda y los disparos secos que han perforado muchas porterías. «Lo tiene todo para triunfar. Si no tiene problemas físicos, es una cuestión de creérselo, de saberse un jugador diferencial. Tiene que soñar con ser campeón del mundo con su selección y con ganar títulos con el Valencia. Si él no lo sueña, jamás lo conseguirá«, refleja Felman. Guedes tiene 23 años y 23 razones para luchar por el escudo del Valencia. Ha llegado su momento. Otra vez.
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