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Diego Alegre y Pablo Redondo, con la camiseta del Malilla IRENE MARSILLA
Dos exvalencianistas a los mandos del Malilla

Dos exvalencianistas a los mandos del Malilla

Diego Alegre y Pablo Redondo, directores deportivos del club|«Para nosotros será genial si alguno llega a Primera en unos años», afirman los nuevos responsables de la entidad, que milita en Segunda Regional

Lourdes Martí

Valencia

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Miércoles, 20 de mayo 2020

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Diego Alegre y Pablo Redondo forjaron su amistad en la ciudad deportiva de Paterna. Se conocieron a los 10 años en las entrañas de la factoría del Valencia donde ambos niños cumplieron etapas futbolísticas. Con algunos paréntesis entre medias con carreras sobre el césped diferentes, esta temporada vuelven compartir franjas. Esta vez serán rojas y verdes las de la UD Malilla y, aunque a ellos, lo que realmente les gusta es vestirse de «corto», la mayor parte de su trabajo será en los despachos.

Empapados de consejos de entrenadores que les marcaron a lo largo de su carrera, con la envidiable vivencia de ser de la generación de David Villa, por ejemplo, ambos futbolistas toman la dirección deportiva de la entidad valenciana que hace dos temporadas cumplió su 50 aniversario. El Malilla, es un club de «barrio» con un papel «muy importante» para el afianzamiento de los valores de los niños y niñas tal y como reconoce Juan Cerdán, presidente del club que milita en Segunda Regional y una persona que ha dedicado toda su vida al club.

Alegre lo confirma: «Una de las primeras cosas que la directiva nos transmitió, es que se trata de un club de gente humilde, de barrio, lo importante es que se fomente el deporte y los valores que de él emanan». Cerdán y su junta directiva están realizando un esfuerzo «importante» para la próxima temporada también respecto al desembolso de las familias: «Estamos trabajando para ajustar al máximo el precio de las cuotas ya que somos conscientes que tras esta crisis sanitaria, llegará la económica y nosotros debemos de seguir reivindicando el papel que tenemos en el barrio».

Mientras decenas de niños aprovechan su franja permitida para pasear mientras dan patadas a un balón y suena el traqueteo de los patinetes sobre el asfalto, Alegre y Redondo, Cerdán y otros miembros de la directiva del club pisan por primera vez el césped del campo de fútbol 11 del Malilla. «Estamos locos por empezar de nuevo», afirma Redondo.

«Somos gente de fútbol y venimos a este club acompañados por gente preparada, que reconocen y también de la casa que saben como se hacen las cosas aquí para mantener la identidad que es lo más importante», añade el que fuese futbolista del Valencia el verano de 2003, temporada en la que debutó en el primer equipo; posteriormente se convirtió en un trotamundos del fútbol español, Albacete, Getafe, Hércules, Salamanca, Silla o Xàtiva son algunos de los vestuarios en los que ha vivido «de todo»: «Ha habido plantillas buenas y menos buenas, pero cuando el equipo era como un grupo de amigos, independientemente de quien jugase, era cuando mejor salían los resultados. Debemos transmitir la necesidad de ese compañerismo».

Alegre insiste en la importancia además de la «disciplina, de adoptar hábitos saludables»: «Tanto Pablo como yo, con nuestra experiencia, queremos introducir una metodología en la que todos los equipos trabajen de la misma manera, con una identidad propia adaptándose siempre a cada etapa en los niños. A los entrenadores queremos formarles, prepararles, luego evidentemente cada uno tendrá su margen e independencia, lo importante es que disfrutemos todos y sigamos aprendiendo».

Alegre, que tras jugar en categorías inferiores del Valencia se marchó al Sporting donde estuvo dos temporadas y estuvo en Murcia, Albacete u Ontinyent entre otros, reconoce que no renuncia a objetivos más ambiciosos: «Queremos que los niños y niñas vengan a jugar a fútbol al equipo del barrio, disfruten y se formen como personas, somos conscientes de que arriba llegan muy pocos, pero si al cabo de unos años llega algún futbolista a Primera que ha pasado por nuestras manos sería genial».

En su etapa de formación, Alegre puede presumir que haber sido entrenado por «López Ufarte, Manolo Gálvez, Valdez y sobre todo César Ferrando», de todos ellos aprendió y guarda «un gran recuerdo» pese a que antes las escuelas de fútbol eran diferentes, sin tanta «diversión». Al igual que los cerca de medio millar de niños y niñas de la escuela del Malilla, Cerdán, Alegre y Redondo junto a toda la renovada estructura del club valenciano cuentan las horas para volver al verde.

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