El Valencia de Gattuso se atasca

Moisés Rodríguez

Valencia

Viernes, 6 de enero 2023 | Actualizado 07/01/2023 00:25h.

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Gattuso es un león y no un 'gatino'. Ya no sólo muestra sus fauces en el área técnica, sino también cuando le ponen un micrófono delante. El entrenador del Valencia es una fiera que se nota herida. El italiano cayó de pie en el club pero se conoce de sobra la ley del fútbol. Su equipo está atascado, con una sola victoria en casa desde septiembre (ante el Betis antes del parón), y ayer fue despedido con una pañolada. Esta vez no fue la maldición de los últimos minutos, sino un despiste que facilitó la contra del Cádiz. A partir de ahí, los andaluces sufrieron y no se supo generar demasiado peligro sobre el marco de Ledesma.

Sea al principio o al final, como en La Cerámica, los rivales saben de la presión alta de este Valencia. «Los contrincantes nos estudian», dijo Gayà nada más acabar el partido. Son conscientes de que Gattuso ha querido implantar esta característica en el equipo desde el primer día. Y últimamente le sacan jugo. Al Villarreal le sirvió para empatar y al Cádiz, para colocar el partido donde soñaba en Mestalla. Además, a la primera de cambio.

«No podemos permitir tantas contras. Tenemos que hacer alguna falta táctica para evitar que nos pillen», comentó el capitán a modo de autocrítica. Había salido el Valencia en tromba, o al menos lo intentaba. Dominador, intimidando, tratando de encerrar al Cádiz en el área de Ledesma. Y Sergio González, encantado. Sobre todo porque su plan empezó a salir antes del cuarto de hora, en esa cabalgada de Sobrino, precisamente un futbolista que tenía ganas de demostrar su valía al club donde tuvo pocas oportunidades para demostrarla. Lo hizo de fábula para servir un gran balón a Alcaraz, que también es cierto, realizó un remate certero para el 0-1.

Un golazo. Sí. Pero también muchas carencias en la acción de repliegue. El propio Gayà estaba en fase ofensiva y no llegó a defender. Ilaix, que perseguía a Sobrino, se vio superado por el atacante lejos del área y no realizó esa falta que reclama el capitán. Habría sido tarjeta, sí, pero no habría multiplicado las opciones de éxito del Cádiz en Mestalla. Y nadie encimó a Alcaraz, error quizás de Guillamón, que replegó sin buscar un contrincante al que marcar.

Un desastre de acción defensiva, vaya. A partir de entonces, el Cádiz entendió el partido porque lo había puesto donde lo había preparado. La primera parte fue nula para el Valencia. «Ocurrió justo lo que queríamos evitar», admitió Gayà. Los de Gattuso tuvieron mucho balón pero las piezas amarillas estaban muy bien ordenadas. Al intermedio se llegó con la siempre escalofriante imagen del árbitro echándose mano a la oreja tras una caída dentro del área propia.

Los cambios de Gattuso al descanso son sintomáticos. Guillamón no completó desde luego una buena primera parte y ya fue suplente en Vila-real. El canterano no está en un buen momento y, además, sabe que el club busca competencia para su demarcación tras la lesión de Nico González. Tampoco estuvo nada bien Ilaix, como se lo demostró el entrenador al sustituirle al intermedio por un compañero que legaba mermado, como Almedia.

El equipo no ganó en profundidad, eso era imposible con un rival tan echado atrás. Sí tuvo algo más de movilidad. El portugués, cuando termine de asentarse en el equipo, es un futbolista diferencial. Combinativo, con calidad, se asoció con Gayà. El capitán siempre responde y buscó el gol de la temporada, preparándose un remate desde la frontal a la salida de un córner. Su zambombazo salió demasiado centrado y Ledesma se lució.

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El Valencia apretó, eso no se le puede negar, pero jamás dio la sensación de tener un plan para remontar el partido. Acabó en el área del Cádiz, colgando balones a los que respondieron los centrales y el portero. Si esto fuera un accidente... pero no. El equipo lleva 6 de los últimos 24 puntos que ha disputado.

Además, hay que ver lo que pasa con Samu Castillejo, que tuvo que irse, con mucho dolor en la muñeca derecha tras un balonazo. Dos lesiones en otros tantos partidos de Liga desde la vuelta del Mundial son mala suerte. Los pitos de Mestalla a la conclusión del encuentro, un síntoma. Gattuso cayó de pie, también para la afición, pero ya no hay una comunión total entre la grada y el equipo, que está atascado.