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Hay veces que la realidad en fútbol pulveriza cualquier comentario inapropiado. Que se lo pregunten por ejemplo a Rafa Benítez, el entrenador más idolatrado por ... excelencia del mejor Valencia de todos los tiempos. De él, por esas luchas internas que el club de Mestalla siempre padece, se llegó a decir desde el mismo consejo de administración que era poco menos que un «torero» en vez de un entrenador (Benítez, el Cordobés). No tenía Benítez –Rafa– suficiente cartel, sobre el papel (venía del Tenerife), para ser el entrenador elegido por Javier Subirats para el Valencia. Luego, con ese 'torero' llegaron los títulos de Liga y el merecido reconocimiento europeo.
A Carlos Corberán, afortunadamente para él, nadie le tildó de torero pero sí que su nombre, cuando fue extrañamente anunciado en aquella medianoche de Nochebuena, despertó infinidad de recelos. Ni se entendió ni se explicó convenientemente bien el por qué se apostaba por un entrenador del segundo escalón de la liga inglesa ni tampoco se supo cómo encajar el desembolso tan descomunal que suponía esta contratación en una entidad afectada por las restricciones de Meriton. El simple hecho de escuchar su nombre anunciado por megafonía en cada partido en Mestalla era sinónimo de cierto escepticismo. Frialdad en el público
Ahora todo ha cambiado. Su nombre es aplaudido por la grada. En menos de cinco meses, Carlos Corberán Vallet (7-4-1983) ha demostrado estar a una altura superior incluso a la del equipo que dirige. Él, por el simple pero decisivo hecho de los números que ha conseguido reunir, es el único en este Valencia que se ha ganado por derecho propio la etiqueta de Champions. Para reforzar este argumento, basta con hacer una operación matemática. Se cogen los doce puntos que llevaba Baraja en la jornada 17 y se restan a los 42 que luce en la actualidad el Valencia. Son 30 puntos los que han llegado bajo la batuta del de Cheste. ¿Hay algún equipo que haya sumado más puntos desde la jornada 17 hasta la 34 que se ha disputado este fin de semana? Sí. Cuatro equipos únicamente: Barça, Real Madrid, Villarreal y Betis. El resto, incluido el Atlético de Madrid de Simeone, no llega a esa treintena.
De ahí que haciendo un ejercicio de imaginación, en esa quinta posición que de haber sido capaz de mantener en todo el campeonato Corberán estaríamos hablando de un Valencia clasificado para disputar la Liga de Campeones. Una lástima.
Segunda victoria fuera
Ha logrado pulverizar todos los registros heredados. Cogió a un equipo prácticamente sin alma y con unos números que le arrastraban irremediablemente a la Segunda División y no sólo lo ha colocado virtualmente ya en Primera de cara al año que viene, sino que se puede permitir el lujo de soñar a falta tan sólo de cuatro jornadas para el final del campeonato.
Esa victoria en el estadio Gran Canaria coincidió con un particular parámetro. Esta jornada 34 suponía para Corberán su partido número 17 en Liga con el Valencia, los mismos que estuvo su antecesor en el cargo. A Rubén Baraja (11-7-1975) esos 17 partidos que dirigió esta campaña le acabaron agotando y casi terminan por consumir el título de leyenda que tiene como futbolista y con todo merecimiento. Baraja desde su destitución ha permanecido en silencio. Evita cualquier entrevista y menos aún en un escenario como el actual. Es inevitable para el vallisoletano tener que buscar la mejor digestión ante una comparativa con su sucesor que le deja precisamente en una situación bastante incómoda. Los jugadores son casi los mismos (no tuvo a Sadiq ni a Iván Jaime, ya que Aarons tampoco cuenta para Corberán) pero la situación global ha cambiado radicalmente.
A Baraja, por ejemplo, le pesó esa nefasta racha que como visitante tanto padeció el Valencia, incapaz de ganar desde aquel 0-1 a Osasuna el 15 de abril de 2024. A Corberán le costó quitarse de encima ese marrón , eso es cierto, pero cuando pudo lo hizo a lo grande, ganando en el Bernabéu para, cuatro jornadas después, volver a ganar a Las Palmas. El Valencia estuvo casi un año entero sin ganar fuera y ahora en un mes ya lleva dos triunfos como visitante.
Los registros del de Cheste triplican prácticamente los de Baraja. Desde luego, la media de puntos es abrumadora: 1,76, lejos de los 0,71 que lucía Baraja cuando fue guillotinado. El Corberán del Valencia ha superado al Corberán inglés, ya que hasta ahora su mejor media de puntos era con el West Bromwich con 1,59. Puestos a buscar similitudes, el de Cheste está por encima de los dos últimos años de Marcelino (1,33 en esas tres jornadas de la 2019-20 y 1,61 en la 2018-19) y también más alta que la de Rafa Benítez en la 2002-03 (1,58). En su primera campaña Benítez obtuvo un 1,97 y en la última (2003-04) se fue hasta los 2,03; mientras que el primer curso de Marcelino (2017-18) se cerró con un 1,92.
Otro aspecto que también llama la atención es que a Corberán sólo hay tres equipos que le han conseguido ganar. Lo significativo es que los tres son precisamente los grandes de la Liga. Cayó en su estreno en Mestalla ante el Real Madrid (al que luego vengó en la segunda vuelta), recibió el severo correctivo del Barça en aquel 7-1 que tanto daño hizo, mientras que el paso del Atlético de Madrid por Mestalla tampoco dejó lugar a dudas: 0-3. Era la asignatura del técnico de Cheste, ser capaz de hacerle frente a uno de los grandes. Lo hizo con ese trascendental 1-2 del Santiago Bernabéu.
El equipo de Bordalás, el penúltimo rival en pasar por Mestalla
Unoi de los principales miedos que tiene Corberán es que el equipo se le caiga, tal y como experimentó en sus propias carnes Rubén Baraja la temporada pasada. Con Baraja, cuando el Valencia prácticamente aseguró ya su continuidad en Primera, empezaron a llegar en cascada malos resultados. Eso es lo que entre otras cosas trata de evitar Corberán, que tendrá su primera gran prueba de fuego en ese sentido este sábado en Mestalla. Tiene que pasar precisamente ese día el Getafe de José Bordalás. El expreparador valencianista está curiosamente justo por detrás del Valencia (42 y 39) en la clasificación.
Hoy se cumple un año del último partido que jugó Jaume Doménech
Es la portería una de las cuestiones que la dirección deportiva debe despejar todavía de cara a la temporada que viene. No en lo que atañe al candidato a ser titular por la salida de Mamardashvili (Dimitrievski) sino en lo que se refiere a la suplencia. Jaume Doménech (34 años) acaba contrato en junio. Esta temporada no ha jugado un solo partido (a veces incluso descartado). De hecho, el último encuentro que disputó (34 minutos porque se lesionó) fue el 5 de mayo de 2024, contra el Alavés en Mestalla.
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