Corberán conserva intacta su guardia pretoriana
El de Cheste aplica un patrón similar al que trajo Marcelino y todos los ayudantes dedican largas jornadas para trasladar al jugador una información muy precisa
Con Marcelino García Toral en el Valencia se rompieron los moldes en lo que a ayudantes y diferente personal de apoyo a la primera plantilla ... se refiere. El hoy entrenador del Villarreal llegó a coordinar un equipo de trabajo de casi una treintena de personas, entre los que aportaba el propio club y los que venían de su mano a la disciplina del primer equipo. Carlos Corberán, sin llegar a esa cifra que impactó en su momento, también tiene su particular guardia pretoriana, que participan también del éxito cosechado por el propio técnico de Cheste. Lo bueno es que la continuidad permite también a este personal de apoyo un año más de calma en sus carreras profesionales.
Corberán sigue y se mantiene además intacto todo su equipo de trabajo, conscientes todos que el desafío de cara a la próxima campaña va a ser mayor si cabe. La afición, después de salir de las posiciones de la cola, creyó ver muy cerca la posibilidad de pelear por plazas europeas. Y cada verano vuelve a surgir la misma ilusión, con esa reflexión de que si Corberán fue capaz en media temporada de hacer 34 puntos, ¿qué conseguirá en 38 jornadas? Más ambición equivale para los colaboradores del técnico valenciano más trabajo. Aunque eso es difícil porque si por algo se ha caracterizado el de Cheste es por su tremenda dedicación. Por horas no será. Él y el resto. «Es muy intento y le echamos muchas horas», confiesa sobre el entrenador un miembro de su staff.
Isaac Benedito (psicólogo); Rafa Aranda (preparador físico); Fran Lapiedra (analista); Sergi Benet (preparador físico); Ángel De las Heras (ayudante de campo); Jorge Alarcón (asistente); Josep Alcácer (asistente); Martin Drury (desarrollo individual) y Marcos Abad (preparador de porteros) forman el núcleo duro de Corberán, los que trajo en definitiva -excepto Alcácer- de su etapa en el West Bromwich, a los que habría que añadir Juan Monar (preparador físico) y Carlos Pérez, analista, que trabajaban ya para el club.
Una de las claves que han favorecido que el entrenador haya caído de pie en el vestuario es que los futbolistas valoran el trabajo que se hace en la preparación de los partidos. Las charlas que tiene Corberán con cada jugador es fruto de ese estudio previo. Conversaciones cortas en los que se explican prácticamente los conceptos más importantes de cara al próximo encuentro. No es fácil siempre mantener la atención de un grupo, por muy profesionales que sean. Por eso siempre se ha dicho, y es una de las cosas que tienen muy claro sus ayudantes, es que las indicaciones son directas, con vídeos ilustrativos cortos. En ese trabajo participan todos.
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