Chaparrón a los jugadores
Los aficionados valencianistas presentes se despachan a gusto al final del partido| «Nos tiene que doler», admite Gayà tras un marcador que oscurece la vuelta de Thierry tras once meses y el estreno de Lucas Beltrán
La vergüenza siempre duele, se mire por donde se mire. Ni el regreso de Thierry después de 322 días de lesión; ni el estreno del ... argentino Lucas Beltrán como valencianista; ni la inocente apuesta por los tres centrales sacrificando además la propia identidad de juego del equipo; ni una planificación de dos semanas que no ha servido para nada –con solo Dimitrievski ausente porque ya no hay ni internacionales–; ni el hecho de jugar en un campo casi de regional... nada, desgraciadamente, nada de eso pasará a la historia. Sólo el nuevo paquete de sopapos que se ha llevado este domingo el Valencia provocarán que la mayoría de aficionados valencianistas se suban por las paredes por el nuevo ridículo que dejaron sus ídolos.
Anoche, de cualquier forma, ya se lo hicieron saber a los futbolistas en ese ritual de final de partido que ya se vivió por ejemplo el día de Leganés la temporada pasada. Aquel día, a Baraja también se le ocurrió la feliz idea de apostar por tres centrales contra un rival que luego acabaría bajando. El encuentro terminó 0-0 y los jugadores, cuando acudieron a la esquina a tratar de pedir perdón a su manera a los aficionados, recibieron el mensaje. Este domingo, lo mismo. De nuevo los jugadores fueron a la esquina del Johan Cruyff y allí escucharon de viva voz lo que muchos seguidores sintieron al ver el 6 en la casilla del equipo rival y el 0 en la propia.
De poco sirven las manifestaciones de José Luis Gayà nada más terminar el desaguisado. Derrotas así no son fáciles de digerir y eliminar: «Dos semanas preparando el partido, sabiendo lo que teníamos que hacer y al final... Teníamos un plan de partido, sabíamos que nos iban a coger la espalda, lo habíamos entrenado pero no hemos estado finos. Parece que nos tienen tomada la medida. No hemos sido capaces de contrarrestar sus puntos fuertes».
«Ese segundo gol nos ha hecho mucho daño, no podíamos perderle la cara al partido», admitía el lateral de Pedreguer que, dicho sea de paso, no está este año todo lo fino que cabía esperar. Ahora, la única duda es saber cómo afectará esto al ambiente que rodea al vestuario. «Se recupera trabajando. El año pasado ya nos recuperamos de encajar siete goles y fuimos capaces de ganar en casa y perder poco. Nos tiene que doler. Es un resultado muy contundente, veníamos con la lección aprendida pero no ha podido ser», añadía.
No fue ni mucho menos el Valencia que se esperaba. Fue una noche extraña y no sólo porque un partido de este calado se jugara en un campo inapropiado. En el palco, por ejemplo, quien ejerció de máxima representación del Valencia fue Voro. A su lado, Miguel Tendillo. Ni estaban Ron Gourlay ni Javier Solís, que regresa este lunes precisamente de vacaciones. De Kiat Lim ni se sabe. Es el único presidente del Valencia que no ha visto a su equipo en directo. Por eso sí va a pasar a la historia. Y lleva en el cargo dieciséis partidos, doce de la temporada pasada y cuatro de esta. Quizás apagó la televisión con el 1-0, en el 28'.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión