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Carlos Corberán ha sumado 30 puntos en los 17 partidos que lleva entrenando al Valencia. Es el primero que sabe que ese trabajo excelso, cuando ... llegó el equipo parecía condenado al descenso, vale una permanencia. Sabedor de que, ahora, todas las preguntas hasta final de temporada van a llevar la palabra Europa ha decidido, de forma inteligente, no variar su discurso. Le ha ido bien el 'partido a partido' con lo que cambiar sería absurdo. Ahora bien, hay que saber leer entre líneas e interpretar discursos. Corberán está demostrando que los prepara de una forma tan metódica que cada entrenamiento. No hay nadie que escuchara este viernes su rueda de prensa completa en la previa del duelo ante el Getafe de este sábado (14 horas, Movistar LaLiga), cuando habló su equipo estaba a dos puntos de la octava plaza que da acceso a la Conference League y con diez de ventaja sobre el descenso, que no sacara la conclusión de que el vestuario que gestiona va a exprimirse en los cuatro partidos que restan para luchar por Europa.
El razonamiento es claro. Con los 42 actuales, Corberán fue cristalino: «La temporada no ha acabado, tenemos 12 puntos en juego y veo en la plantilla la ambición de seguir creciendo y compitiendo. Tengo una ilusión tremenda de seguir compitiendo». La lógica es aplastante. Seguir creciendo, sumando puntos, a estas alturas del curso y con la parte europea a tiro significa luchar por esas plazas y, ojalá, romper una tapa que lleva cinco años cerrada. El de Cheste reafirmó su argumento dejando claro que observa a sus jugadores, que llevan nueve partidos sin perder en Liga, con su misma determinación: «Me gusta la mentalidad de mis futbolistas, no he visto ningún cambio desde que llegué. Veo la misma entrega, ilusión y ganas de seguir aprendiendo». Por si no había quedado claro el mensaje, basta con recordar la hemeroteca para ver que la pasada temporada el Valencia se dejó ir cuando consiguió la permanencia, lanzó un aviso claro. Repasando sus discursos, uno de los más contundentes desde que se sienta en el banquillo local de Mestalla: «Si veo algo contrario (en la actitud de sus futbolistas) me enfadaré y lo haré saber. Quiero ver en el grupo la misma humildad que desde el primer día».
Ese compromiso público de Corberán es con la afición. El valencianismo se ha ganado el derecho, demasiado ha sufrido, de tener la ilusión de hacer cuentas en estas cuatro jornadas con todos los enfrentamientos directos que hay entre los equipos que tienen opciones de Europa. «No hay un jugador que vista la camiseta del Valencia que pueda permitirse relajarse nunca. Llevar el escudo y defenderlo es exigencia y el Valencia va a competir siempre en cada partido. No hay en mi cabeza que haya nada más ambicioso que trabajar cada partido por conseguir los tres puntos», remató un técnico que recordó que el día su presentación sentenció que su objetivo era «que la afición del Valencia recuperara la ilusión con su equipo, que se creara una ilusión el día del partido por la entrega del equipo porque eso es lo que hace sentir a la afición el orgullo de ser valencianista». El arte de mutar el objetivo hacia la lucha por Europa pero sin mentar la palabra Europa. Un Simeone de manual.
El Getafe llega a la cita con tres puntos menos, hasta que no aparece el cuatro en las decenas nadie está tranquilo, en una dinámica de malos resultados y con las bajas de Djené, Arambarri y Uche. Vamos, en un panorama bastante más gris que uno de los mejores equipos de la segunda vuelta. Los focos estarán puestos en José Bordalás, el técnico que llevó a los valencianistas a su última final de Copa en 2022. «Siempre es muy agradable volver a Mestalla, me trataron francamente bien», reconoció ayer el alicantino «porque fue una temporada muy intensa y productiva. Tengo un recuerdo enorme, con cariño de la afición y de las personas que trabajan con el club y también de muchos jugadores. Deseo siempre lo mejor a los clubes que confiaron en mí, y el Valencia es uno de ellos». Bordalás, por cierto, es otro de los que tiene claro que la trayectoria ascendente de los de Corberán en los últimos meses le convierten en un candidato, por juego y por distancia numérica a esos puestos, a optar al regreso continental: «No va a ser fácil porque el Valencia está en buena dinámica. Mestalla es una gran afición que va a estar empujando porque ven la posibilidad de Europa».
La gran duda en el once que saltará al césped en el bando local está en la punta de ataque. Enzo Barrenechea, que comenzó la semana trabajando al margen por su esguince de tobillo, completó los últimos dos entrenamientos con lo que está a disposición del técnico. Arriba, el de Cheste reconoció ayer que está muy contento con el rendimiento de los tres delanteros (Hugo Duro, Sadiq y Rafa Mir) con lo que cualquier combinación es posible. Teniendo en cuenta que también está Almeida en ella, a buen seguro que tanto de inicio como en el desarrollo del partido con los cambios aparecerán varias combinaciones.
Los cuatro partidos que restan para acabar la Liga se disputarán en dos semanas, con lo que las cargas de minutos deberán monitorizarse en un tramo final donde la mayoría llega con molestias. Tras el encuentro contra el Getafe, el Valencia viajará a Vitoria para enfrentarse el miércoles 14 a un Alavés que sigue en su lucha por no bajar y cerrará la semana de tres partidos el domingo 18 recibiendo a un Athletic que se está jugando, con el Villarreal y el Betis, un puesto para disputar la próxima temporada la Liga de Campeones.
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