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Guillamón se marcha acompañado de un médico en el partido frente al Atlético. IRENE MARSILLA
El arriesgado oficio de jugar de central en el Valencia

El arriesgado oficio de jugar de central en el Valencia

Hasta doce partidos se han perdido los futbolistas blanquinegros que ocupan esta posición. El último en caer ha sido Guillamón, que estará dos semanas de baja

Lourdes Martí

Valencia

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Lunes, 30 de noviembre 2020, 23:35

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Once jornadas de Liga y los cuatro centrales del Valencia ya han pasado por la enfermería. El último en lesionarse ha sido Hugo Guillamón. El canterano estará fuera de los terrenos de juego entre dos y tres semanas. El feo pinchazo que sintió el internacional sub-21 durante el partido frente al Atlético hacía presagiar una rotura fibrilar, lo que le dejaría en el dique seco durante un mes como le ha ocurrido a Gayà. Al final la lesión reviste menos gravedad.

Le habrá dolido un poco más al de L'Eliana las consecuencias de forzar su quinta amarilla. Las cámaras cazaron a Javi Gracia diciéndole que provocara la sanción, ya que auguraba el técnico que se iba a perder fijo el partido ante el Eibar. Desde esta temporada, la Liga castiga esta situación, bastante habitual, con un partido extra de sanción y una multa de 600 euros, por lo que es posible que el Comité de Competición aplique el reglamento.

La lesión muscular de Guillamón llega después de la de Mouctar Diakhaby. En Elche, con 2-0 en el marcador, el francés tuvo que abandonar el terreno de juego. Ayer, el equipo descansaba pero en el regreso a los entrenamientos establecido para hoy ya se le espera después de haber trabajado con normalidad el domingo. El entrenador navarro es optimista respecto al regreso del futbolista que más le convence como pareja de Gabriel Paulista.

Comité de Competición podría castigar al de L'Eliana por forzar la quinta amarilla con un partido extra y 600 euros

Sufrió el valencianismo cuando el brasileño, que por cierto está cerca de tener la nacionalidad española y quizás, a sus 29 años, de dar el salto a la selección ya que Luis Enrique le ha lanzado algún que otro guiño, se rompió en septiembre. Pudo terminar el partido ante el Celta, incluso Gracia le pidió que aguantase, pero su pierna izquierda dijo basta. Era la segunda lesión muscular de un defensa que, todavía en los primeros compases de Liga, sufría el Valencia. El primero iba a ser Eliaquim Mangala. El central francés, cuyo estado físico desde que recalara en el club de Mestalla en su segundo periplo siempre ha sido cuestionado, se rompió en el estreno liguero frente al Levante. Más de un mes de baja estuvo por su rotura de fibras.

Guillamón hizo el pleno de lesiones en el centro de la defensa el sábado pasado. Gracia se resiste a pensar que las ausencias por dolencias musculares en el club de Mestalla –no sólo en el caso de estos cuatro futbolistas, Gayà por ejemplo es baja por este motivo– tiene algo que ver con la preparación física.

La lesión del de L'Eliana llega en un momento en el que había parecido convencer a un cuerpo técnico que se resistía a alinearlo de inicio. El entrenador blanquinegro se quedó con las ganas de incorporar este verano un defensa de jerarquía que sustituyese a Ezequiel Garay. En realidad no tuvo sustituto para ninguna marcha. El argentino, que sigue sin equipo, hacía mejor al incontestable Paulista.

En el estreno liguero, Gracia alineó a Mangala. 16 minutos duró el central, que fue sustituido por Diakhaby. Guillamón era la última opción. Sólo pudo repetir pareja en un partido, hasta la lesión del brasileño frente al Celta en Balaídos (2-1). El de L'Eliana saltó de inicio frente al Huesca (1-1), Real Sociedad a domicilio (0-1) y Betis en Mestalla (0-2). Hasta que Paulista se recuperó y Guillamón volvió al banquillo. Frente al Elche se lesionó Diakhaby. Con Mangala y el canterano disponibles, Gracia se dio la vuelta y llamó al futbolista nacido en San Sebastián. Un giro de guión que recompensa a un futbolista que iba a demostrar a su preparador que no se equivoca con él. Un jugador todavía en formación –tiene 20 años– que aporta salida de balón y que tras un error, como el penalti cometido frente al Alavés, mantiene la cabeza tan fría que es capaz de rehacerse con un gol. El primero en la Liga.

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