Aplazado: el Valencia-Oviedo se juega este martes a las 20 horas
La Federación acepta la petición del club de Mestalla ante las alertas por lluvia y la recomendación de evitar desplazamientos
El fútbol de antes –el de hace no muchos años–, tenía la sana costumbre de dar a conocer el día y la hora de los partidos con la suficiente antelación para que los aficionados, tanto los locales pero sobre todo los visitantes, pudieran hacer planes. Había que sacar billetes de avión lo más barato posible, encajar horarios de trenes, buscar amigos para que la gasolina del coche saliera lo más barata posible, pensar en el hotel que mejor viniera a las economías de cada uno y hasta pedir permiso en el trabajo para tener el día libre o incorporarse más tarde al mismo. Eso era antes. El de ahora funciona a otro ritmo. A ritmo sobre todo de pinchazos de televisión se podría decir. Lo de ver público en la grada está bien y hasta a los clubes se les penaliza si el tiro de cámara coge butacas vacías, pero el aficionado por lo general queda por desgracia en ocasiones en un segundo plano. Es verdad que LaLiga ajusta las jornadas con algunos días de antelación, pero si hace unas semanas el Valencia vivió un caso atípico cuando tenía que vérselas con el FC Barcelona por culpa de un Camp Nou que aún no tiene la dichosa licencia, lo de este lunes con el Oviedo llegó a marcar casi un récord.
Es difícil explicar que sabiendo lo que pasó hace un año con la dana, que el domingo ya se sabía que había alerta roja y que muchos pueblos de la Comunitat, con miles de socios blanquinegros repartidos por ellos, iban a estar más pendientes del cielo que del partido de su equipo, la decisión de aplazar hasta este martes (20 horas) el Valencia-Oviedo se adoptara oficialmente a poco más de cinco horas de la disputa del mismo. Pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde cuando desde todas las partes implicadas (Valencia, Oviedo, LaLiga y la Federación) se emitieron los correspondientes comunicados oficiales de algo que se caía por su propio peso. La decisión del Juez de Competiciones Profesionales (Alberto Peláez Rodríguez) se hizo tanto de rogar que no hay compensación alguna para la inquietud que vivió la afición valencianista.
Para que desde Federación llegara la luz verde al aplazamiento tuvieron que enviar escritos Raúl Ojea (como responsable de Competiciones de LaLiga); Javier Solís (director general del Valencia), y hasta la propia alcaldesa, María José Catalá, que aún no teniendo competencia directa sobre la decisión de suspender o no el encuentro, sí al menos trasladó a Madrid la «la preocupación existente en la región fruto de las referidas previsiones meteorológicas y la situación de 'Alerta' decretada desde AEMET», según recoge la propia resolución federativa.
La cita será por lo tanto hoy. Eso sí, la cosa puede cambiar. «Dado lo ajustado del calendario y a fin de no causar un mayor perjuicio a las personas desplazadas a Valencia, se producirá mañana día 30 de septiembre... siempre y cuando las condiciones meteorológicas permitan la disputa del encuentro en las adecuadas condiciones de seguridad para los intervinientes y asistentes, y las autoridades autoricen igualmente su disputa por haber desaparecido la situación de alerta roja decretada por la Agencia Estatal de Meteorología», advierte el juez que, de acuerdo al artículo 31.3 del reglamento federativo, obliga al Oviedo a permanecer en su hotel de concentración: «el equipo visitante deberá permanecer en la localidad en la que se desarrolla el evento o en otra localidad lo suficientemente próxima al lugar de celebración del partido, a fin de que, si cesa la causa que motivó tal suspensión, el encuentro se celebre dentro de las veinticuatro horas siguientes».
El Oviedo, que respalda la decisión, pensó también en su gente y en su comunicado hacía referencia a aquellos que hubieran tenido que desplazarse creyendo que se iba a jugar el lunes: «Un mensaje de prudencia a sus aficionados, a quienes insta a extremar la precaución... lamentamos los inconvenientes ocasionados a los seguidores desplazados». El conjunto ovetense había distribuido entre sus seguidores las 508 entradas (a 30 euros cada una) que les envió el Valencia.
Deportivamente y a la espera de ver el comportamiento del césped con el agua acumulada, Corberán lo tuvo más fácil que Paunovic para lidiar con la situación. Hay que tener en cuenta que el vuelo con los 24 jugadores convocados llegó el domingo por la mañana a Valencia.
El equipo no llegó a concentrarse pero se entrenó por la tarde
Los jugadores del Valencia ya saben, la mayoría, cómo se las gasta el cielo de la Comunitat por estas fechas. Por eso y teniendo en cuenta los avisos que se estaban produciendo, el club mantuvo un permanente contacto con los jugadores y finalmente decidió que ninguno acudiera a la concentración que se suele programar a última hora de la mañana los días que el equipo juega por la noche en casa.
Otros entrenadores mantienen la costumbre de concentrarlos el día antes, independientemente de si el partido es por la tarde o por la noche. Con Corberán la rutina es el mismo día si se puede, cosa que agradecen los futbolistas que prefieren estar más tiempo en sus domicilios que en el hotel. Aún así, por la tarde todos acudieron a Paterna a ejercitarse. La Ciudad Deportiva, por cierto, estaba desierta ya que el Valencia decidió suspender todos los entrenamientos previstos, tanto para el Femenino como para la Academia (también se cerraron las tiendas oficiales). Valencia y Oviedo tendrán que readaptar su plan semanal de entrenamientos.
Ambos tienen la próxima cita liguera el próximo sábado: los de Corberán en Girona (16.15 h.) y los visitantes reciben al Levante (14 h.).