Un año del acuerdo histórico que permitió aprobar las fichas urbanísticas del Nou Mestalla

El acuerdo plenario recibió el calificativo de histórico porque hay que recordar que salió adelante gracias a los votos a favor de Partido Popular, Compromís y PSPV. Partido de Gobierno y oposición unían sus votos, una situación que no es inédita pero que desde luego no es nada común. Una cuestión de tanta enjundia como lo que se refiere al estadio (nuevo y viejo) y al Valencia provocó esa extraña alianza que se ha dado en contadísimas excepciones como por ejemplo los Gay Games, que también recibió los votos en contra de Vox.

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Fue aquel 23 de julio del año pasado cuando quedó negro sobre blanco que se incluyera «a falta de la firma de un nuevo convenio, las condiciones que ha de cumplir el nuevo estadio, de manera vinculante, para poder disponer de las plusvalías urbanísticas»; también se aprobaba la auditoría externa; se dejaba claro que si el Valencia incumplía los plazos de ejecución de la obras establecidos en la licencia se procederá a la derogación del planeamiento derivado de la ATE; y que para aprovechar las ventajas urbanísticas del terciario del Nou Mestalla antes debía el club ingresar en la Tesorería Municipal el importe fijado con coste total IVA incluido de la construcción del polideportivo municipal de Benicalap (cosa que aún no se ha hecho y se espera para después del verano).

La aparente sintonía del PP con la oposición saltó pronto por los aires. Una cosa es lo que se vota y otra la imagen que unos y otros dan de cara a la opinión pública. La oposición no ha dejado de bombardear al PP por la poca exigencia con Meriton.