La Estación del Norte se desnuda: comienza la retirada de su icónica cubierta
La reforma de las instalaciones incluyen la sustitución del actual techado, del que se retiró ya las piezas de amianto, para colocar un nuevo de zinc y cristal
Una de las imágenes icónicas de Valencia, la que ofrece su monumental Estación del Norte, acaba de pasar a la historia... de momento. Hasta que ... se monte de nuevo su cubierta con una nueva estampa forjada por el vidrio y el zinc, la actual ha entonado este jueves su adiós: un enorme bocado a su techo que sorprendía de buena mañana los peatones y curiosos que cruzan ante el edificio, bien de interés cultural y patrimonio de los valencianos. Las obras de sustitución forman parte de un ambicioso programa de actuaciones para su reforma, emprendida tiempo atrás con un horizonte fijado por una cifra: la inversión destinada por Adif, consistente en 17,7 millones de euros para su restauración integral, «con el fin de poner en valor su arquitectura original y garantizar la preservación del inmueble y su funcionalidad para el servicio ferroviario».
En estos términos se pronunciaba la empresa estatal en marzo del año 2023, cuando formalizó la adjudicación del encargo de rehabilitación. Desde entonces han menudeado los trabajos de ejecución de las obras, que incluyeron una fase muy delicada hace aproximadamente un año: la retirada de los elementos de amianto integrados en su majestuosa cubierta. Una operación que precedió al avance de los trabajos que tienen cierto sentido histórico: se trata de la primera gran restauración que se acometa en el emblemático edificio, que supondrá renovar la cubierta de su marquesina histórica y recuperar en valor sus elementos ornamentales originales. Unos trabajos adjudicados a la unión temporal de empresas (UTE) formada por ASCH Infraestructuras y Servicios y Restauralia Cartago, a cuyo cargo queda un proyecto de elevada importancia habida cuenta lo valioso del edificio: obra del arquitecto Demetrio Ribes, data de 1917 y es un monumento simbólico erigido en estilo modernista, con influencia del secesionismo vienés.
El proyecto para su restauración comprende reforzar la estructura de esa cubierta histórica que acaba de acometer su retirada, para ser reemplazada por una nueva de zinc, dotada en su parte superior por materiales que permitan el paso de la luz para fomentar la luminosidad y la iluminación natural. La cubierta, una estructura de 200 metros de longitud y unos 45 de ancho, presenta una superficie de unos 9.000 metros cuadrados y forma parte del imaginario valenciano desde hace más de cien años: la vista que ofrece desde cualquier ángulo, con predilección por la tomada desde la calle Marqués de Sotelo con la plaza del Ayuntamiento a la espalda, tiene mucho de póster de la ciudad por la belleza del edificio y su relevancia para la prosperidad de la ciudad que lo acoge. La Valencia que el 17 de julio de 2024 entona el adiós a esa joya, con la esperanza de que sea un breve hasta luego.
Hasta entonces, Adif asegura que la Estación se mantendrá operativa durante la realización de estos trabajos, que se programarán de forma que no interfieran en los servicios ferroviarios ni en los que se prestan a los viajeros. «Esta actuación», según la compañía, «garantizará la preservación del patrimonio historio y arquitectónico que constituye el edificio de la estación, en el que además abundan los elementos propios de la identidad local, un repertorio iconográfico de motivos valencianos repartidos por la fachada, las barandillas, las vidrieras, los remates almenados o las puertas, entre otras ubicaciones».
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