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Peligrosos saltos desde el espigón de la Marina de Valencia

Grupos de adolescentes valencianos se juegan la vida lanzándose desde el espigón de la Marina. Los jóvenes acceden hasta la zona prohibida para el baño y realizan desde allí peligrosas zambullidas en el mar

Viernes, 13 de julio 2018, 14:20

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Solo han pasado unos días desde que un adolescente sufrió lesiones medulares tras lanzarse al mar desde una roca en El Campello. El muchacho de 14 años continúa ingresado en el Hospital General, según fuentes sanitarias. Sin embargo, para muchos jóvenes, el accidente ocurrido el pasado domingo no supone ninguna advertencia y continúan jugándose el tipo al saltar al agua desde elevadas alturas.

Damián Torres
Solo han pasado unos días desde que un adolescente sufrió lesiones medulares tras lanzarse al mar desde una roca en El Campello. El muchacho de 14 años continúa ingresado en el Hospital General, según fuentes sanitarias. Sin embargo, para muchos jóvenes, el accidente ocurrido el pasado domingo no supone ninguna advertencia y continúan jugándose el tipo al saltar al agua desde elevadas alturas.
Solo han pasado unos días desde que un adolescente sufrió lesiones medulares tras lanzarse al mar desde una roca en El Campello. El muchacho de 14 años continúa ingresado en el Hospital General, según fuentes sanitarias. Sin embargo, para muchos jóvenes, el accidente ocurrido el pasado domingo no supone ninguna advertencia y continúan jugándose el tipo al saltar al agua desde elevadas alturas.

Un año más, el Puerto de Valencia es escenario de estas imprudentes conductas. Acceder al espigón de La Marina Real desde donde se arrojan estos jóvenes no es tarea fácil. Primero tienen que subir unas escaleras para acceder al dique, atravesar una minúscula valla de alambre partida por la mitad y descender a las rocas que frenan el leve oleaje.

Damián Torres
Un año más, el Puerto de Valencia es escenario de estas imprudentes conductas. Acceder al espigón de La Marina Real desde donde se arrojan estos jóvenes no es tarea fácil. Primero tienen que subir unas escaleras para acceder al dique, atravesar una minúscula valla de alambre partida por la mitad y descender a las rocas que frenan el leve oleaje.
Un año más, el Puerto de Valencia es escenario de estas imprudentes conductas. Acceder al espigón de La Marina Real desde donde se arrojan estos jóvenes no es tarea fácil. Primero tienen que subir unas escaleras para acceder al dique, atravesar una minúscula valla de alambre partida por la mitad y descender a las rocas que frenan el leve oleaje.

Después, andar durante 50 metros sorteando algunos peñascos y arrimarse al tabique del espigón, punto desde el que se arrojarán al agua. Es el trayecto que cada verano muchos jóvenes recorren para llegar a esta zona de la Marina Real y zambullirse en el mar.

Damián Torres
Después, andar durante 50 metros sorteando algunos peñascos y arrimarse al tabique del espigón, punto desde el que se arrojarán al agua. Es el trayecto que cada verano muchos jóvenes recorren para llegar a esta zona de la Marina Real y zambullirse en el mar.
Después, andar durante 50 metros sorteando algunos peñascos y arrimarse al tabique del espigón, punto desde el que se arrojarán al agua. Es el trayecto que cada verano muchos jóvenes recorren para llegar a esta zona de la Marina Real y zambullirse en el mar.

Es la manera que tienen de divertirse durante estos tres meses, una forma de sentir adrenalina mientras se entretienen, pero sin ser conscientes del peligro que supone esta clase de pasatiempos ilegales.

Damián Torres
Es la manera que tienen de divertirse durante estos tres meses, una forma de sentir adrenalina mientras se entretienen, pero sin ser conscientes del peligro que supone esta clase de pasatiempos ilegales.
Es la manera que tienen de divertirse durante estos tres meses, una forma de sentir adrenalina mientras se entretienen, pero sin ser conscientes del peligro que supone esta clase de pasatiempos ilegales.

LAS PROVINCIAS ha sido testigo del instante en que cuatro chavales accedieron a la zona prohibida de La Marina y se lanzaron al mar entre risas y bromas. Algunos hicieron llamativas y espectaculares volteretas en el aire mientras los demás animaban y hablaban. Uno de los chicos del grupo solo observó la competición de saltos que había surgido al llegar al espigón, pero no llegó a saltar durante la mañana. Toda una imprudencia al considerar que ninguno de ellos comprobó la profundidad del fondo del mar ni tampoco verificó la existencia de desprendimientos por la erosión de las rocas. Simplemente se divertían juntos y a ciegas.

Damián Torres
LAS PROVINCIAS ha sido testigo del instante en que cuatro chavales accedieron a la zona prohibida de La Marina y se lanzaron al mar entre risas y bromas. Algunos hicieron llamativas y espectaculares volteretas en el aire mientras los demás animaban y hablaban. Uno de los chicos del grupo solo observó la competición de saltos que había surgido al llegar al espigón, pero no llegó a saltar durante la mañana. Toda una imprudencia al considerar que ninguno de ellos comprobó la profundidad del fondo del mar ni tampoco verificó la existencia de desprendimientos por la erosión de las rocas. Simplemente se divertían juntos y a ciegas.
LAS PROVINCIAS ha sido testigo del instante en que cuatro chavales accedieron a la zona prohibida de La Marina y se lanzaron al mar entre risas y bromas. Algunos hicieron llamativas y espectaculares volteretas en el aire mientras los demás animaban y hablaban. Uno de los chicos del grupo solo observó la competición de saltos que había surgido al llegar al espigón, pero no llegó a saltar durante la mañana. Toda una imprudencia al considerar que ninguno de ellos comprobó la profundidad del fondo del mar ni tampoco verificó la existencia de desprendimientos por la erosión de las rocas. Simplemente se divertían juntos y a ciegas.

«Ellos quieren vivir experiencias prohibidas y actúan de forma irracional sin asumir el posible riesgo», afirma uno de los socorristas de la playa de la Malvarrosa. Para el servicio de salvamento es imposible lidiar con este tipo de conductas acuáticas. Ellos no tienen ninguna visibilidad de este espigón de La Marina y su responsabilidad es dedicarse a los bañistas que diariamente acuden a disfrutar de un día de playa a la Malvarrosa.

Damián Torres
«Ellos quieren vivir experiencias prohibidas y actúan de forma irracional sin asumir el posible riesgo», afirma uno de los socorristas de la playa de la Malvarrosa. Para el servicio de salvamento es imposible lidiar con este tipo de conductas acuáticas. Ellos no tienen ninguna visibilidad de este espigón de La Marina y su responsabilidad es dedicarse a los bañistas que diariamente acuden a disfrutar de un día de playa a la Malvarrosa.
«Ellos quieren vivir experiencias prohibidas y actúan de forma irracional sin asumir el posible riesgo», afirma uno de los socorristas de la playa de la Malvarrosa. Para el servicio de salvamento es imposible lidiar con este tipo de conductas acuáticas. Ellos no tienen ninguna visibilidad de este espigón de La Marina y su responsabilidad es dedicarse a los bañistas que diariamente acuden a disfrutar de un día de playa a la Malvarrosa.

Cuando los rescatadores se alejan de la costa a bordo de sus motos acuáticas sí han sido a veces testigos de comportamientos poco sensatos. Según el socorrista de la Cruz Roja, dos compañeras observaron a dos chicas junto a las rocas del dique, no muy lejos del espigón, con la intención de lanzarse al agua. «Nosotros, al ver eso, lo que hacemos es advertir de las repercusiones que puede tener una actitud irresponsable». Cuando no son respetados o no se cumplen las normas de seguridad llaman a la Policía local.

Damián Torres
Cuando los rescatadores se alejan de la costa a bordo de sus motos acuáticas sí han sido a veces testigos de comportamientos poco sensatos. Según el socorrista de la Cruz Roja, dos compañeras observaron a dos chicas junto a las rocas del dique, no muy lejos del espigón, con la intención de lanzarse al agua. «Nosotros, al ver eso, lo que hacemos es advertir de las repercusiones que puede tener una actitud irresponsable». Cuando no son respetados o no se cumplen las normas de seguridad llaman a la Policía local.
Cuando los rescatadores se alejan de la costa a bordo de sus motos acuáticas sí han sido a veces testigos de comportamientos poco sensatos. Según el socorrista de la Cruz Roja, dos compañeras observaron a dos chicas junto a las rocas del dique, no muy lejos del espigón, con la intención de lanzarse al agua. «Nosotros, al ver eso, lo que hacemos es advertir de las repercusiones que puede tener una actitud irresponsable». Cuando no son respetados o no se cumplen las normas de seguridad llaman a la Policía local.

Otra de las circunstancias que facilitan que se lleven a cabo estos saltos peligrosos es la ausencia de más seguridad. A lo largo de la mañana sólo patrulla por la zona un coche de la Guardia Civil, y no llega a penetrar dentro de la zona del Puerto donde se encuentra el espigón.

Damián Torres
Otra de las circunstancias que facilitan que se lleven a cabo estos saltos peligrosos es la ausencia de más seguridad. A lo largo de la mañana sólo patrulla por la zona un coche de la Guardia Civil, y no llega a penetrar dentro de la zona del Puerto donde se encuentra el espigón.
Otra de las circunstancias que facilitan que se lleven a cabo estos saltos peligrosos es la ausencia de más seguridad. A lo largo de la mañana sólo patrulla por la zona un coche de la Guardia Civil, y no llega a penetrar dentro de la zona del Puerto donde se encuentra el espigón.

Este punto de La Marina Real forma parte de la aduana marítima, por lo tanto, hay cámaras de vigilancia bien colocadas hacia el lugar del dique desde donde realizan las inmersiones.

Damián Torres
Este punto de La Marina Real forma parte de la aduana marítima, por lo tanto, hay cámaras de vigilancia bien colocadas hacia el lugar del dique desde donde realizan las inmersiones.
Este punto de La Marina Real forma parte de la aduana marítima, por lo tanto, hay cámaras de vigilancia bien colocadas hacia el lugar del dique desde donde realizan las inmersiones.

La escasa prevención sorprende sobre todo porque no es un hecho aislado. Los arriesgados saltos se suceden año tras año.

Damián Torres
La escasa prevención sorprende sobre todo porque no es un hecho aislado. Los arriesgados saltos se suceden año tras año.
La escasa prevención sorprende sobre todo porque no es un hecho aislado. Los arriesgados saltos se suceden año tras año.

Lanzarse de forma temeraria al mar puede acarrear una sanción de hasta 1.500 euros, una elevada pena que tiene como objetivo erradicar por completo estos comportamientos imprudentes y que los ingresados por lesiones medulares no lleguen al hospital por este tipo de inmersiones.

Damián Torres
Lanzarse de forma temeraria al mar puede acarrear una sanción de hasta 1.500 euros, una elevada pena que tiene como objetivo erradicar por completo estos comportamientos imprudentes y que los ingresados por lesiones medulares no lleguen al hospital por este tipo de inmersiones.
Lanzarse de forma temeraria al mar puede acarrear una sanción de hasta 1.500 euros, una elevada pena que tiene como objetivo erradicar por completo estos comportamientos imprudentes y que los ingresados por lesiones medulares no lleguen al hospital por este tipo de inmersiones.

Los saltos de alto riesgo al agua provocan el 6% de las lesiones medulares y los hospitalizados son jóvenes de entre 15 y 25 años, según los estudios realizados por la Federación Nacional de Asociaciones de Lesiones Medulares y Grandes Discapacitados.

Damián Torres
Los saltos de alto riesgo al agua provocan el 6% de las lesiones medulares y los hospitalizados son jóvenes de entre 15 y 25 años, según los estudios realizados por la Federación Nacional de Asociaciones de Lesiones Medulares y Grandes Discapacitados.
Los saltos de alto riesgo al agua provocan el 6% de las lesiones medulares y los hospitalizados son jóvenes de entre 15 y 25 años, según los estudios realizados por la Federación Nacional de Asociaciones de Lesiones Medulares y Grandes Discapacitados.

Son varios los daños que este tipo de zambullidas puede ocasionar en los jóvenes, como traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares, tetraplejia y paraplejia.

Damián Torres
Son varios los daños que este tipo de zambullidas puede ocasionar en los jóvenes, como traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares, tetraplejia y paraplejia.
Son varios los daños que este tipo de zambullidas puede ocasionar en los jóvenes, como traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares, tetraplejia y paraplejia.

Estas consecuencias irrevocables no aparecen en la mente antes de que los chavales del Puerto ejecuten su salto del día.

Damián Torres
Estas consecuencias irrevocables no aparecen en la mente antes de que los chavales del Puerto ejecuten su salto del día.
Estas consecuencias irrevocables no aparecen en la mente antes de que los chavales del Puerto ejecuten su salto del día.

Ni siquiera pese a que sólo hace unos días otro chico sufrió una lesión medular en El Campello que aún lo tiene hospitalizado.

Damián Torres
Ni siquiera pese a que sólo hace unos días otro chico sufrió una lesión medular en El Campello que aún lo tiene hospitalizado.
Ni siquiera pese a que sólo hace unos días otro chico sufrió una lesión medular en El Campello que aún lo tiene hospitalizado.

Grupos de adolescentes valencianos se juegan la vida lanzándose desde el espigón de la Marina. Los jóvenes acceden hasta la zona prohibida para el baño y realizan desde allí peligrosas zambullidas en el mar

Damián Torres
Grupos de adolescentes valencianos se juegan la vida lanzándose desde el espigón de la Marina. Los jóvenes acceden hasta la zona prohibida para el baño y realizan desde allí peligrosas zambullidas en el mar
Grupos de adolescentes valencianos se juegan la vida lanzándose desde el espigón de la Marina. Los jóvenes acceden hasta la zona prohibida para el baño y realizan desde allí peligrosas zambullidas en el mar

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