Las obras de la avenida Malvarrosa se meten en pleno verano entre quejas de comerciantes y vecinos

No hay que olvidar que se trata de un proyecto de reforma y de renaturalización heredado del anterior gobierno local, que el actual equipo asumió para no perder las ayudas de fondos europeos, pese a que los residentes dejaron muy claro en una encuesta realizada por la asociación vecinal que estaban en contra de esta reforma por la cantidad de plazas de aparcamiento que se perdían.

Fruto de posteriores reuniones entre el Ayuntamiento y los vecinos se logró salvar unas sesenta plazas de estacionamiento y se negoció cómo hacer compatible el paso de los autobuses de la EMT y de los coches, para que no se produzcan atascos, pero en un recorrido por la avenida Malvarrosa es fácil conocer los problemas que sufren a diario los comerciantes y vecinos.

Uno de los principales contratiempos es que los comerciantes están vendiendo menos «porque muchos de los vecinos, sobre todo la gente mayor, evitan pasar por la avenida porque está en obras y, como no pueden circular tampoco los coches, no pueden parar a comprar», detalla Tomás, de un comercio de alimentación de la avenida Malvarrosa.

Asegura que en muchos casos «la bajada de las ventas es del 50% y el problema es que son unas obras que van para largo, durarán varios meses, y los negocios no podemos aguantar esta pérdida de ingresos».

Rosa Bueno, que regenta una expendeduría de pan reconoce que las obras de renovación de las canalizaciones de agua y las aceras «está claro que son necesarias, pero son unas obras que van a durar nueve meses y nos están tocando el bolsillo». Describe que cada día «hago entre 50 y 70 euros menos de caja, por no hablar del ruido y del polvo que entra».

Ricardo García, que regenta un estanco al final de la avenida, explica que en su tramo la gente tiene que dar un gran rodeo para llegar a la tienda «y, por lo tanto, hacemos 2.000 euros de caja menos cada día, que se traduce en 500 euros de beneficios menos al día y si lo multiplicas por los nueve meses de obras, la cantidad de polvo que entra y que los clientes no pueden parar con el coche y los vecinos no pueden ni aparcar...».

Esta misma semana los comerciantes están viendo como unir fuerzas, asesorados por la entidad vecinal de Amics de la Malva, para reclamar al Ayuntamiento de Valencia que les den ayudas por el dinero que están dejando de ingresar. «En la calle Castellón y Alicante los comerciantes han recibido ayudas por el corte de las calles con las obras de los túneles peatonales que están haciendo del metro y aquí vamos a tener que pedir lo mismo porque una cosa es aguantar las obras y otra es que dejemos de ganar dinero», explica Ricardo.

En el bar Casa Toni, José Antonio Ramírez, explica que todos los negocios de la zona se están viendo afectados. «En mi caso, son entre 150 y 200 euros menos los que saco cada día porque antes hacía entre 35 y 40 menús y ahora hay días queson 12 o 15 y, a la hora del almuerzo lo tenía siempre lleno, y con las obras la gente deja de venir por no pasar por las obras. Tenemos un 60% menos de facturación».

José Antonio, se muestra preocupado, y añade: «Alguien nos debería de compensar porque son muchos meses los que nos vamos a ver afectados». También opina lo mismo Eva María Embuena, de la ferretería Malva-Hogar. «Son 300 euros menos al día los que estoy haciendo porque a la gente le vuesta llegar entre tantas obras. Nos tendrá que dar ayudas el Ayuntamiento porque esto no puede ser».

Otro problema que sufren por igual vecinos, comerciantes y clientes es la falta de aparcamiento. Relatan que hay días que tienen que dar vueltas de entre 30 minutos y una hora para poder estacionar en el barrio.

El propietario del resturante Gastón, Rubén Gastón, relata que el otro día «unos clientes que habían reservado mesa, tenían la comida prevista a las 14.15 horas y me llamaron porque estaban desesperados por no poder encontrar aparcamiento y llegaron una hora después».

Sobre la falta de aparcamiento, desde la asociación de vecinos Amics de la Malva Agustín Abarca detalla que cuando estuvieron hablando del tema con el Ayuntamiento «les propusimos que ya que se tenían que hacer las obras, había que buscar alternativas de aparcamiento a corto plazo, como que habilitaran zonas para vecinos en solares, poniendo tarjetas identificativas de ser residentes, pero no ha habido respuesta».

Detallan que los vecinos tienen que ir dando vueltas por el barrio y probar suerte en solares como el de Gran Canaria con Vicente la Roda o en el paseo marítimo, «pero ahora que vienen muchos bañistas a la playa se complica muchísimo el encontrar sitio y, además, como hay una zona de aparcamiento frente al museo Blasco Ibáñez que siempre está lleno de caravanas, pues todavía es más difícil».

Tanto Albarca como Marian Navarro y María José Caminero añaden que también se pidió si durante el tiempo que duren las obras se podía permitir «aparcar a los vecinos en la explanada junto al instituto Isabel de Villena, pero tampoco nos han dicho nada».

Y los vecinos, ya pensando en aternativas a largo plazo, también han pedido al Ayuntamiento que haga un aparcamiento en altura, como se planea hacer en el Cabanyal. «Tenemos un solar en la calle Ingeniero Fausto Elío con Vicente La Roda que está grafiado como suelo escolar donde se podría recalificar para hacer un parking en altura porque la demanda escolar está cubierta en el barrio, pero tampoco nos han dicho nada», indican Albarca, Navarro y Caminero.

Cabe recordar que las obras de refoma de la avenida Malvarrosa incluye la modernización de la red de canalizaciones de agua, la plantación de árboles (eso sí en maceteros) y la creación de una plataforma única viaria. donde los coches podrán circular, pero en los 800 metros lineales de avenida serán muchas las plazas de aparcamiento que se perderán.

El proyecto cuenta con una inversión de 2,4 millones de euros y de esta cantidad total, 1,8 millones llegarán por ayudas europeas de los fondos Next Generation.