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Lío monumental en el pleno del Ayuntamiento de Valencia, con gritos, insultos y acusaciones de «tramposa» a la alcaldesa, María José Catalá. Hasta amenazas se ... han oído. El Consistorio ha aprobado una moción del PSPV que, entre otras cuestiones, condena públicamente la modificación de la Ley Trans que se aprobará este miércoles en Les Corts. El motivo: la ausencia de Juanma Badenas y Cecilia Herrero, que han salido justo cuando quedaban tres minutos para la votación y han vuelto cuando PP y Vox ya habían perdido debido a que ellos no estaban.
Todo ha empezado al filo de las 12.25 horas, cuando Rocío Gil, concejala de Igualdad, ha empezado su último turno de intervención sobre el debate conjunto de sendas mociones de PSPV y Compromís sobre LGTBIfobia y la Ley Trans. En ese turno, tiene 3 minutos. Cuando termine habrá que votar. Ha sido entonces cuando todos los concejales se han dado cuenta de que el equipo de gobierno no tenía mayoría: 15 ante 16 (también falta Glòria Tello, de baja médica). Se ha armado un poco de revuelo, hasta el punto de que la alcaldesa, que sabe latín, ha parado el debate para llamarles al orden. «No se escucha a la interviniente, si quieren debatir salgan», ha dicho.
Gil ha terminado su intervención, que nadie escuchaba porque todos estaban pendientes de la votación. Se ha extendido 12 segundos. La alcaldesa ha dado paso entonces al sufragio. Lo ha hecho de forma lenta: «Sustanciado el debate, procedemos a la votación del punto 15, luego irá el 17. Votos a favor». Se han alzado 15 manos. «Votos en contra», ha dicho la alcaldesa de forma contrita. «16», ha dicho el secretario. En ese momento han entrado Badenas y Herrero y la alcaldesa ha dicho que se repetía la votación. Y entonces se ha armado el lío.
La oposición ha irrumpido en gritos desde sus bancadas en un lío como no recuerdan ni los más viejos del lugar. Han volado las acusaciones de «tramposa» a la alcaldesa, que insiste en que hay precedentes. El concejal del PSPV Borja Santamaría ha corrido hacia el secretario, que se limitaba a decir que él no podía dar su opinión. Mientras, alguna que otra amenaza volaba hacia la primera edil. Catalá ha terminado por dar 10 minutos de receso y se ha ido con el secretario municipal, su equipo y el portavoz de Vox a Alcaldía. Casi 20 minutos más tarde, se ha retomado el pleno.
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«Se va a mantener la primera votación y se repetirá la segunda», ha dicho la alcaldesa. El PSPV, que había amagado con irse del pleno si se repetía la primera votación, ha insistido en que conste en acta que la primera edil ha intentado repetir una votación perdida, mientras Compromís decía que la votación debía ser conjunta. El secretario lo ha negado y ha asegurado que no ha podido ver la segunda votación porque un concejal se le ha puesto delante. «Les recuerdo que no pueden dirigirse a mí, sino a la alcaldesa», ha indicado.
La segunda moción, la de Compromís, se ha rechazado. La primera, no porque... bueno, se había votado y faltaban dos concejales. La moción que ha aprobado el Ayuntamiento es un golpe en la línea de flotación del PP y, además, evidencia la debilidad de un equipo de gobierno que depende de dos ediles díscolos que en cualquier momento pueden complicar una votación. La moción pide «reafirmar el compromiso del Ayuntamiento de Valencia con la defensa de los derechos humanos del colectivo LGTBI, especialmente de las personas trans, así como con el principio de igualdad y no discriminación como pilares fundamentales de nuestra democracia».
No es la única votación que ha perdido el PP este martes. Sendas mociones de Compromís y PSPV sobre el genocidio de Palestina han quedado rechazadas, pero es que además ha decaído una alternativa del PP defendida por una emocionada Paula Llobet. Vox ha votado en contra porque, tal como ha dicho su portavoz municipal, José Gosálbez, «un ayuntamiento no es un sitio para tratar cuestiones internacionales». La moción del PP, alternativa, pedía el fin del conflicto. En la defensa, Llobet ha tildado el ataque de Israel sobre Palestina de «desproporcionado, intolerable e inaceptable». «Debe cesar de forma inmediata», ha dicho. No ha sido suficiente para la oposición, que exigía que se hablara explícitamente de genocidio, ni para Vox, por lo que la moción ha decaído. Dos votaciones perdidas en un pleno que evidencian lo complejo que está siendo este mandato para la alcaldesa Catalá.
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