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Lunes, 26 de noviembre 2018, 00:37
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El Ayuntamiento de Valencia aprobó la pasada semana los presupuestos para 2019 con unas cuentas de 849 millones de euros, a lo que se sumará en abril todo el dinero que se arrastra de este año y no se ha gastado. Una bola de nieve que crece cada vez más a la vista de las más de 600 fichas de gasto que componen el documento. Decenas de iniciativas proceden de ejercicios o incluso mandatos anteriores, donde se reserva una inversión más por compromiso político que por capacidad de gestión para realizarla a medio plazo.
Ejemplos no faltan, como todo lo referido a la recuperación del Cabanyal. El «crucero» con el que se refiere el alcalde Joan Ribó a la gestión del Consistorio ha embarrancado sin duda en el distrito Marítimo, donde pese a la lluvia de millones del Plan Confianza, el apoyo inicial de todas las plataformas contrarias a la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez e incluso la aportación de planes estatales en la época del PP no ha servido para que los residentes estén satisfechos.
Se han hecho cosas, sin duda, aunque las mencionadas fichas de gasto aparecen repletas de iniciativas atrasadas. La más llamativa es el Plan Edusi de fondos europeos, donde apenas se ha gastado nada de los 15 millones de euros de aportaciones de los Fondos FEDER. Como se indica en una respuesta plenaria al concejal de Ciudadanos Narciso Estellés, la mayoría de las iniciativas se encuentran en fase de «actuaciones previas», es decir, sin plazos.
Fuera del Marítimo, el Parque Central es el gran proyecto que ha sufrido un mayor retraso de una manera visible, al tener prevista su apertura a principios de 2017. En este caso han sido circunstancias sobrevenidas como la contaminación del subsuelo, la negativa de una empresa a la cesión anticipada de la parcela o, últimamente, la mala calidad del granito colocado en el pavimento y los estanques.
Pero en lo que respecta al presupuesto municipal, buena parte de los 172 millones consignados para este año siguen sin gastar. Las concejalías han ejecutado obras por valor de 54,15 millones a 31 de octubre, por lo que es complicado que superen la mitad de las inversiones. Y buena parte de ese dinero corresponde a proyectos planteados desde el inicio del mandato.
Uno de los casos más llamativos es el de la Harinera del Grao, cuya reconstrucción ha cumplido seis años sin que se conozca la fecha de apertura. El antiguo edificio industrial, que se convertirá en sede de empresas y emprendedores, necesita cuatro millones para su equipamiento, aunque está pendiente como tantas otras inversiones de que salga a concurso. El próximo año, la concejalía de Desarrollo Urbano ha previsto una partida de 41.000 euros, por lo que es de suponer que el grueso del dinero saldrá de los remanentes de este ejercicio, aún por repartir.
Algo más reciente es la intención del gobierno municipal de reformar los parques de bomberos, además de reabrir el Parque Oeste. Fue en enero de este año cuando se presentó la reordenación, que pretende un tiempo de respuesta más breve ante las emergencias. Las cuentas de 2019 establecen partidas para cinco de estos retenes que suman 1,3 millones de euros. Las instalaciones situadas en la calle Músico Ayllón, cerradas desde el anterior mandato por unos supuestos problemas estructurales.
Otro caso es el del antiguo convento de San Vicente de la Roqueta, un inmueble expropiado por el Ayuntamiento en 1978 para salvarlo de la piqueta, además de por su valor patrimonial debido a la creencia popular de que es el lugar de enterramiento de San Vicente Mártir. En el anterior mandato se acometió la consolidación de la torre campanario para evitar su desplome, además de una primera limpieza y desbroce del claustro. Pero fue hace unos pocos años cuando el Consistorio destinó un presupuesto importante para la rehabilitación estructura de todas las salas, lo que conllevó una intervención arqueológica que quedó inacabada. De cara al próximo ejercicio, se ha reservado una partida de 400.000 euros para seguir con estas obras, que se completarán con la apertura de una pequeña zona peatonal en el acceso, lo que también registra una demora.
Otra de las demandas vecinales más significativas es la recuperación del entorno de la muralla islámica, en el barrio del Carmen. El próximo presupuesto municipal prevé una inversión de 754.983 euros, una pequeña parte de lo que necesita un proyecto que incluye la reurbanización de calles, la apertura de jardines y hasta recuperar el foso y el lienzo más grande de la fortificación medieval. El retraso crónico de esta iniciativa pública, donde se suma algún equipamiento, ha provocado que una serie de calles estén mucho más degradadas que el entorno.
Los 488.000 euros correspondientes a las cámaras de vigilancia en siete museos y monumentos municipales corresponden también a una iniciativa que no ha empezado a andar. El gobierno municipal ha presentado el proyecto a la comisión que debe autorizarlas, aunque no hay plazos para esta autorización ni tampoco en cuando al concurso para su instalación. El Centro de Alimentación cuenta con una partida de 200.000 euros. Se supone que la sede de esta entidad liderada por Valencia y que se dedicará a la divulgación e investigación de la comida y hábitos saludables estará en la Marina, en concreto en la antigua base del Alinghi. De momento se desconoce proyecto y plazos para su ejecución y apertura.
Igual ocurre con el nuevo parque de Desembocadura en el viejo cauce, entre el puerto y Nazaret. El Consistorio ha dado el visto bueno a una zona verde provisional con un gasto de 90.000 euros, que se destinarán básicamente a limpiar y hacer pisable los terrenos. El próximo ejercicio se destinarán 20.000 euros para el mantenimiento de un jardín que todavía no se ha ejecutado, aunque se desconoce los plazos relativos al definitivo, que consistirá básicamente a la nueva frontera entre los muelles y el casco urbano.
La reforma de la antigua aceitera situada en el parque de Marxalenes se desbloqueó el pasado junio después de un proceso de 16 años, un periodo en el que pasó por varios usos posibles, incendios y diversos actos de vandalismo. Finalmente, la decisión fue que sirva como centro de mayores, por lo que el próximo ejercicio se ha fijado una partida de 1,35 millones de euros. Otra inversión que superará lo que queda de mandato municipal. Por último, dos intervenciones en el barrio de Benicalap como la alquería de La Torre y el Casino del Americano reciben asignaciones modestas sólo para los primeros estudios. La parte gruesa de la intervención de estas dotaciones públicas tendrán que esperar mejor fortuna, pese a que se trata de viejos proyectos.
El plan para levantar 2.500 viviendas en el Grao se presentó a mediados de septiembre, pero todavía no ha sido aprobado su desarrollo.
En enero, el Ayuntamiento dijo que quería proteger siete inmuebles del vandalismo, lo que todavía no pasa de ser un proyecto sin aprobar.
En enero de 2017 se anunciaron obras de mejora en todos los retenes que todavía figuran en el presupuesto del próximo año para que sean ejecutadas.
Arrastrado desde hace lustros, el Ayuntamiento de Valencia no ha resuelto la mejora del entorno de la muralla islámica y la puesta en valor de esta parte del Carmen.
Una de las iniciativas que más interés tiene el gobierno de Ribó es relanzar el barrio de Nazaret, de momento sin nada realizado en obras.
La promesa rota del mandato, dado que los retrasos se acumulan de tal manera que es casi imposible el inicio de la reforma de la plaza de la Reina antes de que acabe el mandato el próximo mayo.
La última decisión de la alcaldía ha sido asignar a la concejalía de Innovación la gestión del plan europeo para invertir en el barrio y desbloquearlo.
Un gobierno que se declara animalista no ha conseguido en todo el mandato una solución para la saturación del recinto de Benimàmet.
La aspiración de Ribó, uno de los pocos grandes proyectos en los que se ha embarcado, carece todavía de sede y de momento hay congresos y documentos.
Han sido tantos los retrasos en la apertura del gran jardín que una demora más ya no es noticia. La última previsión es que en diciembre estará abierta la primera fase de la zona verde.
El gran documento, la hoja de ruta de la Valencia del tripartito, está a la espera de que se apruebe el Plan de la Huerta. Mientras, se ponen parches.
Hasta la plataforma vecinal Salvem el Cabanyal ha dado la voz de alarma por la ineficacia municipal para resolver los graves problemas de convivencias.
Seguramente uno de los mayores fracasos del gobierno municipal, que ha subido la aportación para alquileres ante la imposibilidad de construir pisos.
Tan lejos como esta semana, la Federación de Vecinos ha acusado a Ribó de ignorarles en la búsqueda de una solución para el botellón y las terrazas.
El barrio de Malilla es uno de los pocos donde hay un crecimiento inmobiliario, aunque el retraso sigue en equipamientos como un centro de mayores.
La pintadas hace años que cubrieron por completo las ruinas de la casa de indiano que subsiste en Benicalap, con muchas ideas pero ninguna viable.
El solar más vergonzoso del centro histórico por ser lugar de paso diario de miles de turistas y vecinos. El proyecto para levantar un edificio sigue pendiente de tramitación.
El antiguo convento se benefició de unas obras de consolidación que lo salvaron, pero la excavación del claustro está a la espera todo el mandato.
Un equipamiento de barrio en una nave protegida, desafortunada por los incendios producidos y que han complicado su uso como centro de mayores.
Debe ser el buque insignia del apoyo a los emprendedores, pero el edificio industrial no deja de acumular retrasos para su puesta en servicio.
Después de varios meses de estudios y reuniones con los vecinos, el sistema de extinción en la Devesa está frenado por la falta de autorizaciones.
Casi todo el mandato ha sido necesario para desmontar los boxes de la Fórmula 1. Estemandato acabará sin obras para poner en valor las naves.
El principal documento para abrir un negocio o reformar una vivienda en el centro de Valencia sigue a la espera de su aprobación definitiva.
La paralización del parking por la crisis se saldó con la aportación de 11 millones del Ayuntamiento, pero la plaza sigue sin plazos conocidos.
Ni siquiera con los fondos del Plan Confianza ha sido suficiente que el nuevo recinto comercial esté acabado antes de mayo del próximo año.
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