«La gente llama a preguntar por el estado del mar para decidir si viene a comer o no»

Las bacterias fecales encontradas en playas del litoral valenciano, concretamente en la Malvarrosa y la Devesa, siguen condicionando la vida de la costa aún después de que las banderas verdes vuelvan a izarse. Bañistas que no se bañan, veraneantes que evitan la playa... y restaurantes con las terrazas prácticamente vacías.

Carmen, jefa de cocina del restaurante Casa Zaragoza, de la playa de la Malvarrosa, explica que la situación ha afectado inevitablemente a su negocio. «Mira cómo está la playa, y son las doce», denuncia, mientras señala el mar. Uno de sus camareros, Giuseppe, lo secunda: «Lo que ocurre se sabe y la gente lo comenta». Y no son los únicos que lo han notado. Daniel Navarro, camarero del restaurante de La Murciana, en la playa de la Malvarrosa, corrobora la historia. Cuenta que muchos de sus clientes les llaman por teléfono para preguntar por el estado del mar: «Llaman y entonces deciden si vienen o no a comer». Denuncia, además, la desinformación que sufren respecto a una situación que, aunque sea de forma indirecta, les afecta.

Los bañistas también se ven condicionados por la situación. Sergio, Bernat y Roberto explican que, aunque han metido los pies en el agua, no se han atrevido a mojarse mucho más, y que han elegido la Patacona para pasar el día precisamente por las últimas noticias y cierres de la Malvarrosa.

Los cierres, según los hosteleros, afectan a la imagen de las playas valencianas y comprometen el turismo de sol y playa. El sector, de hecho, también se muestra preocupado con la situación. La Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm, Costa Blanca y Comunidad Valenciana (HOSBEC) solicita que se identifique el origen de los vertidos, para que sea posible remediar la situación y, por ende, la alarma social que está generando. Destacan lo sensible que es el turismo ante estas informaciones, y lo negativo que es para Valencia.