Éxito de la cena a beneficio del Hogar Niño Dios de Belén

La sección del Reino de Valencia de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén celebró una cena benéfica a beneficio del Hogar Niño Dios, casa que acoge a niños con discapacidad en la zona de Belén, siendo un éxito de asistencia y recaudación.

El acto se celebró en el Ateneo Mercantil de Valencia y contó con la asistencia de los miembros de la Orden y representantes de todas las Órdenes, Corporaciones y Asociaciones Valencianas. Estuvo presidido por Juan Carlos de Balle y Comas, Lugarteniente de España Oriental; Jorge Sardá y Gascón, Presidente de la Sección del Reino de Valencia; S.A.R. Don Luis Alfonso de Borbón y Martínez-Bordiú, Caballero de la Orden y Javier Salinas, Obispo auxiliar emérito de Valencia y Prior de la Sección Reino de Valencia, junto con el Capellán consiliario Alvaro Almenar.

Al término de la cena, el presidente en Valencia Doctor Jorge Sardá dirigió unas palabras a los asistentes en las que agradeció su presencia y colaboración con el Hogar Niño Dios, institución que se dedica al cuidado de los niños más vulnerables de Tierra Santa. «Esta noche es un ejemplo de lo que podemos lograr cuando nos unimos en solidaridad y Fe».

Tuvo palabras de recuerdo para el Papa Francisco, ejemplo de solidaridad y cercanía con los que más sufren, quien llamaba todos los días a la parroquia y colegio de la Sagrada Familia de Gaza interesándose por sus problemas y necesidades, verdadero símbolo de esperanza. Deseó para Su Santidad el Papa León XIV la fortaleza y asistencia plena del Espíritu Santo en su misión para la cual ha sido elegido al servicio del Evangelio.

Además se subastó, también para la causa benéfica, una escultura del Caballero Carlos Verdú y Sancho, y se sumaron las aportaciones de fila cero de personas que no pudieron asistir. Al final de la cena se sorteó un mantón donación de Vives y Marí y un cuello de piel donación de Amado Peletero.

El Hogar Niño Dios, situado a unos pasos de la iglesia de la Natividad, es una casa para niños palestinos con discapacidades físicas y psíquicas graves. Muchos de estos niños padecen parálisis cerebral y otros padecen graves patologías neurológicas que exigen el uso de sillas de ruedas.

Las Hermanas de la familia religiosa del Verbo Encarnado residen en la casa, fundada hace años por su madre superiora, la madre María Pía. Las hermanas son las principales responsables de prestar asistencia, ayudadas por personal laico que garantiza la presencia nocturna, la preparación de las comidas, la limpieza y la vigilancia del parque de juegos.

Maestros, fisioterapeutas y logopedas prestan servicios a tiempo completo directamente en el hogar, porque la mayoría de los niños no pueden asistir a la escuela fuera de la casa. Los sacerdotes de la familia religiosa del Verbo Encarnado celebran la Santa Misa en la Capilla de la casa, ofrecen su dirección espiritual a las hermanas y participan en la ayuda a los niños.

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