Una empresa espera desde hace 26 años las licencias para rehabilitar una finca como hotel en Valencia
La propietaria sufrió primero las diferencias entre Conselleria y Ayuntamiento, a las que se suman retrasos en los permisos de actividad
El embrollo es digno de un guión de cine, eso sí, la película podría estar entre los géneros de terror o del absurdo: una empresa ... lleva más de dos décadas para rehabilitar una finca y convertirla en un hotel en el centro de Valencia. El final queda abierto, porque a día de hoy la propietaria del edificio sigue esperando.
El abogado de la empresa que lleva más de 26 años para obtener los permisos señala directamente al Ayuntamiento de Valencia por su «inoperancia». Así define al departamento de licencias de actividad del Consistorio que podría batir un nuevo récord. Son 26 años los que lleva este empresario esperando, 26 años que se traducen también en dinero y gastos perdidos.
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La finca que se encuentra en la calle Liñan junto a la calle Calabazas está protegida con una malla y una valla que el propio Ayuntamiento ordenó colocar para evitar riesgos, aún así la propietaria ya ha tenido que actuar sobre la estructura para reforzarla ante la tardanza.
Las diferencias entre la Consellería de Patrimonio y Cultura y el Ayuntamiento bloquearon la licencia durante 20 años, desde su solicitud en 1993. El indicado inmueble fue objeto de discrepancias entre ambas administraciones por la alineación de la fachada que da a la calle Calabazas y el retranqueo de la misma. La Consellería quería mantener esa alineación del edificio y de hecho así se presentó inicialmente el proyecto de intervención de rehabilitación, pero el Ayuntamiento denegó la licencia por considerarlo fuera de ordenación.
Un cambio en el año 2016 en el reglamento pudo solucionar el conflicto entre administraciones pero no agilizó el proceso
El edificio se encuentra dentro del área de protección del BIC con lo que la discrepancia se ha basado principalmente, en si se debe o no, respetar la trama urbana de la calle Calabazas o por el contrario provocar un ensanchamiento de la misma. Además. también se presentó una nueva propuesta sobre la que no hubo respuesta por parte de Consellería puesto que también había dudas y diferencias sobre si se debía o no proceder al derribo de la fachada en caso de rehabilitación.
En 2016 se aprobó el nuevo reglamento, el PEPRI, que le dio solución a las diferencias. Pero aún así, la propietaria sigue esperando la licencia de obra y de actividad por parte del Ayuntamiento de Valencia. El abogado de la propietaria de esta finca confirma que a día de hoy el consistorio aún no ha facilitado los permisos de rehabilitación ni de actividad. Con lo que el retraso y la espera continuan.
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