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Una de las salas de la alquería Julià con escudos heráldicos y conchas. irene marsilla
De alquería de nobles a casa de la música

De alquería de nobles a casa de la música

Bankia invierte 3,5 millones en la reforma del edificio y jardín del siglo XVII y crea una moderna sala de ensayos en subterráneo | La residencia y jardín de Julià será la nueva sede de la Federación de bandas

LOLA SORIANO

Domingo, 1 de diciembre 2019, 00:05

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valencia. La alquería de Julià fue residencia de la nobleza valenciana, sede de un colegio hasta principios de los 90 y ahora dará un nuevo giro y se convertirá en la sede oficial de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana.

Esta construcción del siglo XVII y Bien de Interés Cultural (BIC) se ubica en Nou Moles, a espaldas de la antigua cárcel Modelo y ahora sede del complejo administrativo 9 d'Octubre, y se está sometiendo a una rehabilitación integral por Bankia. «Será un proyecto abierto al barrio», indicó Silvia Bajo, directora corporativa de marca de Bankia.

La inversión es de 3,5 millones de euros y, tal como avanzaron Carlos Campos, arquitecto al frente del proyecto, y Silvia Bajo, el objetivo es que la rehabilitación esté lista en el primer trimestre de 2020, por eso ahora el equipo multidisciplinar de arquitectos, arqueólogos (con la dirección de Víctor Algarra) y restauradores trabajan conjuntamente.

Cuenta la tradición que en los jardines de esta alquería predicó San Vicente Ferrer

Como confirma Campos, «no se trata de una antigua alquería de huerta, era una villa de la nobleza y buena prueba de ello es la decoración del interior del inmueble».

Campos detalló durante el recorrido por la alquería «es uno de los escasos ejemplares conservados de alquería valenciana del siglo XVII, pero es una suma de diferentes épocas porque han aparecido elementos constructivos anteriores». En el jardín, por ejemplo, han encontrado pavimento octogonal con piezas en blanco y azul . Se ha rescatado otro pavimento con piezas cuadradas oculto tras otro más moderno o un panel cerámico de un Ecce Homo que había en el zaguán.

Obra de Carrascosa Criado, hecho en 1932 y reproduce cómo eran los jardines de la alquería de Juliá.
Obra de Carrascosa Criado, hecho en 1932 y reproduce cómo eran los jardines de la alquería de Juliá. LP

En un recorrido por las estancias, lo que más llama la atención del visitante no está en el suelo (ahora en obras), está en las alturas porque hay una cuidada decoración.

En la planta superior la sala principal presenta grandes conchas en los cuatro laterales, «en alguna época se pintaron de gris y amarillo y se ha recuperado el color original, el terracota», según Campos.

En otra sala destaca un techo con escudos heráldicos de la familia Julià y en una gran sala, los restauradores trabajan pacientemente con pequeños bastoncillos para extraer el cromatismo original de unas paredes con decoración pompeyana.

Ricos techos

También deslumbrante será apreciar el techo de otra estancia cubierto con un esgrafiado creado con plantillas de yeso que recrean motivos fantásticos, con vegetales, cestas y aves. «Quedan pocos restos de esta decoración valenciana a pesar de que era habitual», añade el arquitecto.

Este edificio albergará la sede de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat y tendrá sala de reuniones, biblioteca y fonoteca, pero no hay que olvidar que tanta importancia tiene la alquería como su exterior, ya que su jardín ya fue recogido con la técnica de la sanguina por el pintor Juan Conchillos en el siglo XVII y la estructura ajardinada fue dibujada por Carrascosa Criado en 1932. Además, cuanta la tradición que en estos jardines predicó San Vicente y, como curiosidad, tenía hornacinas con esculturas de Jesús y los Apóstoles. Actualmente sólo se conserva la de Jesús, que se incrustó luego en una pared.

Jardín y embarcadero

Según Campos «en sus orígenes el jardín llegaba hasta la antigua cárcel Modelo y tenía un laberinto, una glorieta con setos, un camino emparrado, huerta y un bosque, un pinar resto de la pinada Moyá de Campanar». Añade que tuvo hasta un embarcadero, porque estaba al lado de la acequia y del río. Y en el siglo XV se creó un muro de contención por los problemas de las riadas. Ahora se recreará a pequeña escala la huerta, el bosque y la glorieta.

En parte de este jardín, donde ya no había zona verde -puesto que se creó una cancha de deporte- se ha hecho una obra de ingeniería de primer nivel para diseñar una construcción a siete metros de profundidad. Será un espacio de 200 metros cuadrados, donde irá una sala de ensayo para las bandas. Contará con ventanas de alto aislamiento acústico. Se accederá por la planta baja o el jardín y contará con un patio inglés para dar luz.

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