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Varias personas, en uno de los muelles de la Albufera. Irene Marsilla
La Albufera olvidada

La Albufera olvidada

La declaración del parque como Reserva Natural de la Biosfera por la Unesco continúa estancada y se ha quedado sin director | El plan de usos sigue sin revisarse desde 2012, cuando el Supremo anuló una parte

Juan Sanchis

Valencia

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Miércoles, 2 de enero 2019, 00:52

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Acabado el año, quedan pocos meses para que termine la legislatura. La situación de la Albufera, el primer parque natural de la Comunitat y uno de los más emblemáticos, continúa prácticamente inalterada casi cuatro años después de la toma de posesión del Consell del Botànic, pese a las promesas realizadas por la administración autonómica.

Aunque desde 1986, cuando fue declarada parque natural, goza de la máxima protección, la Albufera tiene que hacer frente a nuevas amenazas y retos. Un informe de la organización ecologista SEO/Birdlife advertía a principios de 2018 del estado en el que se encuentra este espacio y señalaba que podía ser incluido en la lista negra de los humedales del Convenio de Ramsar a no ser que se tomaran medidas correctoras.

A pocos meses de las elecciones autonómicas, el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de la Albufera sigue sin haberse revisado, pese a las reiteradas peticiones de los ecologistas y otros colectivos. Este documento, uno de los más importantes para la gestión del espacio natural, fue en parte anulado por una sentencia del Tribunal Supremo en 2012 tras el recurso de Acció Ecologista Agró. El PP terminó su mandato sin renovarlo y hasta ahora la Conselleria de Medio Ambiente tampoco ha impulsado la modificación legislativa.

En 2010 empezó a tramitarse la declaración de Reserva Natural; hoy aún no ha concluido

Ante la Unesco

También duerme en el limbo de los justos la petición para que la Albufera sea declarada Reserva Natural de la Biosfera, una calificación otorgada por la Unesco y que recientemente ha obtenido el Valle del Cabriel y el Alto Turia (las dos primeras que consiguen parajes de la Comunitat).

La consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, se comprometió el pasado mes de abril en Les Corts a presentar la candidatura ante el Ministerio antes del pasado verano. Hasta el momento no se ha elevado la propuesta. En esa misma intervención Cebrián especificó que lo prioritario, en lo que la Albufera se refiere, era aprobar el plan rector de uso y gestión, que tampoco ha salido adelante como se ha señalado más arriba. El propio director general de Medio Natural, Antoni Marzo, reconoció que la tramitación de la declaración como Reserva Natural marcha con retraso. Marzo resaltó que el proceso para las candidaturas cambió en 2013 por lo que el expediente se ha tenido que rehacer.

Esta declaración ante la Unesco se empezó a tramitar en 2010. La falta de adhesión a la candidatura del Ayuntamiento de Cullera bloqueó el proceso en 2014. Ahora, ya cuenta de nuevo con el respaldo de todos los municipios implicados y sólo falta que la Conselleria concluya el expediente.

Además, el parque natural de la Albufera va a terminar el año sin un director conservador. La última fue nombrada en julio de 2016 y ha estado en el cargo apenas dos años y ni siquiera se ha presentado al proceso selectivo para consolidar la plaza. El concurso organizado por la Conselleria de Medio Ambiente para cubrir este puesto ha quedado desierto por falta de candidatos idóneos

La falta del máximo responsable del parque no va facilitar que se cierre el proceso de cambios normativos en el que está inmersa la Albufera. Fuentes consultadas por este periódico señalan, por el contrario, que puede demorar todavía más la aprobación del plan de usos y el resto de actuaciones pendientes.

De la falta de aportes hídricos a la quema de la paja del arroz

El parque naturales de la Albufera se enfrenta a varias amenazas. Una de las principales es la falta de aportaciones hídricas de calidad. Las últimas lluvias han permitido aliviar la situación creada por los dos años de sequía precedentes. Aún así, desde Agró abogan por permitir la entrada de un caudal mínimo anual que garantice la biodiversidad del espacio. La reclamación se centra en que la Confederación Hidrográfica del Júcar otorgue un caudal fijo al parque, algo que todavía no se ha conseguido.

La quema de la paja del arroz es otra de las constantes fuentes de conflicto. Las asociaciones ecologistas mantienen una posición muy crítica por los posibles daños ambientales frente a los agricultores, defensores de este procedimiento. La Conselleria de Medio Ambiente ha arbitrado este año un sistema que pretende compatibilizar las dos posiciones.

El incendio de la pasada semana en una fábrica de Sollana evidencia otro de los riesgos que tiene el parque. La abundancia de instalaciones de estas características en los límites que bordean el parque son un riesgo que se tiene que compensar con medidas correctoras para evitar las consecuencias de estos accidentes.

Además, el parque natural de la Albufera tiene otros problemas. Así, permanece rodeado por infraestructuras que suponen un alto impacto medioambiental que puede afectar a la fauna y a la calidad medioambiental del entorno.

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