PP y Ciudadanos piden a Ribó que rectifique en favor de una bajada del IBI a los comercios

Los dos grupos de la oposición municipal reclamaron ayer al alcalde Joan Ribó que rectifique su rechazo a una bajada en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que pagan los comercios. El incremento medio este año ha superado el 36% para 1.406 establecimientos afectados y tanto PP como Ciudadanos apoyan un descenso en el recibo, lo mismo que el PSPV.

El próximo mes se ha previsto una comisión de Hacienda para tratar este asunto, donde asistirán representantes de la Confederación de Empresarios del Comercio Valenciano (Cecoval). El gobierno municipal se presenta dividido en este asunto, como publicó ayer LAS PROVINCIAS. Mientras el PSPV está a favor de subir el valor catastral mínimo para aplicar la subida, el alcalde Joan Ribó defiende que el incremento ayuda a desarrollar políticas sociales y de vivienda al Consistorio. La cuestión se complica más si se tiene en cuenta que el delegado de Comercio, Carlos Galiana, edil de Compromís, se alinea también por reducir el recibo en 2017.

El portavoz municipal de Ciudadanos, Fernando Giner, afirmó ayer que «la ideología de Ribó perjudica el desarrollo económico de la ciudad. Una vez más, le pedimos al alcalde que reflexione sobre la rebaja del IBI al pequeño comercio y que escuche a su equipo de gobierno».

También opinó el portavoz del grupo popular, Eusebio Monzó, quien destacó que «los autónomos y los pequeños y medianos comercios son la base de la economía local y desde el gobierno municipal se les debería ayudar, en lugar de perjudicarles».

Recordó que «tal y como dijimos en su día, cuando nos opusimos a la subida de impuestos del tripartito, consideramos que en el contexto económico actual sería más positivo para Valencia reducir los impuestos a familias y a pymes».

El incremento medio del 36,57% se debe a que el tipo de gravamen ha pasado del 0,88% al 1,10% en 5.131 recibos. El argumento esgrimido por el tripartito es que se trataba de aumentar el impuesto a los negocios con mayor actividad, para lo que se toma de referencia el valor catastral.

El aumento ha servido para mejorar los ingresos del Consistorio. Así se desprende del estado de ejecución del presupuesto municipal. En el balance de cuentas al pasado 31 de julio, los derechos liquidados en el IBI han sido de 217 millones de euros, mientras que el pasado año fueron 205,6 millones de euros. Otra cifra positiva para el Consistorio es que se ha incrementado la recaudación en periodo voluntario, al bajar la morosidad del 12,32% al 10,42%.

La subida actual afecta a los locales con un valor catastral superior a los 250.000 euros, mientras que la propuesta de Cecoval es que el límite se eleve hasta el millón de euros. La pérdida de ingresos para el Consistorio sería de un millón y medio de euros, según las cuentas de la entidad. El concejal de Hacienda, Ramón Vilar, ha dicho públicamente que está dispuesto a elevar el listón hasta el medio millón, aunque en una reunión de los comerciantes con el alcalde Ribó, éste se mostró contrario a una modificación.

Monzó comentó que «la subida del IBI se ha traducido en una recaudación adicional que ha recaído básicamente en el tejido productivo valenciano», para calificar este hecho de «muy perjudicial para el ritmo de la economía en la ciudad».

A la vuelta de las vacaciones estivales deben decidirse las ordenanzas fiscales, donde la propuesta de Vilar al gobierno municipal será la congelación de todas las tasas, precios públicos e impuestos. Queda la incógnita de saber lo que pasará con el IBI el próximo ejercicio. La normativa debe entrar en vigor el 1 de enero, aunque mucho antes debe conocerse para cuadrar el capítulo de ingresos del presupuesto.

Giner recordó que «con el estrangulamiento del Consistorio muchos pequeños empresarios se están viendo abocados a bajar la persiana, una situación frente a la que se debe actuar». En la comisión de Hacienda de julio se aprobó con los votos favorables de Ciudadanos, PSPV y PP escuchar la propuesta de Cecoval de eliminar la subida de impuestos a más de 1.200 comercios. «Ribó debe replantearse su negativa y le pedimos que se sume a nosotros en pro del crecimiento económico».

El edil popular mostró su rechazo a la política fiscal y económica del tripartito, ya que «con sus medidas Valencia ha dejado de ser una ciudad atractiva desde el punto de vista fiscal y esto ahuyenta a posibles inversores que estén pensando en implantar aquí su empresa o negocio los próximos años».