Urgente Japón activa la alerta de tsunami ante un terremoto de magnitud 7,6
El puerto de El Saler es el único de la Albufera que no se ha reformado en 40 años. :: carolina amor

Las demandas históricas de El Saler, por resolver

Limpieza, falta de estacionamiento o la barrera de la CV-500, principales problemas pendientes de la localidad

L. CHIRIVELLA

Domingo, 10 de julio 2016, 21:11

Los vecinos de El Saler demandan más atención por parte del Ayuntamiento de Valencia debido a los numerosos problemas que arrastran. Algunos son, incluso, de magnitud histórica, como la reducción de la velocidad de la autopista de El Saler a su paso por la pedanía (de 80 a 50 kilómetros por hora). El ruido de los vehículos y el atropello de la fauna silvestre llevan décadas perjudicando la calidad de vida y el ecosistema que les rodea.

Publicidad

No obstante, el poco espacio para estacionar, la ausencia de autobuses en horario nocturno o la falta de limpieza, principalmente en La Devesa, son otros problemas que los vecinos aún reclaman al Consistorio gestionado por el tripartito.

La mayoría tienen su origen en los años 70, cuando la construcción de la CV-500 no solo partió al pueblo de El Saler, sino que también lo separó de su puerto generando una problemática histórica que 30 años después sigue sin resolverse y que supone la pérdida de la cultura local de esta zona. En 2006 hubo un intento de la Conselleria de Obras Públicas de llevar a cabo un proyecto para acabar con la problemática barrera de la CV-500 a la hora de acceder al parque natural de la Albufera, pero murió con la crisis.

El servicio de autobús, insuficiente para los vecinos

  • En enero del año pasado El Saler y otras pedanías estrenaban transporte público con la línea 25 de la EMT y con una frecuencia de paso que varía entre los 20 y 30 minutos. A pesar de ello, los vecinos siguen quejándose de que la afluencia genera problemas, así como el número de buses. En este sentido resaltaron que, en ocasiones, «se llenan y hay gente que se queda sin poder subir». Por otra parte, también reivindican la necesidad de ampliar los viernes y sábados la afluencia de este transporte en horario nocturno como reclamo turístico.

La asociación de Amics de la Casa de la Demanà lleva varios lustros luchando por recuperar parte de su tradición histórica vinculada al puerto. «Hasta el momento hemos conseguido que se reduzca la velocidad de 100 a 80 kilómetros por hora, pero resulta insuficiente ya que produce el mismo ruido molesto para los vecinos, y los conductores siguen atropellando a la fauna», asegura el vicepresidente, Enric Dasí.

También destaca que el puerto es el único de los de la Albufera que no se ha remodelado en 40 años. Es el gran olvidado del parque natural. Esto ha provocado, según los vecinos, una pérdida de identidad que ya se percibe en las nuevas generaciones, desconocedoras de su historia y la importancia de la tradición pesquera en la pedanía sureña.

Publicidad

En cuanto a la limpieza, sigue siendo asignatura pendiente por los escasos recursos de personal. «Solo se limpia la zona de la playa, la Devesa está llena de desperdicios», asegura Rafa Sancanuto, residente en El Saler y gestor de una página web sobre la Albufera de Valencia. Explica que hace unos meses tuvo que salvar a un reptil autóctono cuya cabeza había quedado atrapada en el interior de una lata. «Con poco que te adentres entre la maleza puedes comprobar que hay basura que lleva décadas ahí», dice.

Los residentes también saben de atascos. Lo explica José Sausor, vecino y recepcionista de un hostal de la localidad. «Los fines de semana de julio y agosto es imposible evitarlos, mucho menos cuando Tráfico redirige el sentido de la circulación de la rotonda del Sidi. A mi entender provoca un embotellamiento de mayor envergadura».

Publicidad

El aparcamiento también ha sido otro problema histórico que ni la llegada del transporte público ha mitigado. «Si ya resulta molesto entre semana encontrar un hueco, el fin de semana la cosa se vuelve imposible», explica Sausor. Fuera del periodo estival, durante el curso también deben lidiar con los coches de los profesores y alumnos del instituto, que carece de parking, por lo que se copan la mayoría de plazas libres. Ampliar las zonas de estacionamiento, construir uno subterráneo o dotar al centro de un espacio propio serían las soluciones.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio

Publicidad