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Escena de la película 'Emoji'.
El emoticono, la nueva lengua universal

El emoticono, la nueva lengua universal

Jeremy Burge creó el Día del Mundial Emoji, que se celebra hoy, hace cinco años

ALMUDENA SANTOS

Madrid

Miércoles, 17 de julio 2019, 00:03

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«El lenguaje es el vestido de los pensamientos», escribió en el siglo XVIII el literato inglés Samuel Johnson. Sin embargo, no imaginaba que podría referirse también a la nueva forma de comunicación: los 'emojis', los símbolos que acompañan a los mensajes en las redes sociales. Complementan la comunicación digital cuando «el cuerpo es el gran ausente», afirma Francesc Núñez, sociólogo de la Universitat Oberta de Catalunya. «Son imágenes que apelan a la imaginación», añade.

Hace cinco años, el mundo comenzó a celebrar cada 17 de julio el Día Internacional del Emoji. Jeremy Burge, fundador de la Emojipedia, fue el encargado de declarar esta fecha como homenaje a la creación de la aplicación iCal en la Macworld Expo de 2002. Buscaba el reconocimiento a la nueva lengua universal. Pero el mundo del emoticono comenzó veinte años antes, cuando el profesor Scott E. Fahlman, casi sin darse cuenta, escribió en la pizarra símbolos ortográficos simulando caras humanas. Más tarde, el diseñador de intefaces japonés Shigetaka Kurita desarrolló 176 caracteres de 12x12 píxeles. Poco a poco, estos nuevos símbolos comenzaron a evolucionar y tener cierto relieve. En 2001, existían alrededor de 393 'smileys'.

Dos años más tarde, los 'emojis' dieron el primer gran salto. Nokia y Motorola los incluyeron en sus móviles. El siguiente paso llegó de la mano de Apple, que lanzó su primer iPhone y les dio así mayor popularidad. En 2010, se incorporaron a Unicode, el sistema estándar para caracteres, posibilitando así su uso en cualquier dispositivo electrónico. En la actualidad, existen aproximadamente 1.088 emoticonos, siendo así el lenguaje más amplio después del chino.

Los 'emojis' generan una «comunicación más rápida, fluida y precisa que la que nos posibilita la escritura», explica Laura Castro, profesora y vocal en el Colegio de Logopedas de Madrid. «Nos ofrecen la posibilidad de mejorar nuestro lenguaje escrito con pequeños dibujos muy expresivos que terminan de dar significado a nuestras oraciones», añade. «Son como una vuelta al pasado, pues son códigos que sirven para estereotipar emociones, como ocurría hace ya unos años», apunta Núñez. Por otro lado, Mario Tascón, presidente de la Fundación del Español Urgente (Fundeu), asegura que los emoticonos no han deteriorado el lenguaje. «Ayudan a la expresión y a una comunicación más rápida».

Sin embargo, dentro del nuevo lenguaje surgen algunas dificultades, pues no se entienden igual en todo el mundo. Un ejemplo es la cara echando humo. En Occidente, significa enfado, en Japón, es triunfo. «Cada comunidad va dando a los emoticonos el valor que en ese contexto sociocultural tienen», explica Núñez refiriéndose a los distintos colectivos de gente, ya sea un grupo de amigos o la sociedad de un país. Dentro de un mismo grupo de amigos «pueden darse ambigüedades», pues como Tascón explica «algunas imágenes son confusas».

Arte y ayuda

Debido al gran uso que se da a los emoticonos, las consecuencias en el lenguaje son notables. «Enriquecen nuestra comunicación no verbal», afirma Castro. Además, para las personas que tienen mayor dificultad para comprender el lenguaje «se han convertido en una herramienta de ayuda muy útil al emitir y descifrar mensajes sencillos para la mayoría de la población, pero complejos para ellos». Para estas personas, un emoticono significa recibir un plus de información, tal y como explica Castro.

Los emoticonos también se pueden utilizar en el arte. Mercedes Moréteau, una tarde en el parque con sus amigas, intentó hacer fotos, pero la cámara no funcionaba, por lo que decidió utilizar lo que tenía a mano para capturar el momento. Cogió su móvil y dibujó con emoticonos su alrededor.

Fue el comienzo de su forma de expresión. Moréteau puede llegar a pasar 150 horas utilizando más de 10.000 emoticonos en sus obras. Ha realizado retratos de personajes muy reconocidos. Son obras de personajes como Donald Trump, Mauricio Macri o Woody Allen. En cada uno de ellos existe cierto simbolismo, por ejemplo el pelo del presidente estadounidense contiene bolsas de dinero.

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