Desafíos de un emprendedor

Si estás pensando en desarrollar un negocio y ser tu propio jefe, antes deberías conocer los puntos clave para no darte de bruces con la dura realidad y asegurar tus pasos

JOSé MIGUEL MEDINA SILLA

Viernes, 6 de marzo 2015, 19:53

Parece que el mundo se ha vuelto loco y aún no entiendo muy bien por qué. Desde hace unos años para acá los términos de emprendedor, emprender, startup, pivotar, freelance y un largo etc son el pan de cada día. No quiero decir que me molestan o que me creen un cierto repelús que también- pero sí es algo que me sorprende. Desde que la economía está como está, estas palabras se oyen cada vez más y es algo que a mi me sorprende, quizás de manera soberana. ¿Por qué? Pues porque de toda la vida de Dios, a ese que se le llama ser emprendedor y montarte una startup se le ha llamado ser autónomo y tener una empresita.

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Sí, señores, el hecho de que se le cambie el nombre al producto esto no lo altera. Es cierto que cada vez hay más ayudas para todos estos nuevos modelos de negocio que salen porque a alguien que tiene una gran visión o que le da mucho a vetetuasaberaqué- se pone manos a la obra y crea algo que al mundo le asombra y le sorprende. Pero la realidad, desde el punto de vista de uno que está metido en el ajo hasta la calva sí, mi calva- es totalmente diferente.

Las cosas son mucho más complicadas que el hecho de tener una idea cojonuda, buscar financiación, ponerla en marcha y sacar dinero como si no hubiese alguien llamado Amancio Ortega por el mundo. Sí, ser uno de los top 10 de la lista Forbes está mucho más complicado de lo que nos lo quieren hacer ver. En los tiempos de crisis que corren esto ya no es solo yo me lo guiso y yo me lo como, no y ahí es donde nos estampamos todos. Las cosas están tan trilladas a día de hoy que es imposible que se te encienda la bombilla y empezar a sacar pasta incluso es más difícil que hace unos años-. Ahora, uno empieza por arar el campo, sembrarlo, cuidarlo, cosecharlo, cocinarlo y ya si te queda algo a final de mes, pues comes.

No quiero ser completamente negativo aunque ya os digo que motivos suficientes tengo- pero parece que ya se empiezan a ver algunos brotes verdes en esto de la recuperación económica, aunque hay que decir que son pocos y que de ellos no vamos a comer todos, ya sabéis las jerarquías. El caso es que verlos, al menos nos está ayudando a todos los autónomos sí, todos somos autónomos aunque no queramos llamarlo así- a empezar y ver el 2015 como un año un poco mejor y con una sonrisa un poco mejor dibujada. Pero, ¡ojo! No olvidéis todos los desafíos que supone ser autónomo o emprendedor, como queráis llamarlo-.

Todos empezamos con alegría, motivación y mucho optimismo pero conforme van pasando los meses parece que en vez de sacar un negocio adelante está jugando a Hundir la flota con todos los desafíos que tienes que afrontar. No quiero ni afirmar ni negar que el 2015 pueda o no ser el año de la recuperación ese que todos ansiamos como los niños a Los Reyes Magos- pero sí os digo que hay que seguir adelantes pero siempre con los pies en el suelo.

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Seguro que algunos de los que estáis leyendo esto se os ha revuelto el estómago, os estáis cagando en la madre que trajo al mundo a alguno que otro, o, en el peor de los casos, acabo de tiraros vuestra idea de ser emprendedor autónomo- por el suelo. No quiero ser yo quien os diga lo que debéis hacer o no, pero sí quiero enseñaros los desafíos que pasamos, estamos pasando y pasaremos los autónomos en este año, para que, vosotros futuros autónomos, sepáis lo que conlleva convertirse en uno de ellos.

Cambio de mentalidad

Como bien dice un dibujante muy conocido desde hace unos años atrás, muy conocido por sus viñetas críticas a la sociedad, El Españolisto, todos estamos mal acostumbrados.

Los españoles somos gente poco emprendedora, aunque ahora vengan los jóvenes a decirnos que no, de toda la vida hemos sido personas de donde esté un sueldo fijo a final de mes, que se quite lo bailao. Y esto, señores, ya no es así. 2015 llega lleno de novedades y os lo digo yo que me dedico al mundo digital-. Los años pasan, la gente cambia, los hábitos, las tecnologías, las formas de pensar todo cambia y todos tenemos que estar preparados para ello. Estamos a punto de ver lo que hemos estado cosechando durante un largo período de tiempo: una economía y mercados efímeros, vólatiles pero sobre todo flexibles.

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Ya no vale pensar en que tengo una idea y ganaré dinero por ella. No, eso ya no vale. Hay que gestar ideas que hoy nos den pan y no hambre mañana. Crear modelos de negocio, empresas que sean ampliables, que crezcan a largo plazo. De nada sirve un hago x porque servirá para siempre. Señores lectores, PIVOTAR es la idea. Estar siempre en constante movimiento y no dejar que nos estanquemos para luego morir en el intento.

Formación constante

Ahora me río yo de mi ingenuidad cuando pensé: con una carrera ¡voy apañao!. Pues no será que no habré hecho cursos gratis en su mayoría- para poder seguir avanzando y que los que vienen detrás no me chafen. Este es otro paradigma que nos hace creer que somos dioses: ahora las carreras no garantizan nada. Ser ingeniero en informática no sirve de nada porque como yo hay a patadas.

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Lo primordial en estos tiempos de cambio y volatilidad es reciclarse, todos los días de tu vida. Al final, el trabajo es un matrimonio mucho más exigente del que puedas tener ahora- y para que funcione siempre, o al menos para tener una jubilación medianamente digna, hay que cuidarlo. ¿Cómo? Estudiando. Sé que muchos pensaréis que estáis mayores para eso, que no tenéis dinero o que simplemente ya tenéis un puesto de trabajo del que no os van a tirar.

¡¡ERROR!! Recíclate y afronta mejor los desafíos de un autónomo porque nunca vas a estar lo suficiente formado ni vas a saber lo suficiente.

Paciencia

Dicen que la paciencia es una virtud y yo digo que es una que a día de hoy se ve muy poco por ahí. Sí, está claro que como emprendedor lo has hecho todo: has tenido una idea, la has desarrollado en el mejor de los casos- y la has implementado para obtener ¿Qué? La mayoría una mierda. Esto de ganar dinero es lo más complicado de lograr para cualquier empresario que al fin y al cabo es un autónomo más, o al menos empezó como tal- y es lo que más desea. ¿Por qué? Pues porque ha puesto toda su vida, su ilusión y su dinero en su proyecto.

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Todo en esta vida tiene un proceso de gestación y sino fijaos en el embarazo. De un garbanzo sale un niño formado. Pues con las empresas es lo mismo: plantas una lenteja que algún día será un buen lentejero que te dé de comer.

Hay que aprender que el autónomo se maneja en un entorno completamente hostil donde el que parece que te tiende la mano solo lo hace para clavarte un puñal en la espalda a la primera de cambio. Haced lo que sea por vuestro negocio, por vuestra inversión y por todo, pero siempre con mucho ojo y sobre todo ¡paciencia!

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Innova

Este es el mayor desafío de cualquier emprendedor. Sí, lo es porque hoy está todo dicho y hecho. Quizás no como lo planteas tú pero claro, delante de ti hay tropecientos lo que implica que debas currarte las cosas como jamás lo hayas hecho.

Piensa las cosas, de la idea inicial pueden nacer otras 50.000 y eso es bueno. El miedo al fracaso siempre estará pero que eso no te detenga. Busca en ti, en tu producto, en tu empresa eso que te haga ser diferente. No imparta el qué o el cómo sea, lo que importa es que esté. Ahora mismo, lo más importante no es tener una idea cojonuda porque vivimos en un momento en el que por muy cojonuda que sea tu idea si no eres un buen empresario-autónomo te vas a comer los mocos con tus clientes ya que te pueden destrozar la vid. Marca la diferencia y consigue esa ventaja competitiva que todos quieren y que te haga destacar sobre el resto. Al fin y al cabo, el diseño, el producto y la forma de tu tienda es lo de menos, ahora las personas buscan humanidad, cercanía y, sobre todo, la sumisión de las marcas.

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Para ser autónomo o emprendedor o ambas cosas a la vez, hace falta valor, ingenio y sobre todo dedicación constante. Lo importante es cambiar la percepción y asumir que debemos cambiar con los tiempos, sin que nada más importe. Al fin y al cabo, al emprendedor solo le queda su sueño.

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