El trágico final en Algemesí de Alejandra y su hijo: llegados de Colombia en busca de una vida mejor
La mujer asesinada viajó embarazada a España, ayudó a su futuro verdugo a entrar en el país y trabajaba de esteticista
I. Cabanes/A. Checa
Miércoles, 25 de junio 2025, 11:13
En la intimidad de un domicilio familiar, como tantas otras veces, lo que era una historia de lucha y superación para salir adelante ha acabado en tragedia ... . El sueño de Alejandra por sacar adelante a su hijo Samuel tras dar un enorme salto. De Venezuela a Colombia y de allí a una vivienda de la calle Salvador Castell de Algemesí. Allí convivían desde hace unos meses la mujer de 41 años, su marido, Leonardo David, y el hijo de ambos. Un pequeño de dos años. El mes que viene debía haber cumplido tres. Pero la sinrazón se cruzó en su camino.
Alejandra llevaba años peleando para labrarse un futuro. Natural de Venezuela, primero viajó a Colombia para encontrar un mejor trabajo. Allí conoció a su marido. Hoy, su asesino. La pareja llevaba unos siete años de relación. Alejandra tiene otra hija, de unos 20 años, a la que dejó en Colombia. Allí se quedó también en 2021 Leonardo David, cuando su pareja (no estaban casados) se decidió a dar el salto a España. El hombre tiene otras dos hijas en Colombia.
Alejandra empezó a vivir en casa de su hermano Andrés y su cuñada Leidy. Desde aquí, empezaron a ayudar a Leonardo para que pudiera viajar a España. Alejandra entró en España embarazada, con el pequeño Samuel hoy fallecido en su vientre.
Sus familiares la describen como «muy valiente y trabajadora». Se desvivía por su hijo. El miedo también a quedarse sin un sustento económico fue también uno de los frenos que le llevó a no cortar la relación con su violento compañero sentimental. A pesar de que sus familiares le decían que saldría adelante. Que lo primero era lo primero. Con su sacrificio había logrado un trabajo. Lograba llevar un sueldo a casa como esteticista, en un negocio de pedicura de Algemesí.
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Finalmente la familia logró que Leonardo David pudiese venir también a España. El principio de la tragedia. Aquí encontró trabajo en un bar. Los familiares de la fallecida señalan que desde el principio el hombre se mostró «muy celoso, controlador y con ataques de ira», como han explicado junto al escenario del crimen Andrés, hermano de la asesinada, y Leidy, su cuñada.
Hasta el final mantuvo Leonardo su doble cara. Un marido y padre ejemplar de cara a la galería. Un monstruo entre las paredes del hogar. El propio martes subió una foto en sus redes sociales mostrando lo felices que estaban en familia en una piscina. Todo un falso envoltorio. «Como si fuera el papá ideal. Y no: era el demonio», ha reiterado Leidy.
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