Él se salvó porque trabajaba y ella no pudo huir a tiempo: el drama de una familia rota
Á. S.
Viernes, 27 de agosto 2021, 00:48
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, conversó en privado con el padre de la familia afectada. No en vano lo conocía de su tiempo en Morella. Es un hombre conocido en la capital de Els Ports porque vende cupones de la ONCE. Su hijo, natural también de Morella y de quince años, es una de las víctimas de la tragedia. Su mujer, de 56, también falleció. Se salvó el hijo de ella, su hijastro, que se encuentra en la UCI.
A él le salvó estar trabajando. Por eso no le pilló el derrumbe en casa. Según explicó ayer el diputado de Bomberos, Abel Ibáñez, un testigo explicó que la mujer y el menor se encontraban en la terraza del edificio, en un primer piso, cuando sucedió el derrumbe. «Parece que intentó huir hacia el interior», relató con tristeza. Esa huida fue su perdición porque la caída del edificio la encontró dentro del mismo. Los bomberos la encontraron tras acceder a la zona donde se encontraba la vivienda, pero más abajo que el resto de su familia.
Una historia dramática que terminó con una familia destrozada y con varias horas de angustia a pie de siniestro. Tal como ha podido saber LAS PROVINCIAS, el padre no se separó del edificio en toda la noche. Fueron larguísimas horas de búsqueda minuciosa en las que fue atendido por los servicios de Emergencia de la Cruz Roja y por psicólogos especializados en tragedias. Mientras los bomberos llevaban a cabo los trabajos de desescombro, y tras el descubrimiento del hijo de su pareja en buen estado pese a su gravedad, la desesperanza se fue apoderando de Font Nova mientras pasaban las horas. La confianza en encontrar a alguno de los dos desaparecidos con vida se desvanecía mientras el sol subía en el horizonte, y a primera hora de la mañana, cuando apenas amanecía, los bomberos dieron la mala noticia: había aparecido el cuerpo sin vida de su hijo.
Fue entonces cuando el hombre se vino abajo, tal como explicaron fuentes conocedoras de la situación. Tuvo que ser atendido de nuevo por los médicos mientras los equipos de bomberos hacían relevos cada veinte minutos por las condiciones de calor en las que trabajaron durante todo el día.
A su llegada a Peñíscola, el presidente Puig habló con él en privado para transmitirle sus condolencias. Los peritos y arquitectos tanto municipales como de la conselleria de Vivienda investigaron durante todo el día lo ocurrido y la estabilidad de los edificios colindantes para poder explicar cuanto antes por qué se dio la tragedia. De hecho, al cierre de esta edición continuaban los trabajos de desescombro, pero tendentes, sobre todo, a intentar descubrir, como si los especialistas fueran auténticos detectives, qué pudo pasar para que un edificio joven en términos estructurales (unos 30 años) se viniera abajo de forma tan rápida: en apenas 15 minutos todo él estaba en el suelo.
De hecho, una vecina explicó que lo vio caer «como cuando derriban los edificios adrede». Aunque no se descarta ninguna posibilidad, tanto vecinos como bomberos insisten en que en la zona no olía ni a quemado ni a gas, por lo que la explosión de gas parece poco probable, pese a que algunos residentes aseguraran haber visto «una nube negra». Los bomberos no han encontrado ningún rastro de fuego, por lo que la vía parece descartada. De todas formas, serán los investigadores estructurales quienes informarán de sus conclusiones a las autoridades competentes.