Pelea multitudinaria entre reclusos en la cárcel de Picassent
La reyerta se inició cuando un preso agredió a otro con un cuchillo de fabricación casera
Joel Carrascosa Blanco
Viernes, 7 de julio 2023, 13:12
Todo comenzó con una discusión entre dos presos que fue subiendo el tono hasta que uno de ellos decidió utilizar lo que en la cárcel denominan «pincho», un arma puntiaguda con una utilidad similar a un cuchillo de fabricación casera, contra el otro interno. Ante una agresión de semejante tipo un grupo de reclusos que presenciaban la escena decidió sumarse a ella con puñetazos y lanzamiento de sillas. Utilizando lo primero que se les vino a las manos para hacer daño y dando lugar a una pelea multitudinaria.
Los hechos sucedieron en la tarde de este jueves en el módulo 2 de la Unidad de Cumplimento del Centro Penitenciario de Valencia, en Picassent, que alberga a una treintena de internos conflictivos que han sido trasladados del primer grado penitenciario al segundo.
El primer grado es aplicado a los presos potencialmente peligrosos o considerados de alto riesgo y que en la mayoría de casos deberían estar en aislamiento del resto de internos. Está diseñado para aquellos reclusos que no son capaces de llevar una vida carcelaria normal y por tanto no pueden disfrutar de muchas actividades dirigidas a la reinserción en la sociedad.
Al término de la pelea, el interno que había apuñalado al otro se negaba a entregar el cuchillo, y fue necesario que los funcionarios de prisiones lo persiguieran para posteriormente conseguir quitárselo.
Tras la pelea varios reclusos fueron trasladados al departamento de aislamiento de la prisión. Posteriormente, fue necesario trasladar a los que presentaban algún tipo de herida a la enfermería para ser examinados por el médico de guardia, ya que este se niega a visitarlos en aislamiento, según denuncia la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP) .
El sindicato alerta de que gran parte de los incidentes que se producen en los centro penitenciarios, en la actualidad, son protagonizados por internos que han sido progresados del primer grado penitenciario al segundo, el ordinario, el diseñado para llevar una vida carcelaria normal y la reinserción en la sociedad
Según ACAIP, esta progresión no se hace porque mejoren su comportamiento en prisión, sino para realizar un «maquillaje» de las estadísticas. En los dos últimos años el número de internos clasificados en primer grado ha pasado de unos 900 a menos de 350.
Desde la agrupación califican esta política de «buenismo» y afirman que supone un riesgo para la seguridad de los centros penitenciarios, los trabajadores y para los propios internos. Afortunadamente, tras los hechos sucedidos el jueves, no hay que lamentar heridos entre los funcionarios.