Víctima de un atraco en Valencia: «Me pegaron con una cadena para robarme»

Como informó ayer este diario, los atracadores aprovechan el momento en que la víctima deja los botellones o los locales, en ocasiones debilitada o confusa por el consumo de alcohol. Los delincuentes, también jóvenes, les abordan, amenazan o agreden para luego escapar con teléfonos móviles o carteras, tanto a la carrera como en bicicletas o patinetes.

Alejandro Espinar tiene 24 años y reside en Valencia. Estudia Dirección de Cine y el último mal trago lo sufrió cuando regresaba a su casa en la noche de Halloween. «Eran las 5.30 horas y volvía a casa con un amigo por la calle Yecla». Allí, cuando estaban parados en un semáforo, un joven le abordó mientras otro aguardaba a pocos metros.

«Noté algo en el bolsillo y al girarme me encontré a uno de ellos con la mano dentro del bolsillo, intentando sacar el móvil y la cartera». La víctima le agarró y le reprendió: «¡Muy mal!». Hubo un forcejeo entre ambos. «Quería pegar el tirón, pero yo se lo impedí y al final lo dejó estar y se fue corriendo», describe.

El año pasado, cuando imperaba todavía el toque de queda a medianoche, Alejandro sufrió otro atraco. En esta ocasión, acompañado de agresión. «Volvía de fiesta de casa de un amigo y aparecieron tres chavales jóvenes de entre 18 y 20 años», recuerda. «Me pidieron primero el móvil y luego la cartera. Al negarme, nos pelamos. Me dieron un puñetazo y me hirieron con una cadena metálica en la pierna, además de darme un puñetazo en la cara».

Ahora el miedo se ha instalado en él. «Me he planteado que, cuando salga, cogeré un taxi en vez de volver a casa andando. No vale la pena jugársela, tal y como están las cosas», razona.

Alba Cuesta, de 20 años, fue otra víctima en verano. Ella volvía a casa tras pasar un rato con amigos en la Plaza de la Virgen. En esta ocasión le abordó un joven con bicicleta. Así lo revive: «Noté algo extraño en él. Me miraba y sonreía. Pensé que era el típico imbécil, pero luego empezó a gritarme. Me embistió con la bici en la pierna, apareció otro y se fue corriendo con mi teléfono móvil». Según recuerda, «lo último que pensaba es que me iba a robar. Pensé que me iba a hacer cualquier cosa menos eso».

Diego Reig tiene 22 años y es estudiante de máster. Fue asaltado cuando salía de un local de la avenida Jacinto Benavente en compañía de tres amigos. «Fue en Marqués del Turia, junto a Isabel la Católica», sitúa. «Había un grupo de unos diez chavales de entre 15 a 18 años. Chicos y Chicas. Nos empezaron a increpar y en cuanto pudieron me apartaron y me rodearon las chicas mientras ellos me pegaban. Entonces una chica me quitó el móvil y salieron todos corriendo», revive la víctima valenciana.

Como consecuencia del anómalo atraco juvenil en masa, el joven acabó con «un diente roto, tres puntos en la boca, la cara hinchada, las gafas rotas y una chaqueta perdida». A los pocos metros, «hicieron lo mismo a otra chica». Ambas víctimas salieron en busca de ayuda, pararon un coche patrulla de la Policía y contaron lo sucedido. «Cuando llegamos a Colón ya los estaban metiendo a algunos en el coche». En esta ocasión los agentes pudieron recuperar el teléfono móvil arrebatado.