La mujer acusada de matar con laxantes a su pareja se queda a vivir en el chalé de la víctima en Paterna
Los familiares del hombre fallecido por una posible intoxicación presentan una demanda de desahucio para desalojar a la sospechosa
La mujer acusada de matar a su compañero sentimental tras intoxicarlo, presuntamente, con medicamentos laxantes, Mari Carmen B. G., de 56 años, se encuentra en libertad provisional y sigue viviendo en el chalé de la víctima en Paterna pese a que los familiares del hombre fallecido presentaron una demanda de desahucio.
La supuesta actitud criminal de la sospechosa, que está acusada también de los delitos de estafa y apropiación indebida, y las mentiras que decía a los hijos y hermano de la víctima infundieron las primeras sospechas a los familiares de Salvador V., el hombre de 70 años fallecido en extrañas circunstancias.
Según las investigaciones policiales, Mari Carmen compró gran cantidad de laxantes en farmacias de Paterna para envenenar a su pareja, y aprovechó su larga hospitalización, presuntamente, para vaciarle la cuenta bancaria y realizar compras con sus tarjetas de crédito.
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Salvador estuvo siete meses ingresado en el hospital privado IMED en Burjassot, donde su familiares lo visitaron varias veces, pero la presunta envenenadora les decía que la víctima sufría diarreas debido a una posible infección bacteriana durante un viaje que el hombre realizó a Vietnam.
La víctima permaneció acompañada por su pareja en el hospital hasta el día de su fallecimiento. La mujer decía a los hijos de Salvador que no podían visitar a su padre porque sólo permitían un acompañante en el hospital para prevenir contagios de Covid.
A pesar de todas las pruebas y analíticas realizadas a la víctima para esclarecer los motivos de las diarreas, los médicos no lograron establecer las causas. Sin embargo, los sanitarios constataron que cuando el enfermo ingresaba en la unidad de cuidados intensivos, donde no recibía visitas, su estado de salud mejoraba, pero el paciente volvía a empeorar cuando lo trasladaban a una habitación del hospital en compañía de su pareja. Y así una y otra vez.
Meses antes de que fuera detenida por la Policía Nacional, los hijos de Salvador pidieron a Mari Carmen que desalojara el chalé tras descubrir que una de las cuentas bancarias de su padre se encontraba con saldo negativo. Pero la presunta envenenadora se negó a abandonar la casa, donde vive con dos de sus cuatro hijos, y los familiares de la víctima presentaron entonces una demanda de desahucio.
La sospechosa quedó en libertad sin pasar a disposición judicial y regresó la semana pasada al chalé de La Canyada tras ser interrogada por los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional. La mujer estuvo detenida un día y medio y se acogió a su derecho a no declarar, aunque niega haber envenenado a su pareja con medicamentos laxantes.
Tras revisar las cuentas bancarias de su padre, los hijos de Salvador descubrieron que Mari Carmen había sacado 62.000 euros en numerosas extracciones en cajeros automáticos y que había realizado compras por valor de 30.000 euros con las tarjetas de crédito de la víctima. Además, los familiares se percataron de la existencia de numerosas facturas de compras de sustancias laxantes en farmacias durante los meses que duró la hospitalización del hombre.
Salvador y Mari Carmen llevaban juntos cerca de dos años. Ella se trasladó a vivir al chalé de La Canyada en los primeros días del confinamiento obligatorio por la pandemia. El hombre era viudo, tenía problema de diabetes y dejó de trabajar en su empresa familiar tras sufrir un ictus. Su familia está contrariada y sumida en una profunda tristeza por la extrañas circunstancias de la muerte de Salvador.
