Mata a su compañero de piso en Valencia tras sufrir un brote de su enfermedad mental

Un nuevo crimen en la ciudad de Valencia en el cual, a la espera de la evolución de las investigaciones, un posible trastorno mental del presunto homicida está detrás de lo ocurrido. Un hombre, de unos 50 años y con problemas en la vista, ha sido detenido en la noche de este martes tras acabar a golpes con la vida de su compañero de piso en un piso de la plaza Arturo Piera de Valencia. Al parecer, el ataque con una mancuerna se habría producido tras sufrir un brote de la enfermedad mental que padece y por la que estaba en tratamiento, aunque serán los forenses de la Unidad Psiquiátrica del Instituto de Medicina Legal los que valoren estas circunstancias.

El homicidio ha ocurrido pasadas las nueve de la noche cuando el teléfono de Emergencias 112 ha recibido la llamada de un varón informando de que su compañero de piso, que está bajo tratamiento psiquiátrico, estaba muy agresivo. Según ha podido saber este periódico, hubo una primera llamada al 112 a las 20.40 horas en la que se alertaba de una posible pelea al escuchar gritos y ruidos en el interior del inmueble.

Sin embargo, en ese primer momento los agentes que acudieron al servicio no pudieron acceder al interior y al llamar al timbre no obtuvieron respuesta. Poco después se recibió una segunda llamada de la propia víctima diciendo que su compañero de piso estaba muy violento y lo había amenazado con matarlo si salía de la habitación.

Hasta el lugar se han desplazado varias patrullas de la Policía Nacional y de la Policía Local de Valencia, pero cuando llegaron al lugar, en el piso nadie les ha abierto la puerta. Por lo que ha sido necesario también movilizar a los bomberos del Cuerpo Municipal.

Finalmente, tras acceder al inmueble por la ventana mediante la escalera del vehículo de altura de los Bomberos, los agentes se han encontrado con la víctima ya muerta -al parecer la misma persona que había efectuado la llamada pidiendo ayuda-, tendido sobre el pasillo de la vivienda, y a su presunto homicida ensangrentado todavía sobre él.

Los policías han logrado que depusiera su actitud y han procedido a su inmovilización y detención por un presunto delito de homicidio. Al parecer el crimen se habría producido a golpes con una mancuerna, que ha sido intervenida por la Policía.. Una vez arrestado el presunto homicida, que también presentaba lesiones, ha sido trasladado a la unidad de psiquiatría de un centro hospitalario donde permanece en calidad de detenido custodiado por agentes. Fuentes del CICU han informado que tenía contusiones y un traumatismo craneoencefálico.

El grupo de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación para esclarecer las circunstancias de este crimen y agentes de la policía científica han realizado una minuciosa inspección técnico policial en el domicilio donde se ha producido el homicidio.

El Juzgado de Instrucción número 17 de Valencia, en funciones de guardia, ha autorizado el levantamiento del cadáver, que ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia donde este miércoles se le realizará la autopsia.

El fallecido, identificado como Ángel Ch. M., llevaba viviendo en esta casa toda su vida desde que sus padres, vecinos de Jarafuel, se mudaron a Valencia hace más de 50 años. Desde la muerte de sus progenitores hace más de un lustro y la de su hermano en el verano de 2024, este hombre vivía solo en el domicilio familiar, situado en un primer piso del número 1 de la plaza Arturo Piera de Valencia.

Hace medio año alquiló una de las habitaciones del piso a Rafa -el presunto homicida- a quien los vecinos describen como una persona educada que siempre saludaba y hasta ahora no había protagonizado incidentes en la finca.

Se desconocen por el momento los motivos de la discusión entre ambos moradores de la casa, uno de ellos en tratamiento por supuestos problemas mentales. "Nosotros no escuchamos nada porque la habitación está al fondo de la casa y teníamos cerrada la puerta por el frío", explica Encarna, vecina del mismo rellano donde se produjo el crimen. Ni ella ni su marido, un guardia civil retirado de 97 años, se percataron de la fuerte discusión que acabó con un muerto a golpes a escasos metros de la puerta de entrada a la vivienda.

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