Nueva condena para la maestra esotérica y falsa abogada con más de 40 detenciones
Fátima L. P. y su pareja, José Juan I. R., aceptan penas de tres años y ocho meses de cárcel por estafar 250.000 euros con tasas de gestiones judiciales ficticias y falsificar sentencias
Fátima L. P., la maestra esotérica, experta en ocultismo y tarotista valenciana, detenida en más de 40 ocasiones, principalmente por delitos de estafa, que se hacía pasar por abogada y falsificaba sentencias, acumula una nueva condena a su larga trayectoria delictiva y en los tribunales, y no precisamente con toga, sino con esposas. La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado en la mañana de este miércoles, por sentencia 'in voce', a esta estafadora multirreincidente a una pena de tres años y ocho meses de prisión por un delito continuado de estafa en concurso con un delito de falsedad en documento privado por estafar 250.000 euros a una amiga y su familia.
Junto la médium y falsa letrada, su pareja, José Juan I. R., condenado a la misma pena. Ambos han reconocido los hechos que se les imputaban evitando así una posible condena superior de hasta seis años de cárcel, que se suma a las que ya están cumpliendo entre rejas. De hecho, para ambos se contempla la agravante de reincidencia. Además se les impone una multa de 840 euros y que devuelvan hasta el último euro a la familia estafada. Asimismo, una tercera acusada ha aceptado una pena de dos años y medio de cárcel y 720 euros de multa.
Los hechos, que ha reconocido la propia acusada, se remontan a 2019, cuando entabló una relación de amistad con una mujer a la que conocía de la guardería en la que iban los hijos de ambas. La condenada le hizo creer que ejercía de abogada en un despacho de la capital y se ofreció a mediar en un problema que tenía un cuñado de esta, por una sanción por el retraso con el pago de unas tasas impositivas, por un importe de 13.000 euros, en el bar de su familia. Así le hizo creer que había presentado una demanda judicial y le entregó para dotar de verosimilitud a su engaño distintos documentos en los que se acordaba conceder una compensación económica y el pago de una indemnización de 171.473 euros. Eso sí, previo adelanto en concepto de tasas judiciales le debía pagar 58.518 euros, cantidad que la víctima pagó mediante transferencia bancaria.
Asimismo, le entregó un segundo documento como prueba de la gestión judicial en noviembre de 2020. Según considera probada la sentencia por conformidad, la condenada «procedió con ánimo mendaz», ya que tal procedimiento nunca existió y los documentos entregados a la perjudicada eran falsos.
También consta acreditado que durante el proceso de tramitación de la falsa demanda actuaba junto a esta su marido, el también condenado José Juan I. R. y una empleada y colaboradora de la pareja, también condenada, que daba su número de cuenta bancaria para que realizaran allí los pagos. Los tres acusados «actuando de forma conjunta» le daban a la víctima continuas excusas para justificar que no se hubiese cobrado nada de esta supuesta indemnización, incluso celebrando reuniones con la misma en el domicilio de estos en la localidad de Torrent, como si fuera un despacho de abogados.
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Por otra parte, en octubre de 2020, se produjo una inundación en el garaje comunitario de un edificio en el que vivían los padres de la denunciante, en el que se produjeron numerosos desperfectos en el inmueble y los vehículos. De nuevo la maestra esotérica simulando ser abogada, se ofreció a presentar una denuncia contra un vecino de la finca por un supuesto delito de estafa, indicando a los padres de su amiga que el denunciado les indemnizaría, pero que para ello tenían que pagar antes unas tasas. De esta forma les estafó otros 20.000 euros, todo ello entregándoles sentencias con membretes oficiales y a nombre de juzgados reales, pero que eran claramente falsificadas.
Los ahora condenados también le exigieron el pago de otros 12.455 euros, haciéndole creer que en breve el juzgado le ingresaría a su madre el dinero en la cuenta bancaria. Obviamente nunca llegó a percibir indemnización alguna porque el procedimiento de demanda no existió.
De igual modo, en el año 2021, esta falsa abogada especializada en estafas, pero que ella misma cometía, se presentó como mediadora en el proceso de compra de la vivienda de los padres de la denunciante, indicándoles que el despacho de abogados en el que trabajaba estaba especializado en temas inmobiliarios. De nuevo Fátima convenció a los padres de su supuesta amiga a que le realizasen dos transferencias bancarias como adelanto para la reserva y compra del inmueble por 8.000 y 7.000 euros.
Experta en gestión inmobiliaria
La estafadora multirreincidente se ofreció también a gestionarle la adquisición de distintos inmuebles procedentes de subastas judiciales. La víctima se interesó por un adosado de Alboraia y tras consultarlo con su asesora y supuesta abogada, Fátima, le realizó un ingreso en su cuenta bancaria de 102.000 euros para así ahorrarse los gastos de transmisión de dicha operación. Así como de un segundo inmueble, por el que también ingresó otros 66.000 euros. En este caso, los acusados para hacerle creer que todo era correcto le entregaron un correo electrónico del catastro, que en realidad no correspondía ningún organismo oficial.
Los hechos probados concluyen que los tres acusados colaboraban de manera coordinada, participando y concertando las reuniones. De hecho, los tres vivían en el mismo domicilio de Torrent. El «ánimo mendaz e ilícito de obtener un beneficio patrimonial» está acreditado ya que la acusada Fátima L. P. nunca estuvo colegiada en el ICAV, ni tuvo ninguna relación profesional con despacho de abogado alguno, ni tenía ninguna vinculación con los inmuebles que ofrecieron a la denunciante.
En total, los tres condenados defraudaron a la denunciante y a sus padres un montante que asciende a los 249.791 euros entre octubre de 2019 y enero de 2021, que ahora tendrán que devolver. En el caso de Fátima y José Juan, defendido por el letrado Luis Vicent, del despacho Monzó & Andrés Abogados, la Sala aprecia la circunstancia agravante de reincidencia, ya que acumulan al menos otras cuatro condenas por delitos de estafa similares. Suma y sigue con la esperanza, de sus defensas, de que les refundan todas las penas y se les imponga el triple de la mayor.