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Iván, el depredador sexual de Valencia que nadie vio venir

El 'violador del portal' llevaba una doble vida en Meliana y Valencia con trabajos esporádicos, una buena relación con su familia y tenía aficiones como la escalada, la danza y la lectura

Javier Martínez

Valencia

Jueves, 17 de abril 2025

Nadie vio venir al depredador sexual, un «monstruo» para sus víctimas, pero un ciudadano ejemplar, educado y amable para sus vecinos de Meliana. El joven de 30 años de edad y trato afable, aunque dado a la introversión, tenía una buena relación con su madre y disfrutaba con sus aficiones en su tiempo libre: la danza, la escalada, el 'parkour', la lectura y el baloncesto.

Ni sus víctimas, la mayoría de ellas atacadas por la espalda, ni su madre ni sus amigos vieron venir al monstruo, el 'violador del portal', el hombre cruel y perverso que agredió sexualmente a 17 mujeres jóvenes en la ciudad de Valencia entre enero de 2024 y abril de este año.

El 9 de mayo de 2018, el joven compartió en una red social un vídeo de la exministra Irene Montero. «Si una mujer no dice sí lo demás es violación», afirmó entonces la eurodiputada y actual secretaria política de Podemos, y el bailarín hizo suya la frase sobre la ley del ‘solo sí es sí’. También difundió en los últimos años vídeos masoquistas y comentarios que condenan las violaciones grupales.

Los comentarios sobre la detención de Iván C. V. y el registro policial en su domicilio, que duró cerca de tres horas, corrieron como la pólvora en Meliana, Museros y otros pueblos cercanos. En los bares, panaderías y otros comercios, los vecinos hablaban del depredador sexual con tanta rabia como sorpresa, y también formaron corrillos en las calles.

«¿Sabes quién es el violador?», preguntó una vecina a otra cuando se cruzaron en la acera. Eran las once de la mañana del miércoles. La mujer asentó con la cabeza y continuó su camino. Conoce muy bien al agresor sexual y a su madre, una mujer muy querida y conocida en Meliana.

«Estamos aún que no nos lo creemos. Iván parecía muy buen chico, algo callado, pero no se metía en problemas ni andaba con malas compañías. Iba a trabajar con su patinete o bicicleta, jugaba a baloncesto en el polideportivo y últimamente acudía al rocódromo con sus zapatillas colgadas en la mochila», afirma la vecina.

«La madre del chico debe estar destrozada. Es muy buena persona. Ella no tiene ninguna culpa. Dejadla en paz», añade con el ceño fruncido. Desde que su hijo fue detenido y la Policía Nacional registró su domicilio, la mujer apenas puede dormir por el sufrimiento que le inflige saber ahora que Iván es el 'violador del portal', el depredador sexual que tanto ha buscado la Policía en las últimas semanas en Valencia.

Los graves delitos que cometió su hijo, una quincena de agresiones sexuales, y el padecimiento de las víctimas le preocupa y atormenta más que la larga condena de cárcel a la que se enfrenta el joven. La mujer se enteró el martes por la mañana de la detención cuando acudió a la Policía Local para preguntar por su hijo. Estaba preocupada porque no había ido a dormir a casa, y no sabía que había pasado la noche en un calabozo tras ser arrestado el lunes por la tarde.

Ella estaba trabajando en Meliana cuando alguien le dijo: «Ves a casa, tu hijo acaba de llegar». Y cuando regresó a su domicilio, la mujer fue informada de los graves delitos que la Policía atribuye a su hijo, y también fue testigo del minucioso registro que realizaron los investigadores en la habitación de Iván.

Durante tres horas, los agentes buscaron dispositivos electrónicos que pudieran almacenar imágenes o vídeos grabados por el violador con su teléfono móvil, así como prendas de vestir que llevaba las noches que cometió las agresiones sexuales. Los policías tenían capturas de algunas imágenes grabadas por cámaras de seguridad que permitieron realizar un retrato robot del delincuente sexual con otros datos que aportaron las víctimas en sus denuncias.

Ante las pruebas que le incriminan, el violador se derrumbó en uno de los interrogatorios y confesó algunos de los graves delitos sexuales que perpetró. El joven se mostró muy arrepentido en su declaración ante la Policía y en una corta conversación que mantuvo con su madre. También insinuó que necesitaba ayuda psicológica desde hace tiempo. Cuando le preguntaron por qué cometía las agresiones, el violador dijo que no podía controlar sus comportamientos violentos debido a su conducta sexual compulsiva.

Nadie de entorno de Iván sospechaba de la doble vida que llevaba. El vecino ejemplar y buen hijo por el día se convertía en un depredador sexual por las noches. Nadie vio venir al monstruo. Ningún trauma en su niñez ni antecedentes por delitos sexuales ni comportamientos sospechosos. Estudió danza contemporánea en el Conservatorio Superior de Danza de Valencia, equivalente a un título universitario de grado, y también trabajó en varias obras de ballet.

El joven introvertido se refugiaba muchas veces en la lectura. Devoraba libros en su habitación y en parques al aire libre, cumplía en sus empleos esporádicos, nunca llegaba tarde a la sala de cines donde trabajaba y tenía una conducta normal con sus amigos y familiares.

Detención del violador

La Policía Nacional logró detener el lunes en Valencia al agresor sexual que atacaba a mujeres jóvenes en portales de la ciudad durante los últimos meses. El joven abordaba a las víctimas cuando entraban de madrugada en edificios y no dudaba en emplear la violencia para someterlas.

Utilizaba la técnica del 'mataleón' (estrangulamiento) para inmovilizarlas tras agarrarlas del cuello por la espalda, aunque algunas jóvenes ofrecieron resistencia, lograron zafarse y pidieron ayuda a gritos, lo que ahuyentó al agresor.

Dos agentes motorizados de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional (con indicativo 'Delta') detuvieron al individuo tras identificarlo en la calle por los datos que habían obtenido los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría Provincial de Valencia.

Las investigaciones se iniciaron hace dos meses tras recibir varias denuncias de agresiones sexuales. Todas ellas habían ocurrido en portales de edificios de la capital del Turia de noche cuando no había personas cerca, según informó la Jefatura Superior de Policía.

Los agentes de la Policía Nacional establecieron un dispositivo de vigilancia para localizar al violador. Tras revisar las grabaciones de varias cámaras, recopilar información en los lugares donde habían ocurrido los hechos y tomar declaración a las víctimas, los investigadores realizaron una descripción física del violador, así como de su vestimenta y de la bicicleta, con sillín y portaequipajes, que usaba para rondar las calles de Valencia de noche en busca de víctimas.

También solía llevar unas zapatillas de escalada colgadas de una mochila, un dato que desconcertó al principio a los investigadores de la UFAM, pues no tienen constancia, por el momento, que las utilizara para cometer alguno de los delitos que están revisando.

Sin embargo, los policías averiguaron posteriormente que la escalada es una de las aficiones de Iván, y que se desplazaba con frecuencia a un rocódromo de Valencia, lo que explicaría que llevara las zapatillas una de las noches que fue grabado por una cámara de seguridad.

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