Los forenses desenmascaran a la envenenadora: Salvador murió por el consumo de laxantes y ella no era adicta
Los peritos han sido contundentes: «Cualquier persona que tomara esas cantidades sufriría un fallo multiorgánico»
Salvador V. murió por una ingesta masiva de laxantes como han confirmado los peritos forenses en la cuarta sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Valencia. Presuntamente, la pareja del fallecido que ahora se enfrenta a una pena de 28 años de prisión por asesinato, estafa y falsedad documental, le suministraba estos medicamentos en la comida sin que él fuera consciente.
La víctima falleció tras estar ingresada durante seis meses en el hospital IMED de Burjassot por unas diarreas masivas de unas 12 deposiciones diarias. Esta situación le llevó a un shock séptico (una infección que se ha transmitido por la sangre afectando a todo el organismo) que desencadenó un fallo multiorgánico (cuando los órganos fallan en cadena).
Los forenses encargados de la autopsia han sido contundentes en sus conclusiones: «No hay otra causa posible de la muerte que no sea el consumo masivo de laxantes«. Descartaron cualquier tipo de enfermedad o de infección que pudiera ser compatible con el fallecimiento: todas las pruebas dieron negativo.
Sin embargo, como han explicado los expertos, «es imposible hallar restos de laxantes en los análisis porque se eliminan del organismo con la orina y con las heces ». Mientras Salvador estuvo ingresado en el hospital, Mari Carmen B. (la acusada) compró cerca de 2.000 comprimidos de este tipo de medicamentos.
El juicio comenzó con la declaración de la investigada, que alegó ante el Tribunal del Jurado que ella era la consumidora de los laxantes. De hecho, dijo que tomaba dosis muy elevadas porque ya «no le hacían efecto». También falso. A preguntas del jurado, los médicos han especificado: «Cualquier persona que tomara esa cantidad de laxantes sufriría un cuadro diarreico severo que acabaría en un cuadro multiorgánico». Los expertos han explicado que no es posible tener una adicción a los laxantes porque no producen dependencia como lo pudieran hacer otras sustancias como las drogas o el alcohol. Unas declaraciones que echan por tierra la declaración de Mari Carmen, explicando que es «imposible que estuviera años tomando esa cantidad de laxantes, tendría un cuadro clínico muy grave».
La hija de la investigada ha protegido a su madre. «La he visto tomar laxantes desde que tengo uso de razón, a mí también me hacía ir a comprárselos», ha dicho la chica de ahora 18 años de edad. Una versión que los médicos se han encargado de desmentir. «Es imposible», han recalcado.
Pero al parecer Mari Carmen ya había empleado los laxantes con su anterior pareja. El hombre también declaró ante la Policía y ante el Tribunal que mientras mantuvo una relación con ella sufrió un cuadro severo de diarreas que le duró durante tres meses. También reveló que mientras estuvo enfermo le robó casi 20.000 euros. Pero no la denunció por ninguno de estos hechos. «No le guardo rencor. Estuve muy enamorado», dijo en la Audiencia Provincial. También alegó que la mujer «me trataba muy bien». Pero sin saberlo, dio a la Policía la pista fundamental al comentarles «de manera espontánea» que había padecido los mismos síntomas que dictaron la sentencia de muerte de Salvador.
Además del móvil económico. Supuestamente, mientras la víctima estaba ingresada en el hospital a acusada realizó extracciones en cajeros por un importe de 88.110 euros sin el consentimiento de la víctima.
También suplantó la identidad de su novio para solicitar dos préstamos de 9.900 euros y 3.300 euros, cantidades de dinero de las que se apropió, y falsificó la firma de la víctima para realizar compras por un importe de 2.758 euros. Cuando la detuvieron llevaba encima la documentación de Salvador, su tarjeta de crédito y también otra tarjeta a nombre del hijo del fallecido.
Tras la muerte del hombre se citó con su expareja. Según la declaración de él, Mari Carmen le convenció de que el hombre le había dejado una parte de herencia. «Me enseñó la captura en el móvil de la cuenta bancaria y me dijo que le había dejado unos 10.000 o 100.000 euros. También me comentó que le había hecho un testamento ológrafo por el que le dejaba la casa en la que vivían y que había desheredado a sus hijos y que pasaría a los nietos» cuando cumplieran los 25 años.
La investigación comenzó por la denuncia que presentó el hijo del fallecido la mañana después de que muriera su padre en el juzgado de guardia al contemplar que existían circunstancias anómalas. Y los forenses han confirmado que sus sospechas de que su padre había sido envenenado eran ciertas.
Las acusaciones atribuyen a Mari Carmen un delito de asesinato con la agravante de parentesco y otro continuado de estafa. La Fiscalía pide 28 años de cárcel para la presunta homicida (23 años por el primer delito y los otros cinco por el segundo), mientras que la acusación particular solicita 31 años de prisión (25 años por el asesinato y seis más por el delito continuado de estafa). Por su parte, la defensa solicita la absolución y sigue manteniendo que la investigada no tuvo ningún tipo de implicación en el fallecimiento del hombre a pesar de que los médicos no vean otra explicación posible que el consumo masivo de laxantes.