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Un agente de la Guardia Civil sale de la vivienda donde se halló el cadáver. jesús signes
Tres detenidos por el crimen de un hombre en el chalé de sus padres en Llíria

Tres detenidos por el crimen de un hombre en el chalé de sus padres en Llíria

Los arrestados en la propia localidad y en Alberic están acusados de participar en junio en la muerte a golpes y cuchilladas de este vecino de 56 años

MANUEL GARCÍA

LLÍRIA

Miércoles, 30 de noviembre 2022, 14:29

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Cinco meses después de que se produjeran los hechos el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil ha detenido, tras una ardua investigación, a tres personas, de nacionalidad española, por su presunta participación en el crimen de un hombre de 56 años que tuvo lugar el pasado mes de junio en el chalé de los padres del fallecido, en la localidad de Llíria.

Dos de los individuos han sido detenidos en la propia localidad del Camp de Túria mientras que el tercero ha sido arrestado en Alberic, en la comarca de la Ribera. Está previsto que en las próximas horas pasen a disposición judicial.

La minuciosa inspección realizada en el chalé por los agentes del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil ha sido clave para la resolución del suceso.

Los investigadores del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia trasladaron a los sospechosos a diferentes calabozos para interrogarlos por separado y poder detectar así posibles contradicciones.

Cabe recordar que a finales del pasado mes de junio apareció, con golpes y cuchilladas, el cuerpo de José, un vecino de 56 años, en un chalé en la urbanización Monte Blanco.

«Mala vida y malas compañías». De esta manera resumieron personas próximas a José las circunstancias por las que el hombre de 56 años había sido asesinado.

Fueron sus tíos, residentes en la zona, los que encontraron su cadáver ensangrentado después de la alerta de los progenitores de la víctima. Estaban de viaje en Andalucía y no lograban contactar con su hijo por teléfono.

Aunque el cadáver se halló un sábado, todo apunta a que el crimen fue cometido varios días antes, presumiblemente entre el martes y el miércoles. Fue ese día cuando un familiar de José lo vio por última vez junto al chalé, donde le presentó a su nueva pareja. Pero esa misma noche, «parece que apareció por allí más gente, volvieron con bebidas y yo ya no sé más», según pudo averiguar LAS PROVINCIAS.

Como se supo tras el hallazgo del cuerpo, había indicios de que hubo una fiesta con mucho alcohol. «Allí había al menos dos botellas de whisky y cuatro vasos», describieron las mismas fuentes, convencidas de que fue ese el momento previo al crimen. Y también mencionaron que algunos vecinos escucharon «jaleo y palabras malsonantes», pero sin llegar a pensar que aquello había acabado en homicidio.

El siguiente hallazgo desconcertante se produjo el jueves de esa misma semana, cuando la Policía Local de Llíria localizó el vehículo del sospechoso abandonado y con las puertas abiertas detrás de un colegio de Llíria, a pocos kilómetros de la urbanización. Todo hace pensar que, después del homicidio, el autor o autores utilizaron el turismo para huir y luego se deshicieron de él.

Al mismo tiempo, su madre comenzó a preocuparse al no saber de su hijo en las llamadas. Fue entonces cuando telefoneó desde una localidad andaluza para que alguien acudiera a la casa a ver qué sucedía. Pidió a familiares que residen en la urbanización los fines de semana, que se acercaran a la casa. Como disponían de llaves podrían comprobar si José estaba bien o había sucedido algo.

El sábado, sobre las doce del mediodía, se descubrió la tragedia. Entraron y se encontraron a su sobrino en el comedor, boca abajo, completamente ensangrentado, con signos de haber sido asesinado. Además, la casa estaba revuelta. El televisor y otros muebles presentaban destrozos. Esto podría guardar relación con la violencia de la disputa o con otra de las sospechas de la familia: «que lo hayan matado pensando que guardaba dinero».

José se licenció en Derecho en 1989. También ejerció como director de operaciones durante dos décadas en empresas de telecomunicaciones. Se casó, pero su matrimonio acabó en ruptura. Era padre de tres hijos y, desde hace tres años, convivía con sus padres octogenarios en el chalé de Llíria donde sus días han acabado de manera trágica.

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