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Imagen de archivo de una puerta forzada por un okupa. Roberto Villalón

Desahucio exprés en Cullera de una familia que ocupó la casa de una anciana en estado vegetativo

Una jueza ordena el desalojo de cinco okupas, dos de ellos menores de edad, que falsificaron un contrato de alquiler con documentación que hurtaron del buzón

Javier Martínez / Ignacio Cababes

Valencia

Miércoles, 20 de agosto 2025, 15:29

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Que un desahucio exprés acorta los plazos del proceso civil para recuperar la posesión de un inmueble es algo de sobra conocido, pero muy pocas veces los dueños de una vivienda logran que un juez tarde solo tres días en ordenar el desalojo de los okupas. Sucedió el martes por la tarde en la localidad valenciana de Cullera.

Las cinco personas que habían ocupado la casa, tres adultos peruanos y dos menores, no tuvieron más remedio que recoger sus objetos personales y salir de la vivienda tras comunicarles la Guardia Civil que una jueza había acordado el «desalojo inmediato y urgente» de todos los ocupantes del inmueble.

Una de las pruebas que valoró la magistrada para ordenar el desahucio exprés es el contrato de arrendamiento, con claros indicios de tratarse de un documento falsificado, que los okupas mostraron a la Guardia Civil y aportaron luego a la causa abierta por un delito de usurpación de inmueble.

La persona que figuraba como arrendadora en el contrato, una anciana de 88 años de edad, se encuentra en estado vegetativo y lleva mucho tiempo encamada en una residencia geriátrica. La mujer padece una enfermedad degenerativa que causa un gran deterioro cognitivo, por lo que no podía haber rubricado su firma en el documento de alquiler, y menos aún en la fecha del escrito: el 7 de agosto de 2025.

Los familiares de la anciana sospechan que las personas desalojadas falsificaron el contrato con documentación que hurtaron del buzón de la vivienda, una práctica habitual de los okupas, y esto les permitió retrasar su desahucio unos días.

Una hija de la anciana descubrió la ocupación ilegal el pasado 15 de agosto cuando acudió a la vivienda y comprobó que alguien había cambiado la cerradura. Como no podía entrar en la casa y las personas que estaban dentro se negaban a salir, la mujer llamó a la Guardia Civil. Poco después llegaron dos agentes del instituto armado y los okupas les mostraron el contrato de alquiler falsificado, aunque con apariencia legal, por lo que no pudieron desalojarlos.

Los guardias civiles informaron entonces a la mujer de la conveniencia de que acudiera al juzgado lo antes posible para denunciar el delito de usurpación de inmueble y solicitar también el desalojo urgente. Y eso es lo que hizo al día siguiente tras consultar con el otro propietario de la vivienda, el hermano de la anciana encamada, y la abogada Reyes Albero, que redactó y presentó la correspondiente demanda de desahucio exprés.

Tres días después, la magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Sueca ordenó el desalojo inmediato de las cinco personas, y autorizó también a la Guardia Civil a emplear «la fuerza mínima indispensable» en el caso de que se negaran a salir de la vivienda.

Tras lograr que abandonaran la casa de forma voluntaria, los agentes identificaron a los cinco okupas y los retuvieron en la calle hasta que los herederos del inmueble comprobaran los daños y la posible sustracción de algún objeto.

Los familiares de los propietarios de la casa encontraron una habitación llena de enseres y ropa que los okupas habían amontonado para tener más espacio en otras estancias, pero el martes por la tarde aún no habían podido determinar si faltaban objetos de valor.

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