Condenan al sicario contratado por su víctima para asesinar a un tercero
El autor material del asesinato por encargo de un traficante en Favara acepta doce años de prisión y los otros cinco acusados solo cumplirán penas mínimas
El asesinato de Francisco Pozo Morcillo, el traficante asesinado de ocho tiros en la localidad de Favara en febrero de 2021, se ha saldado finalmente con una condena de doce años de prisión para el autor material de los disparos, el sicario al que precisamente había encargado la víctima asesinar a un tercero sin saber que el ahora condenado ya había sido contratado por un clan de Natzaret para acabar con su vida.
El acuerdo de conformidad alcanzado entre la Fiscalía y las defensas, ejercidas por los letrados Nicolas Hellín, Juan Carlos Navarro, José Manuel García, Emilio Pérez Mora y Francisco Miguel Galiana, al que han llegado esta mañana, hace que no sea necesario celebrar el juicio ante un jurado popular. La acusación particular, que ejerce la esposa e hija del fallecido, representada por el letrado Víctor Soriano, se garantiza también que los presuntos inductores del crimen al menos sean condenados como cómplices de un delito de asesinato. La posibilidad de que los mensajes del sistema Sky desencriptados en su día que los implicaban fueran declarados como prueba no válida podía llevar a que estos quedaran sin castigo.
Así, los seis acusados detenidos tras la investigación llevada a cabo por el grupo de Homicidios de la Guardia Civil, han reconocido su participación de un modo u otro en el crimen. El sicario, Francisco P. H., asume toda la responsabilidad como autor material de los disparos y acepta doce años de cárcel y los otros cinco son condenados a penas que van desde los cuatro años y medio para su hijastro, Carlos V. N., que lo acompañaba en el momento del asesinato, a un año y once meses para la persona que facilitó el vehículo para cometer el crimen. En su caso, al igual que para otro de los condenados, se les suspende la pena al no ser superior a los dos años de cárcel y no deberán ingresar en prisión.
Sin posibilidad de defensa
El crimen se produjo sobre las doce del mediodía del día 11 de febrero de 2021 cuando Francisco P. H., acompañado de Carlos V. N. acudieron a la localidad de Favara donde se habían citado con la víctima, Francisco Pozo Morcillo. El lugar escogido, la parte trasera de un antiguo hotel de Favara, sin actividad comercial, apartado de miradas incómodas, discreto e idóneo para cometer su crimen.
Según ha quedado probado, cuando apareció Francisco Pozo y nada más apearse este del vehículo en el que se había desplazado, Francisco P. sacó una pistola del calibre 9 milímetros que portaba -de la cual no tenía licencia-, y "sin que Pozo pudiera percatarse, reaccionar ni defenderse ante el ataque inminente que no esperaba", disparó hasta en ocho ocasiones, asegurándose de su muerte.
Fruto de la conformidad finalmente queda probado que Carlos V., condenado solo como cómplice, no sabía de las intenciones homicidas de Francisco P., y "había acordado simplemente acompañarle a la cita por si había algún contratiempo". Tras asegurarse de que su objetivo había fallecido, ambos acusados abandonaron el lugar en un Mini de color blanco, que les había proporcionado otro acusado, cuya participación en el plan para acabar con la vida de Francisco Pozo ha quedado totalmente descartada, e hicieron desparecer el arma homicida.
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La sentencia, dictada in voce, contempla la atenuante muy cualificada de reparación del daño, tras haber pagado los acusados antes del juicio 240.000 euros, importe al que ascendía la responsabilidad civil para hacer frente a las indemnizaciones a los familiares del fallecido.
En el caso del principal condenado, que se enfrentaba inicialmente a una pena de 22 años de cárcel, se le aplica también una atenuante simple de drogadicción como consumidor de sustancias estupefacientes, al considerar que «en la ejecución del hecho influyó el prolongado hábito, mermando ligeramente sus facultades». Por ello se le condena a once años de prisión por el delito de asesinato y a un año por la tenencia ilícita de armas.
Sabía que alguien quería matarlo
El 4 de enero de ese mismo año 2021 el Pozo sufrió un intento de asesinato a las puertas de su casa en Sedaví. Desde ese momento la víctima era consciente de que entre sus enemigos, por sus negocios por el tráfico de drogas, alguien pretendía matarlo y extremó las medidas de seguridad, dejando de acudir a los lugares que frecuentaba y cambiando de coche continuamente. Hasta tal era su miedo, que decidió anticiparse y buscó un sicario para acabar con la vida de la persona que él consideraba que estaba detrás de su asesinato frustrado en enero. Pero se equivocó.
Más allá de estar equivocado con quien había encargado su muerte, su mayor error fue citarse con el sicario que precisamente ya había sido contratado previamente por el clan de narcos que estaba detrás de su tentativa de asesinato, quienes le responsabilizaban de la pérdida de una importante cantidad de droga.
A una primera cita con el ahora condenado como autor material de su asesinato, donde le encargó el trabajo y le facilitó información sobre su objetivo, y un segundo compatriota de este -imágenes de su domicilio, vehículos con los que se desplazaban-, siguió una segunda cita ya en Favara justo el día anterior al crimen. Al ir acompañada la víctima de su mujer y su hija de seis años, decidieron aplazar la ejecución unas horas. Fue tiempo que el Pozo ganó al reloj de su vida pero su destino estaba ya escrito con sangre.
Tras pasar la noche con su familia, a la mañana siguiente, ya 11 de febrero, Francisco Pozo se desplazó desde Benidorm a Favara para pagar lo acordado con el sicario y hacerle entrega del arma. El motor del vehículo de la víctima, todavía en marcha cuando llegaron los primeros agentes de la Guardia Civil al lugar en el que fue ejecutado de ocho disparos, prueba que no se fiaba del todo. Pero no tuvo opciones de defenderse, dado el ataque sorpresivo nada más bajar del coche, como así ha quedado probado. Salvo en el argumento de una película de Guy Ritchie, ¿quién podía imaginarse que él era el objetivo del sicario que iba a contratar?
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