«Todo cayó como un castillo de naipes»
Una mujer y el hijo de su pareja fallecen en el desplome del bloque de apartamentos de Peñíscola | La desgracia pudo ser mayor porque en el edificio aún vivían 39 personas pese a que muchas familias se habían ido el domingo
ALEX SERRANO
Viernes, 27 de agosto 2021, 00:48
Cuando al filo de las 11 horas de ayer una excavadora comenzó a desbrozar una parcela de la avenida Mas del Senyor, en la urbanización Font Nova de Peñíscola, aledaña al edificio que se derrumbó el pasado miércoles por la noche, todo parecía indicar que las esperanzas se habían desvanecido. El anuncio del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de que iba a empezar a usarse una grúa de grandes dimensiones para mover los escombros de mayor tamaño (accedería por esa parcela) parecía confirmar el peor de los temores: un joven de 15 años y su madre, encontrada a las 18.30 horas, habían fallecido en el derrumbe. El padre no estaba en el edificio y su hijastro, el hijo de la mujer, fue rescatado en la medianoche del miércoles al jueves. Al cierre de esta edición, efectivos de Bomberos, Guardia Civil, Policía Local y Cruz Roja continuaban con los trabajos de desescombro después de que el milagro que se deseaba no ocurriera.
La sensación de ayer en Peñíscola era que había habido suerte. Choca hablar de suerte cuando dos personas han muerto y otra está ingresada en la UCI del Hospital de Vinarós grave pero estable, pero lo cierto es que el drama podría haber sido mucho peor. El pasado domingo, según comentaban los vecinos, decenas de personas que veraneaban en los 18 pisos del edificio de tres plantas volvieron a sus lugares de origen. El resto volvió a nacer: habían salido a correr o de compras cuando, sin aviso previo y en medio de un estruendo que se escuchó en toda la urbanización, toneladas de cemento y forjado cayeron sobre la familia afectada, compuesta por un vendedor de cupones de Morella, su mujer, de ascendencia cubana, y los dos hijos, cada uno de una unión sentimental anterior.
«Todo cayó como un castillo de naipes cuando quitas una carta», dijo a primera hora el alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, que ya era entonces pesimista respecto a encontrar con vida a la mujer desaparecida. Según distintos testimonios, el edificio cayó en dos fases, separadas entre sí por unos 10 ó 15 minutos. De hechos, quienes llegaron los primeros al lugar del derrumbe pudieron ver el resto del inmueble precipitándose al vacío. Aunque ayer nadie quería aventurar ninguna posible causa y todas las autoridades exhortaban a dejar trabajar a los técnicos, se habló mucho de que el día anterior al derrumbe llovió mucho en la zona: hasta 70 litros por metros cuadrados en una hora, lo que se puede considerar torrencial. También hubo vecinos, como Maite Alarcón, que comentaron que por un grupo de Whatsapp se había dicho horas antes que había aparecido una gran grieta en las paredes de este edificio de apartamentos de 30 años.
El joven herido en el siniestro permanece grave pero en estado estable en la UCI del Hospital de Vinarós
Se vivieron ayer, a pie de siniestro, algunas imágenes llamativas. Como la de ese vecino francés, Juan Morán, que se echó a llorar cuando recordó que escuchó a alguien pedir auxilio desde el fondo del derrumbe cuando llegó de los primeros y que tenía polvo en las sandalias. O la de Isabel, que había resguardado a una familia compuesta por dos abuelos y sus dos nietas en casa después de que el edificio cayó apenas cinco minutos después de que salieran a correr. Incluso la de los hijos de Maite Alarcón, que correteaban por todas partes más interesados en ver a su madre conectar con los matinales televisivos que en la tragedia que se vivía metros más adelante, tras un cordón policial en el que se agolpaban decenas de medios.
La noche anterior las imágenes fueron distintas. Los bomberos consiguieron sacar de entre los restos a un joven de 26 años, hijo de la mujer atrapada al cierre de esta edición, tras horas de trabajos extenuantes para abrirse paso entre los escombros. El hombre estaba localizado desde el primer momento y los bomberos del Consorcio Provincial de Castellón, los primeros en llegar al lugar de los hechos, se mantuvieron en contacto constante con él. Le pusieron un collarín para estabilizarle la columna y a medianoche consiguieron llegar hasta él tras retirar escombros de distinto tamaño. Una cadena de bomberos, como es habitual en estos casos, sacó al joven en camilla. Cuando llegó a la ambulancia que le trasladó al Hospital de Vinarós, los bomberos se felicitaron con abrazos y palmadas en la espalda. Un minuto de alegría y vuelta al trabajo de desescombro, más de 24 horas de incansable labor hasta encontrar a los dos fallecidos.
La peor de las noticias
En la mañana de ayer, sin embargo, el hallazgo del cuerpo de un menor de 15 años y el paso de las horas terminó por modificar la hoja de ruta de los cerca de 140 efectivos que trabajaban en Font Nova. Tal como confirmó el mismo Puig, se decidió cambiar la zona de búsqueda «tras no encontrar a la mujer en el primer enclave». La información transmitida por el joven rescatado, que ubicó a su madrastra en el entorno de su hermanastro porque ambos estaban juntos cuando sucedió el derrumbe, se demostró incorrecta, por lo que se decidió ampliar la zona de búsqueda. Para ello se requirió la presencia de una grúa de grandes dimensiones que retiraba los escombros de mayor tamaño. Estos trabajos dieron paso a una minuciosa búsqueda manual: en torno a las 18 horas se llegó a la zona donde se pensaba que estaría la mujer tras retirar dos pisos de restos. Al cierre de esta edición, los trabajos continuaban.
Respecto a las personas que se encontraban en apartamentos que no han caído pero que están afectados, Puig indicó que es importante garantizar «la seguridad de todos». «Están realojados en los hoteles y todo el mundo ha tenido una reacción extraordinaramente positiva y solidaria. Se trata de que tengan la mayor confortabilidad dentro de la dificultad», indicó. Según ha podido saber este diario, la previsión es que puedan estar realojados hasta el domingo. El jefe del Consell subrayó que, cuando se considere oportuno por parte de los técnicos, se podrán recoger los enseres y se podrá actuar y trabajar sobre los edificios que continúan en pie.