«Con los 30 anclajes del castillo no hubieran muerto dos niñas»
La Policía Nacional concluye que la tragedia de la Feria de Mislata se habría evitado si se hubieran seguido las indicaciones del fabricante
La investigación de la Policía Nacional sobre la muerte de dos niñas en el castillo hinchable de Mislata sigue detectando irregularidades. Y la última de ... ellas radica en una inadecuada ubicación de la atracción que causó la muerte de las dos pequeñas de 4 y 8 años al ser levantada por una ráfaga de viento en la tarde del 4 de enero.
Pero con todo, la conclusión de los investigadores a la vista de todas las pruebas, documentos y testimonios recabados en una intensa labor es contundente. Teniendo en cuenta lo declarado por el fabricante y el ingeniero técnico de la atracción siniestrada, el castillo hinchable consta de 30 puntos de anclaje. Y de haber estado amarrados todos ellos en lugar de los «seis o siete» que declaró el feriante «ningún niño hubiera salido despedido».
Es decir, el castillo se habría desgarrado y deshinchado, pero no habría volado por un lateral catapultando a los menores. Y lo más crucial, de haberse asumido esta cautela de los 30 amarres «se podría haber evitado el fallecimiento de las dos niñas».
Al parecer, los feriantes hicieron presuntamente caso omiso de lo establecido por el ayuntamiento, pero tampoco el consistorio lo detectó ni corrigió, a tenor de las pesquisas policiales que ya obran en poder del juzgado instructor.
Según han confirmado fuentes policiales, el castillo hinchable bautizado como 'Humor Amarillo Selva' estaba en el día del siniestro a 70 metros de la ubicación que se le asignó en el proyecto de instalación de la feria de Navidad que aportó el propio arquitecto municipal. Este documento era la base para otorgar la licencia de apertura.
Tal y como consta en el informe técnico que el funcionario municipal entregó a la Policía, el castillo tendría que haberse levantado entre dos atracciones: 'El tren de la bruja' y los autos de choque. La realidad es que el lateral derecho del castillo, por el que se levantó, estaba en uno de los extremos de la feria, próximo ya a la acera y a la calzada de la calle del Hospital.
Una cuestión muy criticada por los vecinos de Mislata, y así lo reflejó LAS PROVINCIAS, es que la Feria de Navidad se cambiara de ubicación y, por primera vez, se colocara en esta época en las afueras . «La pusieron en uno de los puntos situados al raso y, posiblemente, con más viento de toda Mislata», lamentaron varios residentes de la zona a consultas de este diario.
Pero además, la Policía Nacional ha detectado unas presuntas irregularidades respecto a la ejecución del proyecto técnico municipal que definía cómo y dónde debía estar la feria en las fiestas del verano pasado y en Navidad, que fue cuando se produjo la tragedia.
Para verano se marcaba como ubicación la Plaza de la Libertad, entre avenida de Escultor Miquel Navarro y Camino del Quint. Para Navidad la ubicación marcada en el proyecto municipal era la Plaza Mayor, entre la avenida de Carlos Marx y la avenida Gregorio Gea, como consta en los planos que acompañan al proyecto.
Sin embargo la feria de Navidad estaba en un lugar diferente, en las inmediaciones de la Plaza de la Libertad, más cerca del punto acordado documentalmente para la época estival. Sorprendentemente, ninguna autoridad municipal detectó esta anomalía que, como se ha demostrado, ha podido influir poderosamente en el fatal desenlace.
Como estima la Policía, las atracciones y demás instalaciones de la feria deberían haberse dispuesto en el primer tramo de circunferencia que abarca desde la calle Escultor Miquel Navarro y el Camino del Quint. En concreto, en su parte exterior.
La laboriosa investigación del Grupo de Homicidios aporta un triple fallo que podría ser clave a la hora de definir responsabilidades: el castillo no se encontraba ni en la ubicación autorizada, ni en la orientación indicada ni entre las atracciones que debía. Según los cálculos policiales, los feriantes lo instalaron a 70 metros del lugar donde debía estar.
A este respecto, la Policía Nacional no ha recibido de momento ni ha localizado ningún escrito en el que se solicite el cambio de ubicación de la feria de Navidad con respecto a la de verano.
Resaltan los agentes que el ingeniero del Ayuntamiento de Mislata expidió el 'certificado técnico de supervisión y dirección del montaje de instalaciones eventuales de feria' en el que señalaba que las atracciones estaban en el interior de la plaza de la Libertad, entre el Camino del Quint y la avenida Escultor Miquel Navarro, que es el emplazamiento estival. Y no se ha encontrado o aportado, de momento, escrito alguno que pida el cambio de ubicación de la feria de Navidad con respecto a la de verano.
Por el momento el consistorio no quiere pronunciarse sobre ninguna de las irregularidades detectadas. «Mientras el procedimiento esté judicializado no tenemos nada que decir», respondieron escuetamente fuentes municipales.
En la cuestión de los anclajes, la Policía destaca que la atracción siniestrada fue fabricada con 30 puntos de amarre. Con su plena y correcta utilización hubiera permitido una sujeción mucho más firme que, a buen seguro, habría soportado rachas de 30 km/h y mucho más elevadas. El responsable de la atracción mencionó a los agentes que estaba amarrada por «seis o siete» puntos.
Para colmo de males, el punto donde estaba el castillo, ya de por sí inadecuado respecto al proyecto de instalación, es una zona pavimentada. Ahí no se permite perforar con anclajes fijados al suelo, por lo que el feriante, y siempre según su testimonio, recurrió como alternativa a la solución de amarrar cuerdas a elementos del mobiliario público.
El fabricante de la atracción ha aportado a la investigación judicial elementos para su correcta instalación (un trozo de cincha que envuelve a la anilla de agarre y la anilla de acero utilizada para la sujeción) y que serán cotejados con los elementos descubiertos en la zona de la tragedia.
La Policía Nacional también ha logrado poner en contradicción una afirmación por parte del feriante propietario de la atracción durante las investigaciones. Tras descubrirse que alguien había limpiado una mancha de sangre y que el único que estaba en la zona era él, fue recriminado por una agente. Su respuesta fue que eso había sido una acción del personal del SAMU. Pero todos los sanitarios que intervinieron han sido consultados y niegan esa intervención que, además, no es propia de su cometido profesional.
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