El superalimento que fortalece huesos y dientes, es bueno para el intestino y ayuda a adelgazar

Nuestra gastronomía es una de las más variadas y ricas del mundo. Una mezcla única de sabores, aromas y tradiciones con mucha historia. Pero, además, y por si no fuera suficiente, está repleta de frutas, hortalizas y vegetales ricos en nutrientes y que aportan múltiples beneficios al organismo.

Muchos de ellos han sido condiderados por expertos en nutrición como 'superalimentos', debido a que cuentan con cualidades mucho más elevadas que el resto.

En este grupo se encuentra una hortaliza muy consumida durante la temporada de invierno (desde mediados de noviembre hasta el mes de abril); se trata de los calçots.

Esta hortaliza, con mucha tradición gastronómica en Cataluña y que cada vez más se puede encontrar en supermercados y verdulerías del país, esta a medio camino entre la cebolla y el puerro.

Muy tierna y de un sabor y dulzura característicos, esta hortaliza se asa al fuego hasta que se hace lentamente y cuando la capa superficial se vuelve negra, el calçot está listo para comer. Para consumirlo, se pela la lámina exterior y, sin necesidad de cubiertos, se acompaña de salsa romesco.

El calçot tiene muy bajo aporte calórico y está repleto de fibra, lo que mejora el tránsito intestinal.

Además, cuenta con alto contenido en fósforo, que ayuda al fortalecimiento de huesos y dientes.

El calçot está repleto de agua y es por ello que se considera un alimento idóneo para dietas destinas a la reducción de peso, así como el control de la obesidad.

Al ser considerada como un antibiótico natural, esta hortaliza tiene la capacidad de limpiar las arterias y retardar el crecimiento de virus, hongos, bacterias y otros organismos patógenos

Recuerda que esta es información general y bajo ningún concepto sustituye el consejo de un profesional.

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