Qué significa que una persona hable sola en voz alta, según la psicología

Hablar solo en voz alta o soliloquio, también conocido en psicología como autohabla o pensar en voz alta, es un fenómeno muy habitual en algunas personas que no debe interpretarse como una acción irracional. Al contrario, se trata de una herramienta cognitiva con múltiples beneficios, según indican los expertos.

La psicoterapeuta Anne Wilson considera esta práctica como una forma de socialización interna. «Todos necesitamos hablar con alguien interesante, inteligente, que nos conozca bien y esté de nuestro lado. Esa persona somos nosotros mismos», explica. El autodiálogo favorece la autocomprensión y el procesamiento emocional, aportando una sensación de compañía y apoyo que beneficia la salud mental.

Gary Lupyan, profesor asociado de psicología de la Universidad de Wisconsin, indica que esta práctica ayuda a mejorar la memoria y concentración, lo que lleva a desmitifcar la creencia de que hablar con uno mismo es sinónimo de locura o aislamiento social.

En un experimento social los participantes que nombraban los objetos en voz alta eran capaces de localizarlos más rápido que los que no lo hacían. De hecho, Lupyan lo justifica con que «todos sabemos a qué se parece un platano, decir la palabra en voz alta ayuda al cerebro a activar información adicional sobre ese objeto, incluido cómo se ve».

En este sentido, verbalizar nombres y pensamientos activa áreas visuales y contextuales en el cerebro, lo que facilita la identificación y el recuerdo. Además de mejorar la memoria y la regulación emocional, hablar en voz alta facilita la estructuración de ideas, la toma de decisiones y la resolución de problemas.

Por otra parte, estudios publicados en la revista Harvard Business Review desvelaron que hablar en tercera persona puede aumentar la tranquilidad y la confianza al permitir externalizar los pensamientos y ganar perspectiva objetiva sobre las situaciones.

Cabe recordar que esta práctica del autohabla no es exclusiva de los adultos. Los niños también lo usan para guiarse en tareas cotidianas como vestirse o atarse los zapatos. Esta repetición es una forma temprana de autodisciplina y aprendizaje que ayuda a organizar pasos. Por lo que hablar solo funciona como un puente entre el pensamiento y la acción.

Por último, el autodiálogo es efectivo para la automotivación. Repetir algunas frases como «puedo conseguirlo» ayuda a interiorizar el mensaje y fortalecer la perseverancia y la constancia, lo que podría 'facilitar' los objetivos previstos. No obstante y pese a todos los beneficios, los expertos aconsejan que si este hábito llega a interferir con la vida diaria o se vuelve compulsivo es recomendable buscar ayuda profesional.

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