Ni pilates ni nadar: el mejor ejercicio de bajo impacto para mayores de 60 años con problemas en las rodillas
Es una actividad física adaptable, lúdica y sorprendentemente eficaz para quienes tienen movilidad reducida o molestias articulares
Con el paso de los años, las articulaciones empiezan a pedir tregua. Las rodillas, en particular, suelen ser una de las zonas más castigadas por el desgaste, las lesiones previas o el simple efecto del envejecimiento. Por eso, muchas personas mayores de 60 años buscan alternativas de ejercicio que les permitan mantenerse activas sin agravar el dolor o las limitaciones físicas. Actividades como el pilates o la natación suelen estar en los primeros puestos de las recomendaciones médicas, pero hay una opción que, cada vez más, gana peso entre los especialistas: el baile.
Publicidad
Sí, bailar. Y no necesariamente con la intensidad de un concurso televisivo, sino como una actividad física adaptable, lúdica y sorprendentemente eficaz para quienes tienen movilidad reducida o molestias articulares. Lejos de ser solo una forma de expresión artística o social, el baile se perfila como uno de los ejercicios de bajo impacto más completos para las personas mayores, especialmente aquellas con problemas en las rodillas.
Un estímulo para cuerpo y mente
El principal valor del baile como ejercicio para mayores con dolencias articulares radica en su capacidad para trabajar el cuerpo de forma progresiva, suave y controlada. A diferencia de otros deportes, no exige impactos bruscos ni giros forzados. Los movimientos pueden adaptarse al nivel de cada persona, lo que permite ejercitar músculos, tendones y ligamentos sin someter las rodillas a una carga excesiva.
Bailes como el vals, el tango, la danza en línea o incluso coreografías suaves de ritmos latinos ofrecen múltiples beneficios físicos: mejoran el equilibrio, la coordinación, la fuerza muscular y la movilidad general.
Además, más allá de lo físico, el baile aporta una serie de beneficios que otras actividades no siempre cubren. Es una poderosa herramienta de estimulación cognitiva, ya que exige memorizar pasos, seguir ritmos y mantener la concentración. Todo esto ayuda a reforzar la atención, la memoria y la agilidad mental, factores clave para el envejecimiento saludable.
Publicidad
Y no menos importante es el impacto positivo en el estado de ánimo. Bailar libera endorfinas, mejora la autoestima y combate la soledad, un problema frecuente en la tercera edad. Muchas personas mayores encuentran en las clases de baile —en centros sociales, asociaciones o incluso desde casa mediante vídeos guiados— un espacio para relacionarse, reír y sentirse activas.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión