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«El deportista amateur también tiene que llevar un seguimiento de su estado de salud»

«El deportista amateur también tiene que llevar un seguimiento de su estado de salud»

Todo deportista que practique deporte regularmente debería someterse al menos una vez en la vida a un reconocimiento cardiológico completo. Idealmente, debería repetir periódicamente este reconocimiento.

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Jueves, 24 de septiembre 2020, 17:13

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Por la nueva unidad de alto rendimiento deportivo impulsada por el Hospital IMED Valencia y la Universidad Católica de Valencia han pasado los equipos profesionales más importantes de la ciudad. Los equipos masculino y femenino de Valencia Basket y el Valencia C.F han realizado las pruebas y reconocimientos de inicio de temporada en las instalaciones situadas en el edificio Crea. Este centro de alto rendimiento deportivo está al alcance no sólo del deportista profesional sino también del deportista aficionado como nos indica Oscar Fabregat, Jefe de Servicio de Cardiologia del Hospital IMED Valencia y de la unidad de alto rendimiento IMEDUCV.

¿El alto rendimiento es algo exclusivo del deportista profesional?

Este centro está pensado para el deportista que quiera llevar un seguimiento tanto de su estado de salud como de su rendimiento deportivo, ya sea un deportista profesional o un deportista amateur. Como decimos, se trata de alcanzar tu mejor versión, ya seas un futbolista o ciclista profesional o seas un corredor popular o juegues al tenis con tus compañeros de trabajo. Este centro ofrece la posibilidad de recibir los mismos tratamientos y utilizar la misma tecnología que utiliza un jugador del Valencia Basket o del Valencia C.F sea cual sea tu nivel.

Muchos deportistas nunca se han sometido a chequeos ni se han realizado una prueba de esfuerzo o un ecocardiograma ¿Qué le parece?

Como siempre recordamos, todos los deportistas que practican de forma regular actividad física de alta intensidad, especialmente aquellos que además compiten, deberían someterse al menos una vez en la vida a un reconocimiento cardiológico completo que incluyese un ECG y un ecocardiograma, que nos permitan descartar cardiopatías asintomáticas.

Con relación a la prueba de esfuerzo, es sin duda la mejor prueba para conocer nuestro estado de forma y así planificar con datos objetivos los entrenamientos. Además, es una prueba que tiene su papel en el diagnóstico de algunas enfermedades cardíacas, fundamentalmente las relacionadas con la cardiopatía isquémica (infarto de corazón), y esto es especialmente importante en los deportistas veteranos.

¿Qué patologías detecta una prueba de esfuerzo y cuáles el ecocardiograma?

Tanto la prueba de esfuerzo como el ecocardiograma son pruebas complementarias fundamentales en la evaluación cardiológica de los deportistas. El uso conjunto de ambas durante el reconocimiento médico, junto al análisis del electrocardiograma (ECG) y la exploración física en consulta, nos permiten una evaluación integral del deportista en la búsqueda de patologías cardíacas que pueden poner en compromiso la salud del deportista durante la práctica de actividad física de alta intensidad.

«La prueba de esfuerzo es la mejor prueba para conocer nuestro estado de forma y así planificar con datos objetivos los entrenamientos.»

El ecocardiograma nos permite examinar la presencia de anomalías estructurales del corazón, tales como defectos congénitos, disfunción en válvulas, o crecimiento excesivo de algunas cavidades cardíacas. Muchos de estos problemas son frecuentemente asintomáticos, silenciosos, y la única forma de detectarlos es a través de estas pruebas de imagen.

La prueba de esfuerzo, por su parte, es una exploración más funcional, nos traslada cómo funciona el corazón en esfuerzo, y, por tanto, puede ayudar a desenmascarar algunos problemas de falta de riego sanguíneo en algunas zonas del corazón o arritmias que sólo son patentes en máximo esfuerzo físico.

«El ecocardiograma nos permite examinar la presencia de anomalías estructurales del corazón, tales como defectos congénitos, disfunción en válvulas, o crecimiento excesivo de algunas cavidades cardíacas.»

Ambas pruebas, por tanto, se complementan perfectamente en la evaluación conjunta del deportista, la primera en la visión estructural del corazón en reposo, y la segunda en su funcionamiento durante el ejercicio.

¿Cómo podemos utilizar una prueba de esfuerzo para conocer el estado de forma del deportista y cómo puede este mejorar su rendimiento con los datos obtenidos en la prueba?

La prueba de esfuerzo con análisis de gases (ergoespirometría), como hemos dicho, es la mejor exploración funcional para conocer el estado de forma del deportista. Durante su realización, se obtienen una serie de parámetros que son fundamentales para la planificación de los entrenamientos. Los más importantes son quizá el consumo máximo de oxígeno (V02max), que representa la tasa máxima de consumo de oxígeno que nuestro cuerpo es capaz de aportar mediante la ventilación, transportar por el sistema cardiovascular y consumir principalmente por el músculo esquelético. Aglutina en una única cifra, por tanto, el resultado de un complejo proceso de trabajo en equipo de diferentes órganos (pulmones, corazón, músculo...), y traduce de forma fiable nuestro estado de forma en ese momento.

Otros parámetros importantes de la prueba de esfuerzo son los umbrales aeróbico y anaeróbico, que nos van a permitir programar el entrenamiento en base a la determinación de diferentes zonas de trabajo según la intensidad que nos interese.

El conocimiento de estos parámetros es fundamental para el deportista de competición y casi la única forma de progresar en el entrenamiento de forma eficiente en base a datos objetivos y de medición directa.

¿Cuál es el protocolo de una prueba de esfuerzo?

Existen diferentes protocolos de esfuerzo, tanto en cinta como en bicicleta. En general, se intentan adaptar a la condición física del deportista y a la modalidad deportiva (no es lo mismo, por ejemplo, corredores de asfalto que de montaña). Suelen ser test progresivos en intensidad, con incrementos paulatinos de velocidad y en ocasiones también de pendiente, y deben ser siempre máximos, es decir, hasta alcanzar la máxima capacidad de esfuerzo del deportista.

«Existen diferentes protocolos de esfuerzo, tanto en cinta como en bicicleta.»

Tras un período de calentamiento, la fase de esfuerzo suele durar entre 8 y 14 minutos, idealmente unos 12 minutos, lo que nos permite obtener unas curvas en diferentes gráficos imprescindibles para la determinación de los umbrales de esfuerzo. Posteriormente hay una fase de recuperación de entre 3 y 5 minutos. En total, la prueba suele durar unos 20 minutos.

IMED-UCV cuenta con el mejor tapiz para pruebas de esfuerza del mercado. ¿Qué lo diferencia de otros?

El centro de alto rendimiento deportivo IMED-UCV cuenta con el mayor ergómetro de cinta que podemos encontrar en medicina, y permitiría la realización de test incluso con silla de ruedas o bicicletas, aunque para este último caso disponemos en el centro de un cicloergómetro adaptable. Para los deportistas que realizan la prueba corriendo, las grandes dimensiones de la cinta permiten una mayor comodidad y seguridad en el desempeño de su esfuerzo.

«IMED-UCV cuenta con el mayor ergómetro de cinta que podemos encontrar en medicina, y permitiría la realización de test incluso con silla de ruedas o bicicletas.»

Me atrevería a decir que existen pocas cintas en el mundo similares a esta. Nuestro centro se caracteriza por contar con la última tecnología del mercado y por ofrecer los tratamientos más avanzados como puede ser la oxigenoterapia y la medicina hiperbárica. También realizamos recuperación activa gracias a la cinta antigravedad Alter-G y contamos o un equipo de densitometría de cuerpo entero que nos permite conocer con exactitud la composición corporal de los deportistas.

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