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El Papa pide no caer en «la división» ni «el integrismo» durante el día grande de la Iglesia en Marruecos

El Papa pide no caer en «la división» ni «el integrismo» durante el día grande de la Iglesia en Marruecos

Francisco preside una misa con unos 10.000 fieles en Rabat, la ceremonia religiosa católica más multitudinaria jamás registrada en el país magrebí

Darío Menor

Enviado especial a Rabat

Domingo, 31 de marzo 2019, 17:17

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La minúscula Iglesia católica de Marruecos, formada por unas 25.000 personas en un país de 34 millones de habitantes, vivió este domingo su día grande con la misa presidida por el Papa en el pabellón de deportes Príncipe Moulay Abdellah de Rabat. Fue la ceremonia religiosa cristiana más multitudinaria de la historia del país magrebí: participaron en ella unos 10.000 fieles de 60 nacionalidades diversas. Las gradas eran una fiesta con subsaharianos cantando y bailando por todos lados y andaluces y ceutíes que habían cruzado la frontera para poder ver de cerca al Papa. «Es espectacular vivir la visita del Santo Padre en un país con una cultura y una religión tan distinta», contaba Mercedes Díaz, proveniente de Algeciras.

En el pabellón eran mayoría los subsaharianos, muchos de ellos jóvenes que estudian en universidades marroquíes o inmigrantes y refugiados que se han asentado en el país magrebí o esperan su oportunidad para pasar a Europa. Vestida con una camiseta con el logotipo de la visita, Raissa Yameogo, de 18 años y proveniente de Burkina Faso, estaba encantada de poder ver al Papa. «No es algo que ocurra todos los días para nosotros los africanos», contaba esta estudiante de Matemáticas y Física en una universidad marroquí. En los últimos años Rabat ha aumentado su influencia en África gracias a las becas y convenios que ofrece a jóvenes estudiantes del continente. «Aquí hay una buena convivencia. Los musulmanes nos respetan a los cristianos», explicaba.

También aplaudió la convivencia interreligiosa Anna, una señora de Madagascar que llegó a Marruecos en 2005 para estudiar Farmacia y se quedó al encontrar luego trabajo. «Mi hija pequeña nació aquí y hay buena integración también en las escuelas, donde no se obliga a los niños cristianos a estudiar islam». Francisco insistió precisamente en la importancia de preservar la fraternidad al pedir en su homilía rechazar «la división y la confrontación». Durante un encuentro con sacerdotes y religiosos en la catedral de Rabat también denunció cómo el «integrismo» y las «ideologías odiosas» acaban dinamitando la convivencia.

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