«A cualquier sastre le gustaría vestir al Rey, por su elegancia y fisonomía»
Tras la jubilación de Antonio Puebla, el privilegiado honor de hacerle los trajes al monarca ha quedado libre. Adrián Seligra heredó de su abuelo una vocación que le ha permitido abrir una sastrería a medida en Valencia
El sastre Adrián Seligra ha heredado el oficio de su abuelo Víctor Seligra, que abrió su sastrería en 1965 y vistió a los hombres más ... elegantes de Valencia durante décadas, llegando a ser vicepresidente de la Asociación Mundial de Sastres. Adrián comparte la misma pasión por la sastrería a medida y cuenta como su mayor reto sería vestir al Rey de España. «A cualquier sastre le gustaría tener un cliente así, por su elegancia, complexión y fisionomía».
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El sastre del rey
El crítico de moda Derek Guy ha señalado al Rey como una de las personalidades más elegantes del mundo, ¿cuál crees que es la razón?
Mi abuelo, el sastre Víctor Seligra, me transmitió una idea clave: la elegancia es algo que se lleva, que no se hace. Hay gente que tiene mucho estilo para llevar bien la ropa, para hacerse favorecer con los colores que lleva, con las líneas, es decir, sabe lo que tiene que ponerse. Pero yo recuerdo que mi abuelo siempre me decía que con la clase se nace y no se hace y eso se nota. Hay gente que de por sí tiene esa clase innata que ha heredado o que ha trabajado y que hace que, en un primer golpe de vista, da igual lo que lleve, sea elegante. Y eso el Rey lo tiene, por eso cualquier cosa que se pone lo luce porque sabe lucirlo y eso va innato. Su forma de ser y de estar.
¿Cómo es el estilo del Rey?
El estilo del Rey es clásico de líneas rectas, hombros trabajados y relajados, media hombrera, hombro realzado para destacar la espalda y talle algo más recto, que le da coherencia y proporcionalidad a todo su cuerpo. Eso da lugar a una figura clásica. Eso se nota también en la forma de las solapas, la parte que delimita el cuello con la solapa, sigue siendo una línea más bien tradicional, porque ahora se llevan un poco más levantados con menor graduación y él lo lleva con la misma graduación clásica que llevaba su padre, muy parecida. Levanta un poquito más para diferenciarse pero lleva líneas muy clásicas. Además, nunca le he visto salirse de ese concepto. Por eso es elegante, porque forma parte de su personalidad.
¿Cómo son sus trajes desde el punto de vista técnico?
Todos sus trajes son de sastrería artesanal. Su concepto siempre es el mismo, muy clásico, y técnicamente hablando lleva unos hombros marcados con una semihombrera, siempre lleva una solapa de cran (punto de unión de la solapa y el cuello) de pico o punta de lanza con una graduación bastante tradicional, es decir que va más hacia abajo, hacia los bolsillos. En mangas, el chorizo -la parte del hombro- lleva un rulo clásico semi marcado que la da proporcionalidad a su hombro. No es ni muy marcado ni relajado -entonces parecía de confección-. Las mangas perfectamente puestas y alineadas. No le gusta ir entallado sino cómodo y por eso resalta la caída de la manga que no va pegada al brazo, sino más bien lo contrario. En cuanto a entalles, va un puntito entallado pero nada marcado. La línea es un poco de los años noventa y dos mil. Los bolsillos siempre los lleva rectos y con tapeta porque no le gusta marcar la zona de la cintura ni de los entalles. Los bolsillos acentúan esa estrechez o esa línea en cintura. En pantalones también es clásico con pantalón recto nada cerrado en caderas o rodillas y de ancho de bajos entre un 20 y 21, que es bastante clásico. A de día de hoy los trajes que solemos hacer se baja a 19 o incluso 18 o 17 de bajos.
¿Qué mejorarías en él?
Poco. Yo si fuera su sastre le recomendaría seguir por la misma línea porque, como decía al principio, el concepto de elegancia tiene que ver no con lo que llevamos sino con lo que somos. Y él no puede perder su esencia. Ese estilismo que lleva es suyo. Lo único que yo le aportaría es darle un toque un pelín más moderno, pero no entalles sino en formas: el realce de los hombros, algo más relajados, trabajar una solapa más moderna, subir el cran con un poco más de graduación, para que parezca un poco más moderna. En brazos también darle un poquito más de forma en redondo para acentuar esa línea más actual y alejarme de los años noventa o dos mil. Pero siempre trabajando la línea estética, no la de complexión, que es la suya propia y está muy bien definida, y además le sienta muy bien. Modernizar la línea, que no los entalles, pero en cuanto apenas.
¿Le gustaría ser el sastre del Rey?
Ese es uno de los grandes secretos, si lo fuera no podría decirlo. Como hombre elegante, por supuesto que a cualquier sastre le gustaría tener un cliente así «con su complexión y fisionomía».
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