«He intentado matar a mi mujer y a mi hija y lo voy a intentar otra vez»

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial acogió este viernes el juicio frente a este hombre, que se acogió a su derecho a no declarar, tal y como hizo durante la instrucción su hija (de 12 años en el momento de los hechos). La otra supuesta víctima, la mujer, hoy no recordaba nada de lo que ocurrió el día de autos «porque llevo más de veinte años tomando medicación para la ansiedad». De hecho, en un momento del proceso renunció a personarse como acusación particular. Sin embargo, el fiscal solicitó a la Sala que diese lectura a la declaración que la mujer realizó ante el juez instructor.

En ella, la supuesta víctima afirmaba que el día de los hechos se disponía a hacer la cena y, de repente, su marido (con el que contrajo matrimonio en 2002) se abalanzó sobre ella por detrás, «me cogió del cuello y me empezó a ahogar». Se fueron al suelo y su marido no la soltaba y ella empezó a dar patadas al horno para hacer ruido «porque veía que se estaba ahogando». Entonces rompió la puerta del horno y en ese momento dice que bajó su hija y fue cuando se pudo liberar. «Él cogió un cuchillo, que dejó en el salón, y se abalanzó sobre la niña para ahogarla. Me tiré encima de él para quitárselo de encima. Las dos salimos a la terraza para pedir auxilio y la niña saltó un muro para pedir ayuda a un vecino, que llamó a la Guardia Civil».

Ese vecino ha declarado este viernes que ese día se encontraba en el salón cuando vio a la niña saltar a su terraza. «Se agarraba del cuello». Después vio a la madre, «muy asustada y llorando a tope» y fue cuando avisó al 112. Minutos después llegaron al lugar dos agentes de la Guardia Civil, que hoy han manifestado que se encontraron a la supuestas víctimas en «estado de nerviosismo». «La madre nos dijo que le había agredido su pareja y la había intentado estrangular. Que intentó defenderse con un golpe en el horno y que después llegó su hija para impedir que el padre la agrediera, y que ambas salieron a la terraza para avisar al vecino».

A continuación, dicen que salió el hombre de la vivienda y dijo: «He sido yo, he intentado matarlas». Los agentes le vieron «con la mirada perdida, ida», un «rictus facial extraño». «Hacia cosas muy raras», apuntó un agente, motivo por el que le engrilletaron «para evitar que se autolesionase o que nos hiciera algo a nosotros».

Sin embargo, uno de los guardias civiles ha afirmado que el acusado «sabía donde estaba y lo que había ocurrido». Y así lo corroboraron ayer las dos forenses que examinaron al encausado y que han llegado a la conclusión que «no presenta ninguna alteración psicopatológica, y que en el momento de los hechos no tenía afectadas su capacidad cognitiva y volitiva».

Tras elevar a definitivas sus conclusiones, el fiscal consideró que «la intención de matar y quitar la vida (por parte del acusado) resulta palmaria». Y, pese a que ahora la mujer dice no recordar nada, se refirió a la «contundente declaración de la madre» cuando dijo que «sino llega a ser por la hija la hubiese matado y que si ella no no hubiese intervenido, habría matado a la niña».

Por su parte, la defensa considera que no hay pruebas de esos hechos y, como mucho, aceptaría que todo quedase en un delito de violencia de género, con la aplicación de atenuantes como reparación del daño, por consignar 500 euros y dilaciones indebidas muy cualificadas.