Horóscopo chino jueves 21 de julio de 2022: predicción según I Ching para los 12 signos

Descubre lo que el I Ching, el oráculo chino, te aventura para el día de hoy. El I Ching es una arcana sabiduría cuya esencia es el cambio, el cambio como la única realidad existente. El I Ching te ayuda a comprender cómo se generan y se producen dichos cambios en la vida. LAS PROVINCIAS te ofrece la predicción del libro de las mutaciones para los 12 signos del horóscopo chino para este jueves 21 de julio de 2022.

Quien conoce su esencia masculina, y se mantiene en el principio femenino, es como el arroyo del mundo. El sabio se mantiene rezagado y así es antepuesto. Porque es desinteresado obtiene su propio bien. Cuando se cura una gran herida, siempre queda una llaga Cuando las cosas alcanzan su extremo, comienzan a declinar.

Ningún llano al que no siga un declive, ninguna ida a la que no siga el retorno. El hecho de que el cambio tenga éxito dependerá de las circunstancias. En épocas que siguen a una gran transición todo procura el progreso y desarrollo, empuja hacia adelante. Para dar lugar a una época de plenitud es necesario que a la claridad se una un enérgico movimiento.

El cielo y la tierra deben su eterna duración a que no hacen de sí mismos la razón de su existencia. Porque es desinteresado obtiene su propio bien. Se gobierna un gran Estado con el cuidado con que se fríen los pececillos Un huracán no dura toda la mañana. Un aguacero no dura todo el día. Una vez llegado el momento de actuar hay que ponerse manos a la obra.

Sin encontrarlo, pasa de largo. El pájaro volador, lo abandona. Esto significa desdicha y daño. Así el noble, en todos los negocios que realiza, reflexiona debidamente sobre su comienzo. La penetrante e insistente lucrubación no ha de llevarse demasiado lejos, pues frenaría la facultad. Es propicio emprender algo. Ofrender grandes sacrificios aportará ventura.

¿Gracia o sencillez? Un caballo blanco llega como volando. Él no es un raptor, se propone cortejar en el plazo debido. Se encuentra con un compañero, ya toca el tambor, ya cesa de hacerlo, ya solloza, ya canta. Hay que frenarlo con galga de bronce. Si uno le deja seguir su curso, no sufrirá desventura. Una extraordinaria modestia y escrupulosidad se verá sin duda recompensada por el éxito.

Cuando dos lagos se enlazan no será fácil que se agoten, pues uno enriquece al otro. Extravío en el retorno. Desgracia desde fuera y desde adentro. Si de este modo hace uno marchar ejércitos, sufrirá finalmente una gran derrota. El que vence a los demás es fuerte. El que se vence a sí mismo es la fuerza No hay peligro mayor que desestimar al enemigo.

Ninguna relación con lo dañino, esto no es un defecto. Si permanece uno consciente de la dificultad, quedará libre de defecto. Para dar lugar a una época de plenitud es necesario que a la claridad se una un enérgico movimiento. Alcanza la total vacuidad para conservar la paz. Todos los seres crecen agitadamente, pero luego, cada una vuelve a su raíz. Lo que está bien plantado no será arrancado.

Cielo y tierra no se unen, la imagen del estancamiento. Ha llegado el momento de la transición. Pero uno no posee la energía necesaria para llevar a cabo esa travesía. Está muy bien vacilar mientras no haya llegado la hora, pero no por más tiempo. El éxito ha dado la razón a la acción. Brilla nuevamente la luz.

Si lo pierdes, no corras. Volverá por sí mismo. La muralla se desploma de vuelta al foso. Ahora no emplees ejércitos. El ánimo alegre es contagioso, por lo tanto tiene éxito. La paz. Lo pequeño se va, llega lo grande. ¡Ventura! ¡Éxito!

Desaparece el arrepentimiento. La cerca se abre, no hay enredo. Si un hombre quiere darle forma al mundo, modelarlo a su capricho, difícilmente lo conseguirá. El mundo es un jarro sagrado que no se puede manipular ni retocar. Quien trata de hacerlo, lo deforma. Quien lo aferra, lo pierde. Cuando el agua del lago se ha elevado al cielo, ello hace temer que desencadene una lluvia torrencial. La guerra ha llegado a su fin. Se ha conquistado el triunfo. El rey reparte feudos y posesiones entre sus leales.

Lo que está en reposo es fácil de retener. Lo que no ha sucedido es fácil de resolver Más vale renunciar antes que sostener en la mano un vaso lleno sin derramarlo. Tampoco en este caso ha llegado el momento de actuar. Pero la paciencia que es menester no debe implicar una espera inerte, un modo de vivir al día. Cuando lo creativo y grande entra en mutación se establece el orden en el mundo.

Ver lo pequeño es clarividencia. Cuanto más se limite uno a sus propias realizaciones positivas, tanto menos podrán afectarlo los envidiosos. Serenidad ponderada. Luego de deshacerse de los defectos uno halla alegría. En el caldero hay alimento. Mis compañeros sienten envidia, pero nada pueden contra mí.

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