La empresa y el reto de la electrificación
La apuesta por la electrificación del parque móvil empresarial fue el tema de debate en una mesa redonda que contó con la participación de expertos de todas las áreas implicadas en la movilidad sostenible
EXTRA
Sábado, 5 de octubre 2024, 01:44
Un año más, y ya van nueve, Ecomov ha vuelto reunir al mundo de la movilidad bajo un enfoque de sostenibilidad y ecología en un evento que ya se ha consolidado de manera sólida en el calendario.
Una cita a la que las principales firmas del sector han apoyado de nuevo con la exposición de las últimas novedades de sus respectivas gamas para darlas a conocer al público, pero que también ha tenido su vertiente empresarial con la celebración de ECOMOV Pro.
Esta jornada dedicada a la movilidad sostenible fue la encargada de abrir el programa de esta muestra organizada por Las Provincias, con el objetivo de abordar desde el punto de vista de la empresa el panorama de la movilidad adaptada a las nuevas tecnologías de propulsión. Para ello, y bajo el título de Los retos de la Electrificación de Flotas en el Entorno Corporativo, se reunían en una misma mesa de debate a protagonistas de los sectores de la energía, la fabricación de automóviles, la investigación y la empresa privada, todos ellos con el nexo común de la búsqueda de la eficiencia en el transporte.
Póquer de expertos
Ignacio de Prada, responsable de oferta y desarrollo de negocio de movilidad sostenible de Galp, Miguel Tamayo, del departamento de soluciones de carga de Ford España, Caterina Tormo, responsable de desarrollo de software y ciencia de datos del Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) y Víctor Sanchís, de V2C, una de las empresas más destacadas del sector del desarrollo de soluciones de recarga para vehículos eléctricos, conformaban esta reunión de expertos para poner de manifiesto la importancia de la electrificación del transporte de mercancías y pasajeros en el entorno de la empresa.
Este auténtico póquer de expertos iniciaba la 'partida' bajo la idea de la importancia del concepto de multi energía dentro del mundo del transporte. Una idea que Ignacio de Prada ponía en valor argumentando la triple apuesta de Galp «con energías como la electricidad, el hidrógeno y los bio combustibles vanzados, si bien es cierto que la electromovilidad ha adquirido un especial protagonismo con una red con 5.000 puntos de carga en España y Portugal, incluso hemos creado una empresa dentro del grupo dedicada al desarrollo de software». Todo ello bajo el objetivo de «ofrecer a los clientes un servicio personalizado en el segmento de las empresas, adaptándonos a peticiones individualizadas de cada empresa».
Una visión polivalente y personalizada que compartía Miguel Tamayo, desde la perspectiva de negocio de Ford diversificada claramente en tres ramas de negocio, «una dirigida al clienteparticular que accede a la concesión y al que se le facilita la instalación de carga a través de nuestros partners, por otro lado a través de Ford Pro dode atendemos a empresas flotistas y de carácter comercial, clientes directos principalmenet de modelos como la furgoneta E-Transit, y a los que les ofrecemos el mismo servicio que al usuario particular pero mucho más al detalle, con un estudio pormenorizado y la realización de todas las gestiones necesarias, por último contamos con una herramienta denominada E-Switch a través de la cual analizamos la flota de cada cliente para ver las posibilidades reales de electrificación de su parque de vehículos».
Hacia un estándar único
Víctor Sanchís. iniciaba su participación con una defensa clara de la electrificación en el mundo empresarial al considerarlo como «una alternativa para las empresas para mejorar sus servicios y ahorrar costes, y los casos que conozco la gente que está pasando a flotas eléctricas está contenta, aunque hay que ser consciente que todas las flotas no pueden ser electrificadas», a la vez que demandaba una estandarización de los sistemas de carga.
Una idea que respaldaba de manera rotunda Caterina Tormo, con el objetivo de «ponerse de acuerdo en unos protocolos entre fabricantes de vehículos, gesores de recarga para que haya un entendimiento para lograr una interoperabilidad yuna gestionabilidad real».
Y es que, el actual proceso de electrificación de la movilidad no es homogéneo y cuenta con numerosas variables. Así lo refrendaba Caterina Tormo que ponía en valor el trabajo realizado desde el ITE donde «se trabaja con toda la cadena de valor de la energía con el objetivo de generar y transferir tanto el conocimiento como la tecnología que desarrollamos a las empresas, siendo una de nuestras líneas estratégicas la movilidad sostenible con la electromovilidad como uno de sus principales pilares, y con líneas de desarrollo específicas de baterías, de estaciones de recarga, con protocolos de comunicación con los proveedores de servicios de movilidad y con la distribuidoras de energía para conseguir una gestión óptima de la red».
Usuario desinformados
Y si en algo volvían a coincidir los cuatro ponentes es en la tarea que hay que hacer frente a la desinformación existente en torno al proceso de electrificación. Una rumorología que, según Tormo, deriva «en un proyectar una mala imagen del vehículo eléctrico».
Algo que Ignacio de Prada respaldaba solicitando una «labor pedagógica en todos los frentes, por eso desde Galp trabajamos en varios frentes como el de concienciar a los empresarios en torno a las posibilidades reales de electrificación de su parque de vehículos y hacerlo de manera inteligente tanto en la empresa como en casa, ya que no es la única solución porque hay otras alternativas sostenibles en la actual época de transición en la que nos encontramos». Miguel Tamayo recalcaba por su parte la necesidad que tienen algunos «en derribar una tecnología que ni siquiera aún está plenamente desarrollada, sin ni siquiera tener la mínima información».
Una red consolidada
En la misma línea de qué imagen tienen los usuarios del ecosistema eléctrico, las opiniones vertidas por los expertos de esta mesa profesional llegaban a la conclusión que la red de suministro actual está totalmente preparada para asumir la demanda de energía procedente del vehículo electrificado calificando a la red de distribución española como «una de las más preparadas de toda Europa, y hay que desenmascarar el mito de que la red no va a poder sumir la demanda, aunque es evidente que hay que seguir invirtiendo en la misma», según de Prada.
Por su parte, Caterina Tormo apuntaba que «tiene que haber una gestionabilidad de los puntos de recarga, si no nos podemos encontrar con una escenario de saturación, y ahí es donde entra el trabajo que desarrollemos sistemas de recarga inteligente». Víctor Sanchís respaldaba la opinión de sus compañeros de debate, apuntando la «buena posición en la que se encuentra España frente a otros mercados europeos como el francés o el británico».
Demasiada burocracia
Como no podía ser de otra manera, las trabas burocráticas existentes en nuestro país para el desarrollo de la red de puntos de carga, salió a relucir a lo largo de este encuentro. Miguel Tamayo aseguraba seguir «sin encontrar la razón del porqué las diferentes administraciones ponen tantas trabas a los diferentes procesos existentes para la instalación de un punto de recarga».
Un exceso de papeleo que también confirmaba Víctor Sanchís que se suma a las características de espacio y logísticas de cada empresa a la hora de instalar los puntos de carga, que convierte cada acción en un caso único.
Caterina Tormo añadía que «se tienen que romper las barreras, tanto a nivel informativo como de burocracia que hacen que los tiempos sean insostenibles, al igual que ocurre con unas ayudas a la compra que puede que sean suficientes pero creo que no están bien estructuradas».